lunes, 6 de enero de 2014

Polytechnique - 2009


Director: Denis Villeneuve

  Tenemos aquí la tercera película de Villeneuve, que el año pasado se hizo más conocido a públicos más amplios con "Prisoners" -y tambien dirigió "Enemy", que creo no ha tenido estrenos salvo proyecciones en festivales-, un thriller eficiente aunque tramposo. De todas formas, era un buen filme de un director más que talentoso. Y el filme de hoy es en blanco y negro, hablado en francés -ya que se ubica en la zona de Canadá donde hablan francés-, y que narra con pulso un tiroteo en un instituto politécnico.


"He decidido mandar a todas las feministas, que siempre han arruinado mi vida, al lugar de donde vinieron. Por siete años la vida no me ha traído gozo alguno y ha sido totalmente anodina. He decidido poner fin a las vidas de esas marimachos"
-Marc Lépine (extracto de su carta de suicidio).

  Este filme de Villeneuve se basa en los testimonios de los sobrevivientes del tiroteo del 6 de Diciembre de 1989, donde Marc Lépine mató a mas de una docena de mujeres. Por respeto a las víctimas y sus familias, los personajes son ficticios.


  Lo de arriba es más o menos el texto que aparece luego de una breve introducción, para luego dar paso al resto del filme. Dice que los personajes son ficticios, pero es obvio que quien hace el tiroteo es Marc Lépine. En el filme no se menciona en ningún momento su nombre, sólo se le conoce como El asesino. Los personajes que sí son ficticios son Valérie, una joven que quiere ser ingeniera y se prepara para una entrevista; y Jean-Francoise -o J-F. O Jeff, como pensé durante varios minutos-, un tipo que anda haciendo su tarea. Los dos son compañeros de clases y caminan por el politécnico sin saber qué es lo que va a pasar.

Como hay tres personajes importantes, el gran acontecimiento -y los momentos previos y posteriores- se narran desde sus respectivos puntos de vista con cierto desorden temporal. Empecemos con los hechos previos a la masacre.
Primero vemos al asesino preparándose. Se afeita, lava la loza, carga sus armas, hace una visita y luego llega al politécnico. Todo esto prácticamente en silencio -ambiental-, salvo por la carta de suicidio leída en off. Sabemos desde el inicio cuales son los motivos del asesino gracias a su carta. Dichos motivos tienen como base un odio inmenso hacia las feministas, que ante los ojos de él son todas las mujeres. También sabemos, en cierta medida, su forma de ser, gracias a lo que hace antes de salir de su departamento -hace su cama, lava la loza, mira por la ventana, se queda mirando casi sin pestañear, etc.-.
Tenemos también a la chica Valérie. Sus minutos nos revelan a una tipa seria y estudiosa, con un claro objetivo que lograr. Es notorio que es más o menos feminista, aunque tiene razón en lo que dice en determinado momento. Y tenemos a Jean-Francoise, un tipo que hace su tarea.
En este inicio entonces vemos que uno odia a las feministas y las quiere matar, que otra es determinada y trabajadora, y que el otro es responsable aunque torpe. Esta primera parte es bastante eficiente y nos da la información necesaria de cada uno antes de que la masacre comience. Durante la masacre llegamos a conocer mejor a Jean-Francoise, y cerca del final a Valérie.
En líneas generales, el guión es uno de los puntos fuertes de este filme, aunque tengo que reprocharle dos cosas en particular que debilitan el conjunto del filme.


  Antes de mencionar las debilidades, voy a decir la mayor fortaleza de este filme, que es cada uno de los momentos del tiroteo -y espero que no se tome como una elección morbosa-. El inicio está bien logrado porque nos da a conocer a los tres personajes principales y es la preparación adecuada de lo que vendrá.
Y cuando llega la masacre, su construcción sobria tanto audiovisual como en el discurso -que no cae en la obviedad ni lo meloso- hacen de esos 30 minutos algo sumamente potente.
En cuanto a lo audiovisual, me parece acertado, primero, el sonido utilizado. A veces se alterna entre el silencio absoluto -a pesar de ver disparos y caos en pantalla- y el silencio que queda luego de las situaciones violentas. Es ese silencio seco que queda luego de un disparo. Ambos silencios son tan potentes como efectivos. La fotografía de este filme es en ocasiones bellísima, pero tiene el gran mérito de que siempre busca esa angustia de quien huye y no sabe si se encuentra con el tirador de frente. Las composiciones de los pasillos, sus planos verticales -donde el horizonte es lo vertical- o inversos también constituyen un elemento de confusión, como si uno estuviese huyendo.
En cuanto a su discurso, es obvio que una masacre es algo malo. No hace falta que nadie venga a decirlo. Y eso es lo bueno de este filme, ya que durante todo el tiroteo vemos el mismo tal cual: con gente huyendo, muerta, llorando, etc. Las acciones de los personajes hablan por sí mismas y no ellos. Y los dos momentos débiles de este filme surgen porque en ellos subyace cierto discurso, una lección que no hace falta mencionar.


  Esos dos momentos son post-tiroteo, y por lo tanto no voy a relatarlos, para no destriparles el argumento -el de los otros dos, no el del asesino, que siempre es predecible el final de quien comete un tiroteo-. Sólo digo que en el momento de uno y de la otra se siente cierto aire de moraleja, junto con la música efectista del instante -en un momento, por un par de segundos, parecía un comercial de alguna carrera universitaria-. Estaba mejor la sobriedad inicial y de la masacre, con una sequedad para presentar la masacre magistralmente -mejor que en "Elephant", si me preguntan. Y no digo que "Elephant" no me haya gustado, porque sí lo hizo. Sólo que tuvo un enfoque distinto-. Pero uno de esos dos momentos débiles se ve salvado -no totalmente- por la carta final, donde está presente el tiroteo, y por lo tanto su sobriedad y sequedad -y no esa moralina facilona-. Debo decir que junto con los 30 minutos del tiroteo, las dos cartas son lo mejor del filme -y con esto digo que casi todo el filme es lo mejor del filme, jaja-. La manera visual de presentar las cartas me gustó mucho.

En fin, me parece un filme efectivo y que narra con habilidad los siempre complicados sentimientos de una masacre. Villeneuve hace notar su habilidad, pulso y también su estilo -el elemento audiovisual es notable-. No me atrevería a decir memorable, pero sí es un filme que queda presente.

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