martes, 25 de noviembre de 2014

Prey


Creador: Chris Lunt

   La mejor película del año, la mejor serie del año... todos los años surge la misma interrogante, y como uno siempre está interesado en descubrir historias que se hayan escapado de mi curioso rango buscador, hago click y busco cuáles son esas tan geniales series y películas. "Prey" es una miniserie británica que estaba incluida, y aunque con el tiempo uno se hace una idea de la línea editorial de quienes elaboran dichas listas -lo cual no es ni bueno ni malo, sino simplemente cierto-, el respeto que uno tiene por el criterio de los elaboradores me impulsó a ver este relato de tan sólo tres episodios, todos dirigidos por un tal Nick Murphy. Ciertamente, "Prey" no merece su lugar en ninguna lista o recopilación de lo mejor del 2014, pues es un compendio de lo peor que un relato puede tener: malos ingredientes revueltos incluso de peor forma. Mejor hubiera visto alguna película o alguna otra serie, pues "Prey" no vale el tiempo empleado en el visionado de su miserable historia.


  Marcus trabaja para la policía de Manchester, tiene una esposa con quien está distanciado -pero en buena onda-, dos hijos, etc.: una vida agradable, sólida, quizás un poco golpeada por la rutina de los crímenes que investiga. Justamente, un cuerpo hallado por ahí, perteneciente a un sujeto llamado Omer Hassan, lo mete en graves problemas que lo perseguirán incansablemente.


  Hay recursos que se utilizan solamente para enganchar al espectador, mantenerlo sentado en su silla, con la boca abierta y la mirada fija. El protagonista Marcus despierta patas arriba y descubre, junto con nosotros, que está en un accidente automovilístico. Las otras víctimas son dos policías y un preso que parece está bastante mal. Marcus se comporta como un caballero, un buen samaritano, un buen ciudadano: despierta a un policía, ayuda al preso y saca de la incómoda posición al otro policía inconsciente; ciertamente, un buen sujeto, salvo porque está vestido con las mismas prendas que el otro preso... y que tiene un lápiz clavado en el pecho. Entre medio de la conmoción, huye. Y mientras huye, alejándose de la pantalla, y luego de ver el título sobre la imagen, un mensaje: "[determinada cantidad de tiempo] antes". Ooohhh, ¿qué habrá pasado?
  Exactamente, ¿qué habrá pasado? Cuando retrocedemos hasta el principio global de la historia, vemos todo lo que puse en la sinopsis, que por lo demás es mucho menos "informativa" que la sinopsis oficial; así que si planean ver esta serie -lo cual no se los recomiendo: consejo adelantado-, entonces vayan directo al torrent en vez de wikipedia o alguna otra página oficial, además de no seguir leyendo esta entrada sin spoilers -con la promesa de que volverán para intercambiar opiniones, ojalá apoyándonos mutuamente-. Pero no perdamos la línea, por favor; Marcus parece un buen sujeto, así que... ¿Qué lo metió en tales problemas?, ¿por qué huye a la menor oportunidad?, ¿qué sucede, maldita sea? Todas preguntas válidas que, aunque son respondidas con bastante rapidez y diligencia, no le hacen justicia a la sensación de frenetismo e incertidumbre que acertadamente lograron generar: nos decepcionan. Es más, no mucho después nos damos cuenta que dicho recurso, in extrema res o algo similar, no es más que un golpe efectista, un vano y de novato intento por llamar la atención. Pequeño paréntesis: dicho recurso queda bien logrado cuando efectivamente ayuda a la construcción del relato... en cambio, cuando se usa con la misma finalidad que en "Prey", bueno, el relato no aguanta mucho. Saliendo a medias del paréntesis, "Prey" pierde el interés porque una vez que las preguntas que genera la situación inicial son respondidas, no hay mucho más que ofrecer, sólo una resolución mediocre y fallida: el desarrollo intermedio -que va desde unos pocos minutos luego del "regreso al inicio de todo" hasta el final-final- es una maraña de inverosimilitud y lugares comunes que caen por su propio peso, se desmoronan ante tamaño despropósito. Es imposible quedar enganchado con un relato mal armado que toma como base una historia con la complejidad de una piedra.


