Director: Park Chan-wook
Ahora nos vamos a Corea del Sur de la mano del director de la trilogía de la venganza, quizás la obra por la que será conocido el resto de su vida -y Stoker, que hizo en Estados Unidos-. Esperaba algo bueno de la incursión vampírica de Chan-wook, y en parte logra interesar, pero como conjunto "Thirst" no logra sostenerse, y pierde toda lógica y sentido, pierde lo que la hacía una buena película. Es de esos terribles casos, que siempre me molestan tremendamente, en los que una película comienza bien -en ocasiones muy bien- para luego caer en un precipicio de calidad del que no logran salir. El resultado final siempre es una decepción, aunque al menos en este caso el final resta indignación y otorga algo de decencia a lo que se había vuelto una tomadura de pelo. Cero conformidad, así es, damas y caballeros.
Un cura católico, muy devoto y cercano a los feligreses, particularmente a los que están cercanos a la muerte, decide hacer algo para evitar que éstos sigan muriendo, así que va a un laboratorio para que hagan pruebas en él y así encontrar curas y esas cosas. El asunto es que las cosas salen mal y él termina siendo un vampiro, y ya saben que combinar la religión con el vampirismo no trae muchas cosas buenas... nada bueno, para serles sincero.
De todas las películas de vampiros que he comentado en los últimos días me parece que ésta es, si no la única, una de las pocas que trata el tema de la religión de manera tan directa, no en el sentido un tanto anticuado de que los vampiros son alérgicos a los símbolos religiosos como la cruz -Bill Compton dijo una vez, en la primera temporada de "True Blood", cuando alguien había tapado una cruz en una iglesia, que toda esa simbología no les hace daño, pues ellos, los vampiros, no son criaturas del diablo-, sino en la contraposición de la moral cristiana católica y el estilo de vida vampírico. ¿Cómo un hombre de Dios, que mientras reza por los enfermos y ayuda a los desposeídos, tiene que beber sangre para sobrevivir, esquivar la luz? Más importante: ¿el ser vampiro no significará una merma en su religiosidad? Es la castidad versus la desinhibición, es una elección: o dejarse llevar por los nuevos impulsos o permanecer firme en la fe. De todas formas, esta es la capa inicial, la de más fácil acceso, pues luego comienza a aparecer otra veta más profunda e interesante: efectivamente, el ser vampiro va en contra de la voluntad humana, es ser dominado por el deseo, es una adicción: el salvajismo es algo inherente a los vampiros. También a los humanos, claro, pero éstos pueden prescindir de la sangre humana en su dieta, lo que les evita líos morales de cierta envergadura. El asunto es que es interesante ver como el cura pasa de la autoflagelación como castigo por sus meros pensamientos salaces a... bueno, ya serán testigos. Estamos hablando de diferentes naturalezas y la aceptación de ellas. No exagero al decir que, sustancialmente, Chan-wook logra explorar con solidez y solvencia variedad de temas. Sin embargo, incluso con lo bien que Chan-wook estaba tratando estos temas, debo decir que la adicción y sus efectos está mucho mejor desarrollada y retratada en "The Addiction" de Abel Ferrara y "Trouble Every Day" de Claire Denis: son filmes mucho más crudos, tanto en su estética como en su sustancia... y ciertamente mucho más coherentes consigo mismas. "Thrist" es una correcta reflexión de un par de horas técnicamente bien filmada y bien llevada antes de esfumarse... claro, porque ya en la medianía de la película o quizás un poquito antes -la cinta dura unos 130 minutos, y el director's cut, que no encontré, tiene diez minutos más-, todo lo anteriormente descrito, que era lo que lograba mantener firmemente en pie a la película, se desmorona estrafalariamente, víctima de los excesos que no cesan hasta el final. ¿El resultado? Sinsentido, absurdo, una bofetada al espectador que estaba comenzando a interesarse y engancharse. Definitivamente, Chan-wook no tuvo la mano para mantener las cosas en orden.
A partir de la medianía de la película son dos grandes errores los que debilitan lo construido en la primera parte del relato: (i) un guión terriblemente hecho y (ii) un estilo cinematográfico tan excesivo como vacuo.
