viernes, 26 de septiembre de 2014

Byzantium - 2012


Director: Neil Jordan

  Neil Jordan, que tiene una filmografía respetada y numerosa, de la cual sólo he visto -hasta ahora, claro- "The good thief", sólida y bien lograda película sobre robos en casinos, ya dirigió en los noventa una película de vampiros, una que le significó gran prestigio y fanaticada: "Interview with the vampire". Y señalo tal cosa como antecedente pues la cinta de hoy, última a la fecha -más o menos a la par con su artífice participación en la serie "The Borgias"-, también trata de vampiros, así que ya se habrán dado cuenta lo que he hecho estos últimos días: puros vampiros. Naturalmente, aquella cinta con Tom Cruise entrevistando a Brad Pitt -si no me equivoco- también tendrá un visionado y posterior comentario por acá. Pero mejor no adelantarse, mejor atenerse a lo que es esta "Byzantium", realmente estupenda.


  Claire y Eleonore son dos vampiras que se las arreglan como pueden con tal de sobrevivir, yendo de un lugar a otro buscando refugio, dinero, etc. Lo cierto es que están huyendo, y desde luego que nosotros no sabemos de qué trata todo aquello. La otra certeza es que lo descubriremos poco a poco, de manera pausada pero firme, y mejor aún, sangrienta.


  "Byzantium" es una estupenda fantasía sangrienta vampírica, y además un relato trágico de aquellos que la vida eterna hace más trágicos: el enfrentamiento perpetuo entre madre e hija, o dicho de otro modo, dos mujeres radicalmente opuestas que tienen un lazo tan profundo cuyas raíces comienzan desde lo más temprano posible. Claire, la madre, interpretada por una morbosamente sexy Gemma Arterton -a quien descubrí en la vilipendiada "Tamara Drewe", que a pesar de todo me hizo disfrutar como la comedia ligera que es-, es desinhibida, impetuosa, sensual y protectora; en contraposición con la hija, Saoirse Ronan -Hannah en "Hannah" de Joe Wright-, dada a la soledad, la melancolía y la nostalgia, aunque el rasgo que más las separa sería la verdad y la mentira: para una mentir es tan natural como respirar, y para la otra es una terrible carga que no deja de atormentarla. Nunca, claro está. Esta ambigua y natural relación me trae a la mente el dicho "es mejor estar solo que mal acompañado". Y aunque sea tu madre, estar atada a ella -al menos a una como Arterton- por toda la eternidad sí que es una maldita lucha, y no sólo de egos -probablemente las luchas más grandes que se puedan observar en la vida-, sino de estilos de vida, maneras de vivir y mirar esa deliciosa maldición de la vida eterna. La película transita muy bien y equilibradamente entre este aspecto más íntimo de estas dos vampiras y el elemento propio del thriller, que viene con toda la parte de la huida que emprenden las mencionadas chupasangres -y para mejor: ambas líneas argumentales logran complementarse perfectamente como conjunto-. Aunque, naturalmente, cerca del final se privilegie la resolución de esa trama, el final no me puede parecer menos que genial: es un gran cierre para lo que "Byzantium" venía contando de manera más o menos subyacente -tiendo a decir lo mismo de estas películas de vampiros: "The Addiction" y "Near dark" también tiene grandes cierres para lo que fueron sus propuestas; la excepción sería "The hunger", reflejo de que rara vez los productores tienen ideas brillantes-. Ya saben. el final va más en línea con el universo personal de los personajes, y por eso resulta y funciona.


  Ahora bien, supongo que de a poco iré dando mi brazo a torcer, después de todo no se puede andar por la vida siendo un ser intransigente. Me chocó al inicio ver a estas vampiras poder caminar bajo la luz del sol, incluso menos inofensiva para ellas que para los humanos -dudo que como vampiras puedan agarrar cáncer a la piel-, pero finalmente terminé aceptando tal cosa por algo bastante simple, algo que ya con "The Addiction" venía sopesando seriamente: lo que define a un vampiro es, lisa y llanamente, que tenga que alimentarse de sangre para sobrevivir, y que es un ser, en principio, eterno. Colmillos más colmillos menos, se pueda o no convertir en murciélago, camine o no bajo la luz del sol -brillar es otra cosa, y dudo que esté muy bien justificado en esa sagita-, no es tan, tan importante mientras se mantenga este carácter esencial: alimentarse con sangre para siempre, lo que vendría significando que tendrás que matar por el resto de tu vida. De todas formas igual queda raro que se deje de lado el no poder estar bajo la luz del sol -algo que me sigue pareciendo importante, pues es una privación importante que puede llegar a ser muy simbólico- y sí se respete el que los vampiros tengan que entrar a una casa bajo invitación: ¿cuál es el criterio? En fin, de todas formas ya no me hago problemas, al menos no en el caso de "Byzantium" -cada cosa se evalúa por lo que es, ¿no?-. Para Lili Taylor en la cinta de Abel Ferrara, claramente el asesinato era algo difícil, y para Eleonore también: es una maldición. Bajo todo esto, el vampirismo está muy bien utilizado, y además tiene un elemento que también sirve como una vuelta de tuerca a la mitología vampírica, aunque mucho menos brusca y ciertamente más justificada que todo el tema egipcio de "The hunger". En "Byzantium" todos los elementos agregados, más que ser meros caprichos sin utilidad real, eran auténticos aportes a la narrativa de la película, por lo que en definitiva, la cinta de Neil Jordan logra sustentarse solita y sin mayores problemas.


  En aspectos más técnicos, la dirección de Neil Jordan es totalmente acertada, pues contiene la delicadeza y elegancia inherente a las protagonistas, sumadas a la violencia y el salvajismo tan e incluso más inherente que lo primero. Jordan filma con firme pulso una película pausada, que se toma su tiempo en los lugares y situaciones importantes, pero que no pierde en ningún momento el interés y lo cautivador. Además, tampoco le tiembla la mano en las escenas más intensas y rápidas, por lo que dichos momentos también resultan memorables -el tramo final quita el aliento, y es que es toda una locura-. El guión es sólido en su construcción y desarrollo, además de tener excelentes diálogos y narraciones, con un carácter literario que queda de lujo. La actuación de Saoirse Ronan me gustó bastante, aunque definitivamente me quedo con Gemma Arterton, que es una maldita fiera con la que sería una imbecilidad meterse en problemas... mejor me quedo como su esclavo.

  En fin, "Byzantium" es, como ya lo he dicho, una fantasía elegantemente sangrienta, toda una locura para gozar. Y es que lo estoy pasando genial con estos vampiros, incluso "The hunger" me trae gratos recuerdos y sensaciones a pesar de todas las fallas que le tiré -y que sigo manteniendo-. Es definitivo: esta especie de retrospectiva vampírica no se va a detener con la próxima parada -que tenía planeado fuera la última antes de dar paso a un probablemente largo receso-: "Only lovers left alive". No es de extrañar, siempre me han gustado los vampiros y espero que la saga "Crepúsculo" no me decepcione... MENTIRA. No pienso ver tal cosa por nada del mundo. Pero acabemos siendo buena onda: "Byzantium" es una gozada de tomo y lomo. Porque Gemma Arterton lo vale, oh sí.

Capturas sangrientas

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