miércoles, 26 de noviembre de 2014

Sauna - 2008


Director: Antti-Jussi Annila

   Claramente, no todo lo que venga de Finlandia tiene que ser de (Aki) Kaurismäki. La segunda película de Annila -no ha habido tercera desde entonces, salvo un episodio para la tele finlandesa: difícil la vida del cineasta poco y nada conocido- ha recibido un montón de buenos y auspiciosos comentarios, y por lo mismo es que llegó a mis curiosos oídos y receptores mentales, ávidos de nuevas películas bajo el radar. "Sauna" es, efectivamente, una muy buena película que te atrapa en este sombrío y volátil viaje por terrenos pantanosos. Pero quizás, tan sólo quizás, los comentarios tan positivos me hicieron esperar una película que no terminé viendo, dejándome con una sensación algo agridulce -con más dulce que agraz, eso sí-. En cualquier caso, no duden que méritos no le faltan a "Sauna", toda una experiencia.


   Una vez terminada la guerra entre Rusia y Suecia, los límites fronterizos deben establecerse. Una comisión conformada por suecos y rusos se mueven hacia el norte para llegar a otra comisión que se encuentra allá; de camino a su destino se encuentran con un gran pantano que debe ser explorado, así que dos hermanos suecos y tres soldados rusos se introducen en él para determinar la línea fronteriza. Ya dentro, una extraña y solitaria aldea, con un aún más misterioso sauna extrañamente ubicado, se les cruza en el camino, dando lugar a una verdadera pesadilla.


   Lo primero que me llama gratamente la atención es la manera en que se representa el trazado de las líneas fronterizas: con sangre. Mientras vemos mensajes que nos adelantan de qué trata la trama de la película, en un viejo mapa, hilos de sangre van delimitando las fronteras que se forman luego de la cruel guerra: gran metáfora, sin duda: la historia se construye en base a atrocidades, muertes y un derramamiento continuo de ese fluido rojo que mancha la tierra sobre la que caminamos y vivimos, dejando claro que, en cierta forma, la guerra que la humanidad libra consigo misma nunca cesa ni lo hará: estamos condenados y, por qué no decirlo, malditos; nuestras fronteras políticas no se comparan con la sangre que tiñe la tierra. Los sucesos que siguen a esa introducción dan buena fe de ello, aunque es cierto que la guerra entre Suecia y Rusia -que duró unos 25 años, si no me equivoco- es la perfecta excusa argumental para introducir, literal y figuradamente, a sus personajes en un ambiente fantasmagórico y surreal, en el que ya no importa tanto cualquier asunto sobre soberanías como el mero hecho de que cada uno está, justamente y por sí solo, condenado. No hay paz, no hay salvación, tampoco hay perdón; y esa particular y cruda redención no reconoce razas ni bandos: todos son monstruos que caminan sobre la sangre de otro.
  Entonces, tenemos un viaje que se articula como algo grupal pero que se desarrolla y profundiza a través de cauces más íntimos y personales, particularmente de los dos hermanos suecos, Knut y Erik Spore, ambos con arrepentimientos y actos atroces a sus espaldas -no nos demoraremos en ser testigos de uno de esos-, actos que los persiguen a donde sea que vayan ¿Ante que estamos, pues? Ante algo psicológico, que fluye no necesariamente desde lo estrictamente terrenal como de los miedos de sus personajes, que se ven, eso sí, materializados en horrendas formas físicas. Pequeño adelanto: acá hay una dicotomía que me causa cierto resquemor... pero ya llegaremos a ello.


  Como mencioné en el párrafo anterior, estamos ante un relato de terror/horror psicológico -ya no se hace necesario explayarme sobre qué significa eso, ¿o sí?-. Annila acierta en varios puntos, siendo el principal de ellos el crear una atmósfera sórdida y densa permanente, con una sensación de mal augurio que no deja de acecharte en ningún momento. Todo puede irse al diablo en cualquier momento, sólo espera... y la espera es increiblemente tensa, oh sí. En pocas palabras, una atmósfera inquietante. Personalmente no me dio miedo -saltos, brincos, etc.-, pues no creo que ese sea el gran propósito de todo -ni mucho menos su virtud-; me mantuvo nervioso, éste siendo, aventuro, la meta del director: intrudocirnos en esa aldea, ese sauna, esa atmósfera, sentirla a flor de piel, con la piel de gallina. Y pregunto, ¿qué más inquietante que tus propios miedos y arrepentimientos persiguiéndote incansablemente?
  Con todo y a pesar de que "Sauna" se mueva en el ámbito de lo psicológico, lo mental e interno, no hay que negar que no se evita el uso de varios golpes de efecto, particularmente en la banda sonora, que a veces recurre a un repentino y abrupto in crescendo justo cuando alguna figura se asoma, se acerca o directamente aparece de la nada, más o menos como cualquier producción de terror del montón; es ahí cuando menos me gusta "Sauna", pues sus mejores momentos son cuando pensamos que todo puede irse al diablo: una caminata, la búsqueda de algo, una mirada, una quietud oscura, etc. No obstante, no se equivoquen ni me malinterpreten: "Sauna" está muy bien hecha desde lo audiovisual, potenciando tremendamente esa sensación de locura y miedo propia de los personajes y de la aldea misma, con poderosas imágenes que transmiten todas las malas vibras posibles.