Primero lo primero: el relato pierde interés porque pierde el conflicto principal. Así de simple. La ambigüedad moral de un cura vampiro se deja de lado por aspectos más románticos y mundanos, ya vistos numerosas veces antes, como por ejemplo la humanidad de un vampiro. Eso, a mi modo de ver, es descender un par de escalones en la reflexión, pues un humano cualquiera que se complique la existencia por tener que matar para conseguir sangre ya no es tan interesante como un cura que tiene que hacerlo, pues hay más cosas en juego, como la fe. De todas formas, ni siquiera el vampiro con piedad humana se mantiene mucho rato, pues se le deja de lado por aspectos aún más superficiales. En pocas palabras, el guión tira a la basura todo lo interesante que había instalado con anterioridad, nuevamente -típico gran error-, saltando de una película de personajes y/o deseos a una donde lo más importante es cerrar "algunos asuntos". Ya no hay lucha interna, al menos no con la misma intensidad que antes -ni siquiera con un octavo de intensidad-, sólo conflictillos menores que obviamente nos llevarán a un final un tanto previsto y nada sorprendente, aunque al menos ejecutado con decencia y efectividad. Las buenas películas logran sorprender, como las mencionadas de Ferrara y Denis -sobre todo la de la francesa-, u "Only lovers left alive" de Jim Jarmusch, que tampoco traicionaba la naturaleza reflexiva e introspectiva de sus vampiros. El protagonista de "Thirst" iba por ese rumbo, el de la reflexión sobre la propia naturaleza, pero termina cayendo en una espiral de violencia y demencia vana y cuasi adolescente. Esto hace que la película se convierta en un relato sin emoción, sin nada en juego, y cae en el sopor que sólo logran aquellas películas que no te agitan ninguna vena, ningún nervio. Ya lo dije, un guión horrible.
Ahora bien, la manera en que Chan-wook filma su película me parece totalmente errónea, especialmente desde la medianía de la misma en adelante. Aunque en primera instancia "Thirst" me estaba gustando, no se puede negar que al tipo le falta un poco de calma y parsimonia: su historia de vampiros es demasiado rápida en cuanto a hechos y, más leña al fuego, con un tempo aceleradísimo; las cosas no se alcanzan a masticar hasta que nos lanzan otra a la cara. Sólo con respecto a "Thirst" -porque tendría que tener más fresca sus otras cintas-, llamaría "aforismo cinematográfico" al estilo con que Park Chan-wook filma. Nos muestra algo brevemente y luego salta a otra cosa, igual de breve que la anterior, para dar lugar a otra cosa de la misma brevedad... y así todo el rato hasta el final. Si en la primera parte esto era aceptable hasta cierto punto, luego del ya tan mencionado punto de inflexión -la famosa medianía- esto se dispara y pierde el control. Habían largos pasajes en los que prácticamente no entendía nada, lo que empeora cuando al director le da por convertir su cinta en una pesadilla surreal y fracturada de la realidad. ¿Qué pretendía el hombre? ¡Esto es uno de los grandes errores!: traicionar la naturaleza del protagonista y, por ende, de la película: de la introspección a la locura desaforada y sin sentido. No miento cuando digo que "Thirst" pierde toda la gracia a medida que avanza. En lo puramente formal, no lo negaré: técnicamente la película está de lujo, con una fotografía estupenda y un preciso uso de la cámara. Pero esa es la cosa: lo bueno es el apartado técnico, pues en lo estético, lo narrativo de la imagen, Chan-wook se pasa estrepitosamente de la línea, pues hace uso de una cámara excesiva y vanamente artificiosa, convirtiendo su película en un incesante festival y bombardeo de ángulos imposibles, movimientos alocados y extraños experimentos visuales, cada cual más banal que el anterior. De todas formas, tengo que admitir que entre medio de todo ese mar de injustificada, insípida y vana locura cinematográfica, hubo un muy interesante oasis de calidad en un más que interesante juego de mahjong, una secuencia llena de tensión y un negro sentido del humor que hacen de esa escena una delicia. Pero como estamos ante aforismos, se va tan rápido como llega: una vez que el juego llega a su fin, volvemos a la pobre calidad en que nos sumió el director.
