lunes, 3 de marzo de 2014

The Life Aquatic with Steve Zissou - 2004


Director: Wes Anderson

  Cuarta cinta del muy amado Wes Anderson, esta vez haciendo una película que es, o intenta ser, un homenaje a Jacques Costeau, investigador de la vida marina. Nuevamente vemos todos los elementos estéticos como narrativos del cine de Wes. Pero que use los mismos ingredientes que antes resultaron en muy buenas películas, no significa que ahora vaya a ser lo mismo, ya que estamos ante una película horrible. La primera mala que ha hecho hasta ahora.

  Todo comienza con Steve Zissou -Bill Murray-, un respetado y conocido documentalista de la vida marina, presentando la primera parte de su último documental, pieza en la cual se registra y se exhibe la muerte de Esteban, altamente apreciado por Zissou, a manos de un sangriento tiburón. Resulta que el documental no es bien recibido, Steve Zissou ya no es tan respetado como antes, y nadie quiere financiarle su nueva aventurilla, que consta del protagonista vengando la muerte de su querido amigo, matando al tiburón. A pesar de que no hay financiamiento, el tipo igual emprende su inusual vendetta que, como es habitual en estos casos, está llena de momentos y locuras que dificultan el plan del sujeto ese.


  El cuarto largometraje de Wes Anderson es, de lejos, el peor que ha hecho hasta ahora, ya que no sólo es mediocre, fallido, y pretencioso, sino que es completamente aburrido, llegando a las innecesarias dos horas de metraje.


  Es mediocre porque todos los elementos estéticos y narrativos están muy mal logrados, llegando fácilmente al ridículo y el patetismo.
  Para empezar, me voy a referir a sus personajes, comenzando con el trío principal, que consta de Steve Zissou, su recién llegado hijo Ned, y una periodista embarazada que es objeto sentimental de ambos. Ninguno de estos personajes está bien construido ni desarrollado, teniendo motivos completamente ridículos y sin ninguna importancia, con conflictos absurdos que a nadie interesan. La venganza de Zissou es banal, circunstancial, un capricho anecdótico que es la excusa perfecta para huir de la sociedad civilizada. Ned, quien es el hijo de Zissou, lo único que hace es decir que "probablemente" sea su hijo, y que quiere compartir y recuperar el tiempo perdido con él, pero no hace nada más. Puro blablá y cero iniciativa. No se esfuerza para nada. La periodista embarazada se encarga de complicar las cosas entre padre y probable hijo sin saber nada de ella. De vez en cuando el probable hijo y la periodista embaraza se enojan, pelean, demuestran admiración a Zissou, pero sus presencias como elementos dramáticos son forzadas y para nada convincentes. Son personajes inútiles, cuyos conflictos son aletargados y débiles, careciendo de la potencia vista en películas anteriores del director.
  Y eso con respecto al trío principal, porque el resto de la tripulación no puede ser menos productiva. No son personajes realmente, no tienen vida, no tienen conflictos, motivos, desarrollos, tan sólo son meros adornos vestidos de manera "adorable", que hablan y se mueven de manera simpática, y cuyos minutos son una terrible tortura para la dignidad del espectador. Mucho barroquismo por fuera, cero desarrollo por dentro -y esto va para todos los personajes-.

  Eso concerniente a todos los personajes. En cuanto a la película en sí, sobre la historia y como se desarrolla, debo decir que busca forzosamente ser divertida, tiro que le sale por la culata, ya que el aburrimiento y el sopor es lo que reina en el aire. No quedarse dormido sería una autentica proeza. Todos los hechos son increíblemente predecibles, y ya sabemos con media hora de anticipación que es lo que va a suceder después. El interés se pierde tempranamente, y nunca vuelve a ser recuperado.


  Es fallido porque intenta tener las lecciones que los tres filmes previos de Anderson contenían: la redención, las complejas relaciones intra-familiares, particularmente la de padre e hijo, y la vida de personajes excéntricos. Nada de esto resulta, ya que la relación entre Zissou y su probable hijo Ned resulta patética, nada desarrollada, y la llamada redención surge de un hecho nada creíble, ridículamente forzado, y excesivamente moral y aleccionador. Lo mismo sucede con la venganza planeada. Nada de lo anterior puede ser tomado en serio, y cuando una película no puede ser tomada en serio, es porque falla en sus intenciones, y pretensiones, que en este caso son demasiado altas.
  Es pretencioso porque intentó ser un homenaje a Costeau, mostrando -intentándolo, cuanto mucho- lo interesante, divertida, y difícil que es la vida submarina. Bueno, no le sale nada de eso. No le alcanza ni para un "buen intento". Más que un homenaje, esta película es una comedia simplona sin gracia, un drama sin potencia alguna, con algunas secuencias de acción ocasionales, que intentan darle emoción a un relato que no tiene emoción ni en el rincón más recóndito de su estructura.


  Lo único bueno de la película es un perro de tres patas llamado Cody. Desde que aparece es el único personaje que me despierta emociones verdaderas, quiero decir, me da gusto cuando corre a pesar de sus tres patas, me da un poco de pena cuando gime y corre peligro, y me da rabia cuando un maldito cabrón de mierda le pega para que se calle. Probablemente Anderson debería una película con este perro como el protagonista, película llamada "Cody: conquistando el mar", que trate sobre las aventuras de este simpático y buen perro. Lo único que pido es que no sea en stop-motion, ya que no sería lo mismo sin el Cody real de carne y hueso (hablando de stop-motion, en esta película vemos cosas hechas con dicha técnica. Que bonito y tierno ¿no?).


  Estamos ante una mala película, lejos de la calidad de las tres primeras de Wes Anderson, que fueron co-escritas por Owen Wilson, labor que en este caso no hace ¿tiene que ver eso en que esta historia sea tan soporífera y aburrida y sin importancia? Yo pienso que sí. La cosa es que Anderson intenta hacer una película como las que hizo anteriormente, pero lo que le resulta no es más que una vil copia hecha por el mismo Anderson. Se nota que cuando un director no sabe innovar en su lenguaje, y se repite y se repite, termina por desgastarse y hacer basuras como esta. Lamento profundamente haber perdido dos horas de mi tiempo.

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