Director: Christopher Smith
Estaba más o menos listo para ver "City on fire" de Ringo Lam cuando mi querida madre llega con un cachorro labrador que será de una tía, que como estaba trabajando no pudo recogerlo en persona y por eso se lo trajo mi madre por mientras... naturalmente, yo me quedé cuidando al perrito, ¡y con todo el gusto del mundo! Ahora bien, no me ha quedado mucho tiempo para ver cómodamente la cinta del hongkonés, así que prefiero utilizar ese tiempo escribiendo algunos comentarios sobre la tercera película de Christopher Smith, aquel sujeto cuya cinta "Creep" era tan mala que me dejó con depresión y sin ver películas durante dos días. O sea, luego vi ésta, y al constatar que no era la genialidad que muchos gritaban a los cuatro vientos, caí abatido. En su momento intenté escribir algo, pero la depresión cinéfila me superó y no me salió nada, pero creo que ahora, especialmente luego de tan simpática visita, estoy en buenas condiciones para escribir comentarios negativos. O quizás ni tanto, pues aunque "Triangle" no sea espectacular, es lo suficientemente salvable y apreciable como para no tirarla al basurero. Se van a entretener, eso es seguro.
Jess es una madre soltera de un chico autista y recibe la invitación de un amigo para acompañarlo, a él y otros amigos, a un paseo en yate por el mar. Todo parece ir bien... ya saben, la suave y fresca brisa acariciando el rostro de Jess, el azulado y tranquilo mar moviendo las cosas lo justo y necesario -a mí me da miedo el mar, no podría dar un paseo así-, el apacible paisaje... hasta que todo comienza a irse al demonio de maneras imprevicibles -de verdad-. Jess se mete en un juego de vida o muerte que luego se complica increíblemente... vaya paseo ese.
Cuando se habla y escribe sobre esta película se suele decir que es conveniente que no se sepa nada de ella, pero absolutamente nada de nada, para así no arruinar la sorpresa. Con esas advertencias, pensaba que "Triangle" iba a ser poco menos que reveladora, algo nunca antes visto en la historia del cine -o al menos de eso tan vago como "el terror"-. Luego llega la realidad: la propuesta que nos ofrece Smith no es nada nueva aunque se permita variar y agregar detalles de manera específica, pues es lo único que le queda por hacer dentro del terreno en el que elige moverse. Para que se hagan una idea, se podría emparentar a "Triangle" con "Los cronocrímenes" o "Looper", sin yo señalar que estamos ante una cinta sobre viajes en el tiempo propiamente tal como una sobre inexplicables paradojas temporales: si el viaje en el tiempo tiene origen y explicación -por más complicado que se vuelva el puzzle que arma el viajero-, lo de "Triangle" no ofrece explicación alguna, y tampoco es su intención... puede que un poco, pero no da el ancho. Christopher Smith se solaza jugando con los datos, las repeticiones, la supuestamente perfecta precisión con la que caen las piezas de este puzzle, más cercano a la opera prima de Vigalondo en este aspecto pero extrañamente dándoselas de "Looper" al meter con calzador una visión fallidamente más trascendental y etérea sobre el tiempo y el espacio -¿qué vino antes, el huevo o la gallina?-.
Porque no hay que engañarse, por más que Smith lo intente -ciertamente él se engañó a sí mismo-: "Triangle" está bien armada y es entretenido ver cómo todo va adquiriendo cierto sentido o explicación -ya saben, el "aaahhh, pero claaaaro"-, pero no le va ese tono metafísico del final, ese rollo de las consecuencias o el karma o vaya a saber uno. Y ahí radica el gran error de "Triangle", en no saber qué clase de película es. ¿Un enrevesado baile temporal o un castigo que trasciende el tiempo y el espacio? ¿Un aceptable entretenimiento o una profunda reflexión sobre lo importante de la vida? ¿Es la vida un ciclo de sufrimientos? Hablando en serio, todavía no sé muy bien de qué se trata "Triangle" más allá de todo ese lío circular que nos arma Smith. Y puede que para algunos el final constituya el eje reflexivo de todo, pero a mí no deja de parecerme un vil y barato trucillo -típico comodín a modo de salvavidas- para que la película adquiera algo más de valor del que verdaderamente ofrece... a fin de cuentas, un tiro por la culata. De hecho, debido a ese final la gente tenderá a buscarle alguna interpretación, alguna respuesta, cuando de verdad no es necesario hacer esa tarea ya que cayeron en la trampa del efectismo bien disimulado. De seguro varios espectadores se harán los listos dando rienda suelta a toda clase de teorías... en fin, eso pasa con estas películas que se hacen las serias e intelectuales.
Y para concluir esta parte, el error que surge del gran error de no saber qué película es "Triangle", es que ésta pierde interés a los treinta minutos. ¿Por qué? Porque en ese punto se revela y no deja nada a la imaginación: todo lo que se sugirió en el inicio queda explicado -aunque sea de una manera superficial-. ¿Que recibieron una llamada extraña? Entonces dicha llamada se hará más adelante en la película; ¿que apareció un objeto de la nada en un lugar improbable? Obviamente un personaje lo dejará ahí más adelante. Prácticamente, el problema ya tiene solución y el resto del metraje es una extendida respuesta de lo que ya sabemos. Tediosa pero curiosa a la vez, vaya. De todas formas, me permito señalar que el tramo final recupera algo de la calidad de los primeros treinta minutos. Aún así, la experiencia ya está finiquitada.
