martes, 5 de abril de 2016

Jane got a gun - 2016


Director: Gavin O'Connor

  Vaya que ha tenido problemas "Jane got a gun", pero puedo decirles con tranquilidad que siempre le tuve fe a este proyecto amparado fuertemente por Natalie Portman, una de las principales productoras del film. La premisa es de lo más atractiva: una mujer debe defenderse con todo del asedio de un grupo de criminales. Parece simple pero cuando leí la premisa oficial de verdad sentí que algo bueno podía salir de ello, sentí aquella fuerza propia de la gente que se interesa por contar historias. Y salió algo bueno, pero el camino no fue fácil. En su momento Michael Fassbender estuvo a bordo, pero se fue debido a problemas de calendario. Luego llegó Jude Law. Todo parecía genial, el reparto era bueno (además de Portman y los nombrados, Joel Edgerton relucía su nombre), pero en el primer día de rodaje, la directora de entonces, la aclamada Lynne Ramsay, no se presentó y abandonó así como así: toda una profesional. De inmediato Jude Law abandonó el bote. Bradley Cooper lo reemplazó durante un rato, pero también tuvo líos de calendario. Finalmente Ewan McGregor ocupó su lugar, y Gavin O'Connor, director de "Warrior", decidió encargarse del desastre que provocó Ramsay. Afortunadamente no hubo más problemas ni personas sin principios profesionales, el rodaje se completó y el estreno llegó. Los espectadores no fueron amables y la crítica tampoco, vaya uno a saber porqué. Admito que incluso llegué a pensar "bueno, quizás no es tan buena como pensaba, después de todo los críticos saben de lo que hablan, son especialistas". Pero la película es buenísima y espero que el tiempo le haga justicia. Lo merece.


  El esposo de Jane llega herido a la casa (donde también vive la hija de ambos), peor aún, anunciando que unos sujetos, los hermanos Bishop y compañía, llegarán a hacer de las suyas. Como el esposo apenas se puede mover, Jane recurre a su ex para enfrentar a los malhechores.


  Natalie Portman es Jane, y su actuación es tremenda. Cuando se pone furiosa y violenta es mejor aún: siempre da gusto cuando los "débiles" toman el poder. Joel Edgerton es el ex, y también nos entrega una excelente actuación. Ewan McGregor es el villano, el que quiere ir donde Jane para matar al esposo y de paso a ella; no es el mejor, no es la actuación de su vida, pero cumple su cometido y su villano tiene cierto carisma (hubiera preferido a Law en sus zapatos: elegancia y brutalidad bien mezclada), aunque, a pesar de la importancia que le confiere la premisa, en realidad es la pieza menos importante del relato en el sentido, mejor dicho, de que no es tan importante la presencia per se de su figura como la violenta historia y el mal que la misma alberga: la amenazante sombra que se cierne sobre Jane que desencadena la acción. Podríamos decir que lo del ataque de los malhechores es una excusa (potente excusa, que quede claro, no está escrito con desdén) para que Jane cierre cuentas con su pasado. No obstante, la película no es metafórica, alegórica, ni tampoco un drama humano, aunque vaya que están bien construidos los personajes y sus pulsiones, vaya que son convincentes y verosímiles. Joel Edgerton estuvo presente en la reescritura del guión, y ya sabemos que el australiano sabe cómo crear tramas fabulosas, cuidadas y atractivas protagonizadas por fuertes personajes, nunca dejando de lado el componente moral y la construcción psicológica. Repito: no será la historia más profunda o compleja, pero no es necesario que lo sea, por dios que no lo es. ¿Por qué no? Pues porque, eminentemente, "Jane got a gun" es un relato de género y su principal fuerte son las figuras y motivos narrativos, las formas y la manera en que se hilvanan desde el inicio hasta el final. Significados etéreos y objetos simbólicos no aportan mucho en la ecuación, la trascendencia habría debilitado al relato, lo que no quiere decir que los personajes deban ser meros instrumentos, planos y sin entidad, sin injerencia en el devenir argumental; al contrario, cada uno tiene su propósito, su historia y su personalidad, sencilla y todo pero efectiva y bien construida y ejecutada. De esta forma, el relato avanza con una fuerza arrolladora, y eso que el ritmo ni siquiera es endiablado o frenético (más bien una tensa y asfixiante espera), pero den por seguro que sabe organizar sus brutales y explosivos brotes de violencia, ejecutados con una notable mezcla de crudeza moral con estimulante estilazo estético; es decir, no hay efectismos baratos y simplones ni moralina de bolsillo. No señor. No se estira el chicle, no se hacen promesas imposibles: violencia se anuncia y violencia verán. Gavin O'Connor, aplaudido director por "Warrior" (en donde también actúa Edgerton, de un tiempo a esta parte convertido en favorito de este blog), dirige con notoria intención y respeto por las formas del western. "Jane got a gun" es un western muy bien rodado, presenta un relato preciso y conciso, sin florituras ni nada que lo aleje del conflicto y su atmosférica y hasta evocadora tensión in crescendo. Incluso los flashbacks, que suelen ser bastante impostados o mal escritos y ejecutados, acá fluyen con naturalidad y, más importante, aporte y pertinencia narrativa. Quizás algunos les parezcan dulzones, pero no pueden negar que funcionan, que construyen personajes y aumentan la atmósfera, los propósitos y la inminencia del conflicto. Por último, los tiroteos son una delicia.
  Lo dicho: "Jane got a gun" es un potente western que va a lo suyo y que lo hace sin miedos ni complejos, con una concisión admirable y una puesta en escena brillante. Totalmente recomendada.

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