Director: Edgar G. Ulmer
Hace bastante tiempo que no veía cine clásico, dios santo. ¿Años? Vaya uno a saber... Por fortuna sí recuerdo lo que vi: mucho cine negro, quedando encantado con casi todos los filmes que por entonces pasaron frente a mis ojos -en mi retina quedaron grabadas algunas escenas de "Out of the past" o "The killers", el cine negro todavía más negro: monumental-. Uno de ellos fue "Detour", de las películas más recordadas de su director, Edgar G. Ulmer, quien once años antes de aquella genialidad hizo la de terror que trata esta entrada, otra pieza memorable de su filmografía. Y qué puedo decir, "The Black Cat" me ha gustado bastante a pesar de que tiene serios fallos provenientes del guión y que limitan a la película misma, sobre todo a la notable puesta en escena de Edgar G. Ulmer cerca del final, lo cual es una lástima toda vez que él es un fantástico director. Pero ya ahondaré en esas cosas, y no demasiado...
El señor y la señora Alison viajan de lo más bien en su vagón del tren cuando un pasajero, un interesante y misterioso caballero, llega a sentarse con ellos. Aunque la pareja y el caballero, Bela Lugosi nada menos, se dirigen hacia destinos diferentes, el trayecto juntos será más largo y movido del inicialmente pensado. Cosas raras se avecinan.
La cosa es que los personajes llegan a la mansión de Boris Karloff, un sujeto siniestro que no parece tener intenciones inocentes para con sus huéspedes. Por otro lado, Bela Lugosi también tiene planes que llevar a cabo, ya que su pasado así lo exige. Y entre medio de estas dos fuerzas se encuentra nuestra pareja, que lo único que quiere es irse lo más rápido posible, notando que algo no muy amistoso está a punto de suceder. El asunto es que todos tienen algo en juego y realmente no pueden confiar entre sí, por más que ciertas amistades surjan en el camino. Y la gran fortaleza de esta película durante casi todo su metraje -excluyendo la resolución, de la cual ya dejaré mis reproches- es el juego de influencias que se construye entre los personajes, destacando a un Karloff con particular interés en la señora Alison y un Bela Lugosi que igualmente se ve cautivado por la bella dama. Una especie de tira y afloja muy llamativo que además esconde viejas rencillas entre ambos pesos pesados, conformando -nuevamente lo digo- un juego de manipulaciones y verdades ocultas delicioso. La tensión, sin ser asfixiante ni terrorífica propiamente tal, sí se encarga de generar una atmósfera atractiva y entretenida, con genuina capacidad para enganchar e interesar, pues de verdad es una incógnita el qué va a suceder después, sobre todo porque los tipos estos saben aparentar correción incluso aunque sean pálidos, ojerosos y siniestros. Además los personajes estaban correctamente dibujados, dotados con su justa cuota de misterio y encanto... sumemos a ello lo bien interpretados que están y la cinta tiene muy buena pinta. Vamos, "The black cat" me parecía una delicia, estaba totalmente atrapado por las garras de esta lucha de poderes. Y claro, la estupenda dirección de Edgar G. Ulmer, tanto por esa elegante y numerosas veces expresionista estética como por ese tempo pausado y calmo que le imprime a las imágenes y a la sucesión de acontecimientos, es también un poderoso aliciente. Y si consideramos que durante el metraje bueno el guión, no del todo original o inspirado, es muy efectivo y cumplidor, pero por sobre todo directo y sin irse por las ramas, pues entonces sí que estamos ante una película fenomenal.
El problema comienza ya en el acto final, cuando estas luchas deben resolverse, por desgracia de una manera totalmente opuesta al modo en que se fueron construyendo: a la rápida y sin explicación lógica. Eso sí, aclaro que la dirección de Edgar G. Ulmer no varía negativamente, solo que no logra salvar un guión -coescrito por él, vale decir- que se cae a pedazos irremediablemente. Para empezar, ante el bien construido peligro, las casualidades dan lugar a las salvaciones, muy inverosímiles... Digo, si quieres mantener a alguien molesto encerrado para que no estorbe, no le dejas la llave a su disposición; tampoco permites que por tu casa camine tu enemigo jurado ni mucho menos bloqueas sólo una puerta de tres de la habitación en que está cautiva tu presa, con las otras dos dándole total y libre movimiento -aunque la presa no lo note-. Y ante un secreto involuntariamente sacado a la luz, ¿desde cuando te deshaces del secreto, guardado con celo durante años, en vez de la persona que descubrió ese secreto y pone en peligro todo? Son los síntomas de una trama mal acabada que, peor aún, no utiliza las pistas que se sugirieron durante el metraje bueno, o dicho de otra forma, no se utilizan de una manera inteligente sino que como un desesperado as bajo la manga, un comodín que podía haber dado mucho más de sí.