  Otro gran acierto de Annila: logra establecer esa aldea, ese extraño lugar, como un terreno que es mucho más que simplemente casas escasamente habitadas; ya lo dije hace poco: un lugar fantasmagórico y surreal, ¿materialización de los miedos de una persona, de una nación, o de la humanidad entera? Ese sauna es mucho más que una extraña edificación, es un portal hacia lo más oscuro de nosotros, oscuridad de la que muchos intentan huir y renegar. Dicho sauna tiene un aura cuasi mitológico, lo cual se cuadra coherentemente con esa energía tan hondamente psicológica que mueve el relato, lo cual es a todas luces otro acierto. Y es que debo volver a lo mismo, esta vez a modo de conclusión: lo estético está de lujo, la capacidad narrativa de las imágenes no debe ponerse en duda: Annila logra transmitir inquietud, miedo, lo que sea, sin necesidad de discursos ni recursos facilones y obvios... su dirección es de lo más apropiada.
  Mi problemilla con "Sauna" es esa dicotomía que les adelanté: aunque tome como base hechos específicos y nada complejos, terrenales -como asesinatos, una guerra, abandonos, etc.-, se mueve y desarrolla en el ámbito de lo psicológico, con representaciones visuales de los miedos de sus personajes, hilados a modo de pesadilla. Que quede clara esa palabra: representaciones. Y habiendo puesto sobre el tapete la importancia de dicha palabra, ¿es todo estrictamente real o mental?, ¿se justifica el simbolismo utilizado para determinados objetos y números y casualidades?, ¿o simplemente son mecanismos para retorcer una historia mucho más sencilla y terrenal de lo que se asume y pretende? ¿Es "Sauna" una historia sobre miedos, conflictos en vano y redenciones definitivas, o eso es un hábil disfraz para monstruos persiguiendo monstruos? Yo pienso, después de todo, que la segunda alternativa se ajusta de manera más precisa a lo que en verdad es "Sauna"; y yo debo decir que no me gustan mucho las historias que aparentan más de lo que son. Pero quién sabe, quizás esa unión entre terror físico y terror psicológico no se logró de la manera esperada, revelándose (esa dicotomía) y quebrándose ya cerca del final. Al menos el viaje que nos lleva a esa conclusión no es en vano, pues vaya que fue todo un recorrido lleno de momentos.
  Pero al final, siempre al final, las cosas muestra su verdadera cara; y yo debo decir que me sentí un poco engañado con "Sauna", aunque de todas formas haya más de dulce que de agraz, pues tampoco es una cinta que se traicione ni nada por el estilo: simplemente busca más de lo que puede encontrar.


  Pero ya saben, aún así "Sauna" es una interesante película de terror que se ubica muy por sobre la media de muchas otras del montón. Tiene defectos, pero sus virtudes están mucho más presentes y, gracias a ello, se puede disfrutar plenamente de esta película. Sólo un sujeto como yo se pondría a pensar en tantas complicaciones y líos mentales. En conclusión, aunque "Sauna" tenga un par de reparos en cuanto al relato -o su concepción más bien, pues por relato como tal estamos ante una pieza bien pensada y construida-, todo el apartado estético está de lujo, generando una atmósfera propicia para el miedo y la inquietud, sensaciones que no te abandonan en ningún momento. "Sauna" es un buen viaje, después de todo. Ahí me cuentan.

2 comentarios:

  1. Me agrado tu explicación de la película, tal cual lo que me esperé y percibí de ésta al verla. Muchas Gracias!. Muy buenas descripciones en varios aspectos.☺

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por las buenas palabras!
      La verdad es que ya no recuerdo mucho de esta película; tan sólo viendo las capturas puedo rememorar vagamente algunas escenas o impresiones. Lo que sí, creo que no me gustó mucho que digamos.
      Saludos y gracias por pasar!

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