lunes, 21 de diciembre de 2015

The Affair - Temporada 1


Creadores: Sarah Treem & Hagai Levi

  Hace mucho tiempo que tenía en la mira "The Affair", pero motivos indeterminados me impedían comenzar el visionado. Como siempre, los impulsos me libraron de tales ataduras y en un par de días ya estoy listo con ésta, la primera temporada de esta gran serie. La segunda temporada terminó recién ayer domingo, así que veloces le damos el puntapié inicial, pues vaya que nos dejó enganchados el final de la primera. Y ya hay tercera confirmada, así que no duden de que estamos ante una de las buenas series del actual panorama televisivo.


  Noah Solloway es un profesor y escritor que, junto a su esposa y cuatro hijos, para las vacaciones de verano va a quedarse a la casa de sus suegros en una idílica y tranquila isla en donde conoce a una mujer con la que, sorpresa, inicia una aventura. Una aventura no se caracteriza por ser una buena idea, y que lo digan los involucrados, cuyas andanzas inician una terrible secuencia de acontecimientos.


  Se pueden decir muchas cosas positivas con respecto a "The Affair", lo cual haré, pero, pienso, lo mejor que se puede rescatar de ella es su naturalidad y honestidad emocional, la jerarquía de los personajes y sus sentimientos por sobre otras consideraciones narrativo-estéticas. Si la trama no tiene que ver con cómo tal o cual personaje enfrenta el dolor, la soledad o lo que sea, entonces no vale la pena; dicho de otra forma, se nota y agradece el cuidado en la construcción (e interpretación, por dios, los actores están fenomenales, sobre todo Ruth Wilson, que hace de Alison) de personajes. De no ser por este cuidado (y por la interpretación de los actores) no habríamos tenido escenas que realmente nos embargan de tristeza, nostalgia y cuanta cosa más. "The Affair" es una historia de personajes y dinámicas humanas, eso sí, enfrentadas y sometidas a los desvaríos y caprichos del destino, la vida y el universo, a veces (primordialmente) etéreas y a veces estrictamente causales. Y da gusto, al menos en primera instancia, sentir que estamos ante una historia que trate sobre el "conflicto mínimo" o "menor", la más simple y abrasadora cotidianidad, de las dificultades que surgen como bombazos de la aparente nada misma. Al poco rato nos damos cuenta de que, además de la línea narrativa de la aventura y sus consecuencias emocionales en los involucrados y sus conocidos (familia, amigos), también hay una intriga, un misterio. Por un momento pensé, "demonios, al final no será todo estrictamente personal", pero la verdad es que, como dije, los creadores no claudican en sus intenciones de profundizar en la psiquis de los personajes. Ahora que lo pienso, el misterio que poco a poco se va desarrollando (porque decir aclarando sería un eufemismo) no tiene mucha razón de ser, pero esta es una impresión post-visionado toda vez que durante el mismo la intriga es genuina y por alguna razón queremos saber qué demonios está sucediendo, sea realmente importante o no. Al menos el drama se impone a lo policial, y sin lo segundo lo primero podría, perfectamente, sostenerse por sí mismo.
  Ahora bien, quizá lo del misterio es la excusa para narrar la aventura y sus alcances en retrospectiva (un detective entrevista a los dos aventureros, esperando recabar información útil de los líos de faldas), desde dos miradas tan contrapuestas como complementarias, lo cual da pie a un juego muy delicioso y atractivo, desafiante. Por ejemplo, el primer encuentro es recordado de una manera A por él, mientras que por ella es recordado de manera B. ¿Cuál es más cierto, más honesto? Esto es interesante no sólo por las posibilidades de las pequeñas y medianas diferencias, también porque las susodichas discrepancias elaboran relatos y personajes diferentes según qué criterios, pues cada relato/punto de vista puede ser contado con total condescendencia y complacencia respecto de la propia participación, apoyándose en lo emocional o lo pragmático (y cómo cada mecánica se enlaza con determinado género -femenino o masculino-), todo lo cual interpela al espectador, que responderá según sus propias emociones (pienso que "The Affair", en su división de miradas/relatos, apela más a la empatía que a la certeza factual). Él puede recordarse como alguien conciliador frente a los demás que parecen poco menos que unos cabrones, mientras que ella puede recordarse como la indefensa ante la prepotencia de él y su entorno. Y eso nos hace cuestionarnos cada detalle, cada suceso. Por lo demás, me parece hermoso que esas miradas contrapuestas se vayan fundiendo según la aventura vaya ganando o perdiendo fuerza y compromiso (obvio, ninguno quiere quedar como el primer infiel, mientras que tampoco quieren quedar como el indeciso). Me gusta cómo lo humano penetra la narración misma y filtra todo según los ánimos respectivos. No hay tal cosa como la objetividad; hay una historia, pero a la vez varias.
  "The Affair" está dispuesta, me da la sensación, como una novela, como aquellas policiales en donde un espacio, usualmente apartado y poco acostumbrado a crímenes, es escenario de crímenes o violentas disputas, siendo el pie para explorar no sólo a los personajes humanos sino que también al lugar mismo, en este caso la isla en que vacacionan los Solloway, con peligrosos rincones oscuros. Los guionistas son capaces de otorgar vidas a lugares y personas, y armar un complejo entramado que se hace cada vez más infartante (casi me muero con el episodio nueve). ¿Un thriller romántico? Puede ser, personalmente no soy bueno con las etiquetas o denominaciones.
  Por último, la realización construye una potente y envolvente atmósfera cargada de sentimientos, versátil en la utilización de mecanismos formales (el silencio puede crear tanta incomodidad y tensión como una música de fondo: depende de lo que está en juego y, de nuevo, de la disposición de los personajes). Muy recomendable "The Affair", a mí me ha encantado.

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