Tantas cosas interesantes que Karloff escondía en su mansión y poco se explora al respecto, tanta historia escondida rasgada someramente, tanta genuina motivación reducida a meros impulsos irreflexivos, tanto cálculo devenido en caos... No pido que se lleven a cabo profundas y complejas reflexiones filosóficas sobre la guerra y la marca que ésta deja en quienes la viven en carne y hueso, pero ese material de fondo pudo ser la base de (más) situaciones más extrañas y cautivadoras. Porque hasta el momento en que la trama se cae, "The black cat" no era una ligera película de terror: contenía ideas que sustentaban al relato y sus caminos.
Y resulta que el gato negro al que alude el título no es nada realmente importante: Bela Lugosi les tiene fobia a los felinos y cuando ve uno pierde los estribos. Entre medio dice que los egipcios creían que el gato negro era el símbolo del mal, un dato muy interesante y sugerente que sin embargo se queda a la deriva... La figura del gato negro es circunstancial y el título termina siendo engañoso.
Me conformo con que la resolución no es del todo ridícula ni vergonzosa, pero uno tenía todo el derecho a esperar algo mejor, algo más digno y propio del metraje bueno y de los nombres involucrados. O quizás yo soy un ingenuo, pero me puedo permitir soñar.
Pero, a pesar de la pobre resolución y el aún peor llevado clímax, la película no me parece mala ni mucho menos desechable. Como les digo, me ha gustado y he disfrutado un montón. Tiene muchas cosas, especialmente estéticas, muy interesantes y rescatables... ya está dicho que no es una cinta del montón. Además, hay un par de escenas con gran sentido del humor, como cuando unos oficiales discuten cuál es la mejor ciudad o cuando el señor Alison lee una crítica que le hacen a un libro suyo... una crítica bastante despiadada hacia los críticos, si me preguntan: no saben nada de nada y hablan con una arrogancia que no se justifica... en fin, ya verán el momento ese que les digo. Igual traigo a colación lo del sentido del humor porque le da sabor a la película, no porque sea lo mejor de ella. ¿Lo mejor? La atmósfera sostenida en el metraje bueno, a ratos fascinante.
Con todo, les recomiendo a ojos cerrados "The black cat". ¿Qué se puede decir de una película que a pesar de sus fallas y limitaciones igual sale ganando? Que vale la pena, cuanto menos. No la dejen de lado.
El señor y la señora Alison viajan de lo más bien en su vagón del tren cuando un pasajero, un interesante y misterioso caballero, llega a sentarse con ellos. Aunque la pareja y el caballero, Bela Lugosi nada menos, se dirigen hacia destinos diferentes, el trayecto juntos será más largo y movido del inicialmente pensado. Cosas raras se avecinan.
La cosa es que los personajes llegan a la mansión de Boris Karloff, un sujeto siniestro que no parece tener intenciones inocentes para con sus huéspedes. Por otro lado, Bela Lugosi también tiene planes que llevar a cabo, ya que su pasado así lo exige. Y entre medio de estas dos fuerzas se encuentra nuestra pareja, que lo único que quiere es irse lo más rápido posible, notando que algo no muy amistoso está a punto de suceder. El asunto es que todos tienen algo en juego y realmente no pueden confiar entre sí, por más que ciertas amistades surjan en el camino. Y la gran fortaleza de esta película durante casi todo su metraje -excluyendo la resolución, de la cual ya dejaré mis reproches- es el juego de influencias que se construye entre los personajes, destacando a un Karloff con particular interés en la señora Alison y un Bela Lugosi que igualmente se ve cautivado por la bella dama. Una especie de tira y afloja muy llamativo que además esconde viejas rencillas entre ambos pesos pesados, conformando -nuevamente lo digo- un juego de manipulaciones y verdades ocultas delicioso. La tensión, sin ser asfixiante ni terrorífica propiamente tal, sí se encarga de generar una atmósfera atractiva y entretenida, con genuina capacidad para enganchar e interesar, pues de verdad es una incógnita el qué va a suceder después, sobre todo porque los tipos estos saben aparentar correción incluso aunque sean pálidos, ojerosos y siniestros. Además los personajes estaban correctamente dibujados, dotados con su justa cuota de misterio y encanto... sumemos a ello lo bien interpretados que están y la cinta tiene muy buena pinta. Vamos, "The black cat" me parecía una delicia, estaba totalmente atrapado por las garras de esta lucha de poderes. Y claro, la estupenda dirección de Edgar G. Ulmer, tanto por esa elegante y numerosas veces expresionista estética como por ese tempo pausado y calmo que le imprime a las imágenes y a la sucesión de acontecimientos, es también un poderoso aliciente. Y si consideramos que durante el metraje bueno el guión, no del todo original o inspirado, es muy efectivo y cumplidor, pero por sobre todo directo y sin irse por las ramas, pues entonces sí que estamos ante una película fenomenal.
