lunes, 16 de febrero de 2015

Dredd - 2012


Director: Pete Travis

  En su momento salían noticias sobre la realización de esta película, por desgracia nada buenas: que habían problemas de presupuesto, de actores, de director, etc.; las cosas no iban bien y el resultado que todos vaticinaban era el fracaso absoluto... porque ¿a quién se le ocurre, aunque el cómic en el que se basa sea divertido y de calidad, hacer una película que en una versión anterior fue, efectivamente, un desastre -Stallone incluido-? De seguro la hacen para aprovecharse del lucrativo boom actual de los cómics en el cine -en su veta más alevosa: la exclusivamente comercial-, pensaban y escribían. Lo encomiable es que, a pesar de todo, "Dredd" salió adelante y acabó con muy buenos resultados, tal como podrán ver una vez se sienten a, valga la redundancia, ver esta gozada. La primera vez quedé muy emocionado, impresión que de fondo no ha variado, aunque siendo ésta mi tercera ocasión ante los líos del juez Dredd, pues bueno, las pulsaciones ya no son tan frenéticas como en el debut. Nada malo; simplemente más real y certero, a mí entender.


  El implacable juez Dredd, quien en esta ocasión se ve acompañado de otro juez en evaluación -una chica con poderes psíquicos muy prácticos-, llega a un megabloque controlado por una criminal tan implacable como el mismo Dredd, la mortífera Ma-Ma, quien por una serie de motivos no quiere que los jueces se vayan del lugar, convirtiendo el edificio en el campo de batalla de una guerra sin cuartel: Dredd vs. Ma-Ma... ¿quién ganará? ¡¿QUIÉN GANARÁ?!


  El año pasado, por estas mismas fechas, iba a subir mis comentarios sobre "Dredd" luego del segundo visionado. Esa vez estaba más emocionado que ahora, pero también más impulsivo y, me imagino, poco reflexivo, lo cual hace de la espera algo bueno. Y por esto mismo tiendo a cuestionarme el hecho de si debo esperar un poco para subir mis entradas... no un año, claramente, pero sí un par de días. ¿Cuál sería la diferencia? Me es difícil imaginarlo, e igualmente me siento tranquilo sabiendo y asegurando que no subo mis comentarios porque sí y a la rápida. Pero no es esto lo que vinieron a leer, si es que no llegaron por accidente. En fin, se vale reflexionar un poco sobre uno mismo, ¿no? Son los cuestionamientos que constantemente inundan mi cabeza y me complican la vida.
  Entrando de lleno en "Dredd", lo primero que se debe decir es que es un entretenimiento de calidad, acción pura y dura con marcado aire a serie B y una actitud avasalladora llena de violencia sin concesiones; en definitiva, y creo que ya lo señalé: una gozada sangrienta y desenfadada.
  "Dredd", película y protagonista, van al grano: jueces atrapados en el megabloque, criminales que pretenden cazarlos y acabarlos, enfrentamientos y tiroteos y duros intercambios de palabras: la receta perfecta. La película es intensa de principio a fin, sigue una línea narrativa coherente y creíble que, cosa buena, no cae en una repetición que bien pudo haber sido consecuencia del no saber cómo aprovechar el "único escenario"... ya saben, que hayan sólo patadas y disparos, patadas y disparos, patadas y disparos... No es el caso, y a las intenciones de sobrevivir por parte de los jueces se anteponen retos crecientes en dificultad, como si de un videojuego se tratase: primero los vasallos y luego los líderes, y siempre con distintas locuras como principal estrategia... no todo es disparos y puñetazos que caen como tormentas. ¿Un entretenimiento inteligente? Un entretenimiento bien hecho, mejor dicho, consciente de sus virtudes, que no son muchas pero sí están muy bien aprovechadas; y también consciente de sus limitaciones, con éxito mantenidas al margen, prácticamente imperceptibles -a menos que te pongas en extremo crítico... pero para qué-.
  ¿Las virtudes? Primero, un hábil director que no arruina la película con vanos y egocéntricos excesos de estilo; por el contrario, la potencia ahí donde es buena debido a mecanismos estéticos justificados y acertados, pero por sobre todo, muy contundentes: el uso del slow-motion como perfecta -nunca mejor dicho- representación de los efectos del Slow-mo, la droga que hace estragos en el universo interno de la película; ese particular brillo que revela cuando la novata en evaluación despliega sus habilidades psíquicas; la cámara temeraria que no elude el combate cruel y descarnado.
Segundo, una banda sonora pegajosa y en perfecta sintonía con los hechos que se suceden.
Y tercero, dos grandes personajes que valen totalmente la pena: el juez Dredd protagonista, y Ma-Ma la villana antagonista. Vaya personajes esos dos. El primero, un hombre de firme e intachable moral, magistral desfachatez y seguridad al caminar, incontenible y temeraria mano firme, interesante y particular visión de mundo, preciso sentido del humor, grandes habilidades de negociación, y un nada artificial carisma: todos ingredientes que dan como resultado un personaje memorable que, mejor todavía, aguanta el peso de la película. Y qué decir de la villana, una tipa que mezcla imperturbable parsimonia con sanguinaria letalidad dando como resultado un improbable pero luego incuestionable encanto. ¿Qué saldrá de un enfrentamiento entre dos partes que ni se les asoma por la cabeza dar su brazo a torcer? ¿Qué puede salir de una lucha de necios? Viejo, tengo la respuesta: "Dredd", la película. Y qué película.


  Antes de terminar, me gustaría decir unas cuantas cosas más, y bien breves: no seré yo quien critique los efectos especiales de la película, pues la ambientación está de lujo, pero si logras que ese futuro distópico sea creíble a la vista entonces uno no está mal al exigir que la sangre y los disparos se vean más reales... digo, ponerle brillitos a las armas y sangre computarizada a los heridos queda muy cutre, lo que no se condice con el cuidado nivel de detalle del edificio y, bueno, todo el exterior.
  "Dredd" es una genialidad del entretenimiento puro y duro: avanza a un ritmo endiablado dejando de paso secuencias realmente memorables que durante largo rato se te quedan grabadas. Y ojo, las explosiones y metralletas están buenas, pero cuando el juez Dredd toma la palabra... pues es para rendirse: "Yo soy la ley", "matar a un adolescente no hace diferencia para mí", entre otras citas no incluidas porque necesitarían algo de explicación, explicación que será mejor encuentren en los noventa minutos que nos ofrece el director Pete Travis y el guionista Alex Garland, que antes que lo olvide, no deja lugar a moralinas baratas o sentimentalismos simplones... el trabajo es proteger a los inocentes y matar a los malos. ¿Construir una utopía? Bah, el futuro sabe que no tiene remedio.
  Para pasarlo bien alguna tarde de semana o fin de semana -a mí me da igual el día-, e incluso para ver una más que digna película -así a secas, sin géneros ni nada-, pues ver "Dredd" es un excelente panorama. Y ojo, que no querrán hacer enojar al juez Dredd: te puede ejecutar sin titubeos.

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