  Tomemos la posta: inverosimilitud. Estamos ante una conspiración, y con eso les digo todo. De verdad. Sea una historia excelente o una mala como la que nos ocupa, ser una conspiración lo dice todo: historia oscura, giros, sorpresas, etc... o lo haces bien o fallas en el intento. Hay término medio pero es difícil discernir cuándo es término medio, pues es así con una trama conspirativa: o la tomas o la dejas -y aguantas estoico, como un campeón, hasta el final-. "Prey" se va a los pueriles extremos del nada es lo que parece, nadie sabe para quien trabaja, mantengo a mis amigos cerca y mis enemigos más cerca, sálvese quien pueda, mira quién habla, corre que te pillo, y un largo etcétera de etcéteras; los de esta miniserie no usaron más tópicos porque no tiene más episodios -gracias a dios todopoderoso, creador del cielo...-. Si quieren otro ejemplo ilustrativo, recuerden "The following", otra serie que jugaba con eso de las sorpresas, las máscaras, las traiciones, y más etcéteras. Al menos "The following" era entretenida, algo divertida, un indigno divertimento que tampoco era tan desagradable de ver -aunque no seguí con la segunda temporada... ni tonto-; "Prey" se cree mucho más de lo que es, probablemente una serie innovadora dentro del género en el que se enmarca, cuando en realidad es otro ejemplo de clichés mal utilizados, es decir, aparentando profundidad cuando a todas luces no logran ni siquiera rasgar la más blanda superficie: "yo no lo hice", "él lo hizo", "no es tonto", más etcéteras. Hay que ser increíblemente incapaz y mediocre para delatar y hacer que fallen los clichés, herramientas que en buenas manos pueden lograr mucho.
  Para terminar este apartado, "Prey" descansa en una conspiración barata que se mueve de giro caprichoso en giro caprichoso con tal de manetenerse infructuosamente a flote. Y eso relacionado al ámbito de lo meramente argumental, pues los personajes son, cómo decirlo...
   ...ridículos, desdibujados, pobres, furiosos etcéteras. Me saltaré a Marcus el protagonista para ir con Susan la otra pieza importante: insegura, obsesiva, un tanto incapaz -tanto que llegan a doler los testículos-, blablablá; lo único rescatable de ella es su condición física: a pesar de ser pequeña, con piernas cortas y un cuerpo algo relleno -sumado a la edad, me imagino en sus cuarenta-, tiene un cardio admirable... nunca antes habia visto a una tipa como ella alcanzar a esbeltos criminales en tan poco tiempo. Un prodigio desaprovechado, sin duda. Pero ubíquemosnos en otro personaje: Sean el amigo de Marcus: bebedor, inseguro, triste, patético, y los adjetivos continúan... Viejo, no quiero seguir con los personajes, nada más deben saber que todos apestan.


  Maldita sea, tenía una última cosita que mencionar, y era más o menos importante. ¡Ah, sí! "Prey" ni siquiera tiene atmósfera; sordidez, angustia, un denso aire que no los deje respirar, nada de eso podrán sentir, pues el aspecto estético de la miniserie también es muy pobre y repetido; aunque la trama sea una basura, ni siquiera el estilo de dirección de este tal Murphy logra engañarnos y hacernos sentir parte de algo complejo e imposible de salir... cuando algo es malo, es malísimo con ganas. Como digo, imposible engancharse, conectarse, fundirse con esta historia. Un despropósito de principio a fin, "Prey" es una oda al cliché hecho relato: impresentable, deleznable.
  En fin, acabaré diciendo lo siguiente: no señor, "Prey" no tiene mi voto.

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