El problema comienza ya en el acto final, cuando estas luchas deben resolverse, por desgracia de una manera totalmente opuesta al modo en que se fueron construyendo: a la rápida y sin explicación lógica. Eso sí, aclaro que la dirección de Edgar G. Ulmer no varía negativamente, solo que no logra salvar un guión -coescrito por él, vale decir- que se cae a pedazos irremediablemente. Para empezar, ante el bien construido peligro, las casualidades dan lugar a las salvaciones, muy inverosímiles... Digo, si quieres mantener a alguien molesto encerrado para que no estorbe, no le dejas la llave a su disposición; tampoco permites que por tu casa camine tu enemigo jurado ni mucho menos bloqueas sólo una puerta de tres de la habitación en que está cautiva tu presa, con las otras dos dándole total y libre movimiento -aunque la presa no lo note-. Y ante un secreto involuntariamente sacado a la luz, ¿desde cuando te deshaces del secreto, guardado con celo durante años, en vez de la persona que descubrió ese secreto y pone en peligro todo? Son los síntomas de una trama mal acabada que, peor aún, no utiliza las pistas que se sugirieron durante el metraje bueno, o dicho de otra forma, no se utilizan de una manera inteligente sino que como un desesperado as bajo la manga, un comodín que podía haber dado mucho más de sí.
Tantas cosas interesantes que Karloff escondía en su mansión y poco se explora al respecto, tanta historia escondida rasgada someramente, tanta genuina motivación reducida a meros impulsos irreflexivos, tanto cálculo devenido en caos... No pido que se lleven a cabo profundas y complejas reflexiones filosóficas sobre la guerra y la marca que ésta deja en quienes la viven en carne y hueso, pero ese material de fondo pudo ser la base de (más) situaciones más extrañas y cautivadoras. Porque hasta el momento en que la trama se cae, "The black cat" no era una ligera película de terror: contenía ideas que sustentaban al relato y sus caminos.
Y resulta que el gato negro al que alude el título no es nada realmente importante: Bela Lugosi les tiene fobia a los felinos y cuando ve uno pierde los estribos. Entre medio dice que los egipcios creían que el gato negro era el símbolo del mal, un dato muy interesante y sugerente que sin embargo se queda a la deriva... La figura del gato negro es circunstancial y el título termina siendo engañoso.
Me conformo con que la resolución no es del todo ridícula ni vergonzosa, pero uno tenía todo el derecho a esperar algo mejor, algo más digno y propio del metraje bueno y de los nombres involucrados. O quizás yo soy un ingenuo, pero me puedo permitir soñar.
Pero, a pesar de la pobre resolución y el aún peor llevado clímax, la película no me parece mala ni mucho menos desechable. Como les digo, me ha gustado y he disfrutado un montón. Tiene muchas cosas, especialmente estéticas, muy interesantes y rescatables... ya está dicho que no es una cinta del montón. Además, hay un par de escenas con gran sentido del humor, como cuando unos oficiales discuten cuál es la mejor ciudad o cuando el señor Alison lee una crítica que le hacen a un libro suyo... una crítica bastante despiadada hacia los críticos, si me preguntan: no saben nada de nada y hablan con una arrogancia que no se justifica... en fin, ya verán el momento ese que les digo. Igual traigo a colación lo del sentido del humor porque le da sabor a la película, no porque sea lo mejor de ella. ¿Lo mejor? La atmósfera sostenida en el metraje bueno, a ratos fascinante.
Con todo, les recomiendo a ojos cerrados "The black cat". ¿Qué se puede decir de una película que a pesar de sus fallas y limitaciones igual sale ganando? Que vale la pena, cuanto menos. No la dejen de lado.
Me llama mucho la atención, suelo apuntarme (no sé realmente el motivo) todas las películas con gatos negros en el título, aunque luego no tengan mucho que ver en la trama. Me la apunto aunque sea por curiosidad.
ResponderBorrarSaludos.
Es un muy sano disfrute, lo pasé bien a pesar de algunos reproches. Y en cuanto a lo de los gatos en los títulos, también vi "Cat People" de Tourneur y estaba preparando una entrada, pero mi computador murió y estoy a la deriva: obligado a comprar otro... en la eventualidad. En cualquier caso, la de Tourneur igual es muy buena, en muchos aspectos mejor que esta de Edgar G. Ulmer. Y para durar en promedio una hora... pues solo ganancias.
BorrarSaludos y hasta que tenga nuevo compu!!