Director: William Friedkin
William Friedkin es el director de "El exorcista" o "The French Connection", filmes que por desgracia no he visto -aún-, pero que le consiguieron gran prestigio. Desafortunadamente, a finales de los 90 y gran parte de los 2000, hizo filmes criticados duramente y no muy tomados en cuenta por casi nadie. Antes del filme de hoy, hizo "Bug" -escrito por Tracy Letts, que también escribió este filme, ambas basadas en sus respectivas obras teatrales-, que fue considerablemente apreciado, y luego de ese, hizo el filme de hoy, Killer Joe, que acabo de ver, y escribo esto con toda la emoción con la que quedé luego de terminar de ver esta "totalmente retorcida historia de asesinatos de paletos Texanos que viven en remolques".
Esta historia va de lo siguiente:
Chris es un joven sujeto endeudado con mafiosillos locales por problemas de droga.
Dottie es la hermana de Chris, hermosa y especial. Realmente.
Ansel es el padre de Chris y Dottie, divorciado de la madre de ambos, casado nuevamente con Sharla -que trabaja en una pizzeria-.
Chris acude a Ansel para que lo ayude a saldar sus deudas, y luego de mucho hablar al respecto, deciden llamar a Joe Cooper, "Killer Joe", un policía con un negocio aparte de asesinatos a sueldo.
Lo que viene después no quiero contarlo, porque realmente es una historia totalmente retorcida, y será mejor que los detalles los sepan ustedes mismos, de lo contrario, perdería toda la gracia.
Básicamente, este es un filme sobre la moral -como muchos otros filmes-, y el eje de esta historia es la doble moral, la moral ambigua que ronda las decisiones de los personajes, ya que cada uno es, en pocas palabras, una basura -incluso la angelical Dottie se ve enfrentada a decisiones difíciles-, que, no obstante, tampoco carecen de ciertos valores, ya que no son criminales propiamente tal, sino personas que se arrastran unas a otras en esa dura caída que es la decadencia de lo poco bueno que alguien pueda tener.
Lo bueno de los personajes es que ninguno es un ejemplo de valores de vida, nadie tiene esa cursi-moral-unívoca-decimonónica-que-nos-enseñan-en-el-jardín-de-niños, y ver como personas de estilos cuestionables siguen hundiéndose más es algo que me gusta en las películas. No es un relato de perfección ética y moral, es un retrato de una decadencia comenzada largo tiempo antes de siquiera ver la primera escena.
Y ya que estamos ante personajes de dudosa categoría, su historia se cuenta con un sentido del humor de dudoso gusto, incluso onanista -si se es tan extremo-, pero que le viene como anillo al dedo a este filme. Desde el inicio hasta el final está presente el humor negro que se mantiene durante todo el metraje, sin recurrir a pérfidos cambios de tono. Humor negro que está presente en los mismos personajes, los diálogos, lo que hacen y cómo lo hacen, y el rumbo que toma la historia en general. Hay humor negro en todas partes, que hacen de esto una gozada. Es una historia negrísima y oscura, donde se cuenta lo bajo que puede llegar a caer el humano, incluso traspasando límites en apariencia prohibidos para el estándar social de hoy en día. Pero está contada con sentido del humor. Excelente sentido del humor.
Ese sentido del humor hace que hayan momentos realmente memorables, que dejan marca -y no en el mal sentido de quedar traumatizado, sino de esos momentos que se pueden contar y reír en grupo-, y con deseos de ver la misma película otra vez, u otras del mismo tipo. Fiel a ese humor negro, esos momentos memorables pueden llegar a ser realmente desagradables, e incluso a dar un poco de miedo, pero el trato que se les da es simplemente magistral. El manejo de la tensión, el suspenso y el humor hacen de este filme lo grande que es.
Debo hacer una pequeña división de este filme, ya que la primera parte es totalmente diferente de la segunda. En la primera vemos cierto rumbo, y en la segunda vemos otro, aunque ambas partes no son extremadamente diferentes. La primera me gustó, ya que instala bien el conflicto de los personajes, y también el problema moral del cual somos testigos, pero en la segunda parte simplemente todo eso explota. En la segunda parte están todos los momentos memorables -al menos los mejores-, como esa intensa cena familiar, o el momento previo a eso, donde vemos lo desagradable que puede resultar un muslo de pollo.
Todo esto es digno de recordar precisamente por su sordidez e indecencia, y su violencia. Por dios que genial esa violencia.
Matthew McConaughey hace una labor excelente como el malditamente enfermo Killer Joe. En serio, este personaje llega a dar miedo, especialmente cuando pasa de ser un tipo bastante encantador a esa bestia abominable. Un auténtico monstruo. Ya sea encantador o bestial, su presencia siempre tiene un aura de maldad, que da más miedo con esa caballerosidad y calma con la que se mueve y habla. Killer Joe realmente está enfermo, pero parece tener cierto rasgo de humanidad, lo cual confunde todo el asunto, y realmente no se sabe quién es mejor o peor.
Juno Temple como la dulce Dottie me gusta bastante. Tiene un aspecto angelical, incapaz de lastimar a alguien, pero este es un filme de moral ambigua y de apariencia engañosa, y nadie es totalmente como parece en primera instancia.
El resto del reparto lo hace genial, Emile Hirsch siempre me ha gustado en los roles que hace.
Para terminar, nada más me quiero despedir diciendo lo genial de ese final. En una sola palabra, FINALAZO. Estos son los últimos minutos más intensos y sorpresivos que he visto en unas cuantas semanas -quizás más, quizás menos-, y el final-final es un total acierto, ya que queda aún más marcada esa decadente e incierta moral que envuelve a los personajes. En cierta forma, me recuerda un poco al final de "Ex-Drummer", pero este sí está bien resuelto.
Nada más que decir, excelente filme, memorable final, genial experiencia. Se las recomiendo sin pensarlo dos veces.
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