Me temo que la gran culpa de la falla de la película es la importancia capital que se le da al personaje femenino, que cae en el radar del cura, ella siendo el interés amoroso de él y viceversa. Ya se imaginan el resto. Chan-wook ha dicho que su película no es sólo un thriller de horror y vampiros, sino que es una historia de amor, y es en esto último en lo que se cae, pues dicha historia de amor constituye el gran problema que hace pasar zozobras a lo sólidamente construido en la primera parte -y del que se ramifican todos los demás-. Qué hacer pasar zozobras: lo destruye por completo. Sin duda, una mala visión, pues "Thirst" no debió haber sido una historia de amor, sino una reflexión sobre la naturaleza del vampiro en contraposición con la del humano que todavía queda, en especial si antes de ser vampiro el sujeto en cuestión era un cura católico: sería una reflexión sobre el poder de la fe. Sin duda, a muchas películas les sobra amor y les falta mente y espíritu. A pesar de ese personaje que le hace tanto mal a la película, el reparto lo hace bien, especialmente el protagonista, a cargo de Song Kang-ho, un estupendo actor coreano. Su personaje me parece lo mejor de la película, incluso sobrellevando con dignidad el descalabro de calidad, pues además de estar bien actuado, o a raíz de ello -dudo que gracias al mal guión-, de él se desprende una desidia muy apropiada para su vampirismo. Me recuerda un poco al Tom Hiddleston de "Only lovers left alive", otro personaje desolado y aburrido, pero por problemas diferentes, pues ya sabemos que son morales distintas la de estos dos sujetos. Pero eso: gran actor para un gran personaje.
Y eso sería todo, "Thirst" comienza siendo una muy buena película que luego pierde el rumbo, cayendo en una confusión de la que no logra salvarse. Esta película no es un real aporte a la mitología vampírica ni al cine en general -aunque, claramente, no es lo peor de lo peor; en ese sentido, se le puede salvar un poco-; se traiciona, de la peor manera: cinematográficamente, al pasar de ser una reflexión que no se había tocado antes a una somera historia de amor, de esas que se ven todos los días, con humanos o vampiros o zombies o lo que sea. Una total desilusión.
Nada nuevo bajo el sol.
Pues menuda pereza me has dado, y eso que me apetecía verla tarde o temprano, ahora creo que será tarde...
ResponderBorrarAbrazos.
Pd: se te ha colado el título con las letras al revés, en realidad es 'Bakjwi', con un nombre así no es de extrañar la disléxica... A cualquiera nos costaría escribirlo ;)
BorrarJajajaja, ya tenía la impresión de que algo así me iba a pasar, y eso que me fijé bastante -aunque no lo suficiente; habrá sido la hora, un poco tarde para mi cerebro más afín a la luz del día-. Ya lo he cambiado, pues esas fallas sí que no pueden permanecer en el tiempo, pero gracias por el aviso, por supuesto. Y respecto a lo primero, me halaga que se considere en algo mi opinión, pero es una responsabilidad grande, jaja, ¿qué pasa si al final te termina gustando y la viste más tarde que temprano por mi culpa? En fin, espero que no sea el caso, y en cualquier caso -valga la redundancia-, espero estar intercambiando opiniones contigo en tu blog.
BorrarMuchos saludos.
Completamente de acuerdo con que es una película que tras un excelente inicio se desinfla de modo terrible. Además de la indignación (y las enormes ganas de que se acabe), recuerdo que fue bastante desconcertante cómo todo se iba al diablo conforma avanzaba la trama, sobre todo viniendo de un director que se había caracterizado por guiones casi perfectos. Inexplicable. La verdad es que me alegro que haya descansado un rato antes de disponerse a hacer otro largometraje después de esto.
ResponderBorrarSaludos.
Jajaja, sí, también comparto la indignación y deseos de que se acabe una peli que se destruye sola, aunque admito que el tramo final, con ese azul crepuscular envolviendo todo, igual tiene su gracia -no la suficiente, de todos modos-. Quiero ponerme al día con las que me faltan de él, que sólo son "I'm a cyborg...." y "JSA" -su opera prima no la puedo encontrar por más que me esfuerce, y sus cortos junto a otros realizadores no me llaman mucho la atención-.
BorrarSaludos.