Y acabaré esta entrada con algunas comparaciones, primero con las que dejan bien parada a "Triangle". Si la ponemos al lado de "Creep", saldrá ganando. Y que conste: cualquier película que se compare con esa basura saldrá bien parada, por lo que establecer comparaciones con algo así es francamente inútil; no obstante, en este caso procede comparar las dos películas de Smith justamente porque comparten al director, y eso nos permite notar las cosas buenas de "Triangle". Primero, su protagonista -interpretada convincentemente por Melissa George, aunque le cueste cerrar la boca- genera empatía y, por lo tanto, interés de parte del espectador; digo, el peligro que la envuelve no te deja precisamente impasible: sería una lástima que algo malo le sucediera. Segundo, una vez las cosas extrañas comienzan a suceder, la intriga o el misterio es auténtico, pues no sabemos qué demonios está pasando, y naturalmente queremos saber qué se trae entre manos el director. Pero como digo, a los treinta minutos ambas cualidades se pierden: aun cuando la protagonista sigue generando simpatías, su rol como personaje pierde peso al igual que sus acciones y posibles consecuencias, ya sin el mismo peligro sobrecogedor de antes; y claro, como ya sabemos de qué trata todo, el visionado se convierte en un trámite... entretenido y bien pensado, pero trámite sin sorpresas ni emociones al fin y al cabo.
Y ahora las comparaciones negativas, más breves -lo prometo-. En "Looper" el protagonista tiene un encuentro consigo mismo en el que discute(n) sobre la perfección temporal y lo paradojal de dicho encuentro... en determinado momento, el Joe del futuro le dice a su contraparte joven que todo eso importa una mierda, poco menos. En dicha frase se encuentra la virtud de "Looper", pues aunque Rian Johnson juega con eso de las paradojas, deja éstas en un segundo lugar bajo lo realmente importante: el lado metafísico y cósmico de la vida, cosas así. En "Triangle", Smith igual intenta sublimar los acontecimientos relatados para que no parezcan un mero puzzle bien armado, pero falla porque hace todo lo contrario y le da importancia capital a la perfección temporal, relegando a un segundo lugar esa pretendida reflexión que, ya se dijo, no le sale ni te hace creer todo el cuento. O sea, está bien armado y todo, ¿nos quiere impresionar con ello y más encima hacerse el listo, el intelectual? Mucha ambición para un sujeto tan poco capaz y obtuso como él... Y si la comparamos con "Los cronocrímenes", ambas siendo similares en que se erigen como puzzles o intrincados laberintos, igual sale perdiendo pues Nacho Vigalondo no pierde el norte y mantiene el interés y la incógnita hasta el final -o eso recuerdo-, lo que no se logra acá en "Triangle". No hay por donde.
En fin, estamos ante una idea desaprovechada y mal ejecutada. Su visionado me dejó insatisfecho y hasta desilusionado. Y qué decir de Smith, que no es el director rupturista dentro de eso llamado "cine de terror" que yo pensaba él era. Otra decepción más, y ambas culpa mía. No aprendo nunca. Pero qué demonios, aunque no lo pasé genial, igual se pasa un buen rato. "Triangle" no es buena película y no se esfuerza para que se le aprecie mejor, pero qué más da... Aceptable thriller, aceptable divertimento. Nada más.
Porque no hay que engañarse, por más que Smith lo intente -ciertamente él se engañó a sí mismo-: "Triangle" está bien armada y es entretenido ver cómo todo va adquiriendo cierto sentido o explicación -ya saben, el "aaahhh, pero claaaaro"-, pero no le va ese tono metafísico del final, ese rollo de las consecuencias o el karma o vaya a saber uno. Y ahí radica el gran error de "Triangle", en no saber qué clase de película es. ¿Un enrevesado baile temporal o un castigo que trasciende el tiempo y el espacio? ¿Un aceptable entretenimiento o una profunda reflexión sobre lo importante de la vida? ¿Es la vida un ciclo de sufrimientos? Hablando en serio, todavía no sé muy bien de qué se trata "Triangle" más allá de todo ese lío circular que nos arma Smith. Y puede que para algunos el final constituya el eje reflexivo de todo, pero a mí no deja de parecerme un vil y barato trucillo -típico comodín a modo de salvavidas- para que la película adquiera algo más de valor del que verdaderamente ofrece... a fin de cuentas, un tiro por la culata. De hecho, debido a ese final la gente tenderá a buscarle alguna interpretación, alguna respuesta, cuando de verdad no es necesario hacer esa tarea ya que cayeron en la trampa del efectismo bien disimulado. De seguro varios espectadores se harán los listos dando rienda suelta a toda clase de teorías... en fin, eso pasa con estas películas que se hacen las serias e intelectuales.
Y para concluir esta parte, el error que surge del gran error de no saber qué película es "Triangle", es que ésta pierde interés a los treinta minutos. ¿Por qué? Porque en ese punto se revela y no deja nada a la imaginación: todo lo que se sugirió en el inicio queda explicado -aunque sea de una manera superficial-. ¿Que recibieron una llamada extraña? Entonces dicha llamada se hará más adelante en la película; ¿que apareció un objeto de la nada en un lugar improbable? Obviamente un personaje lo dejará ahí más adelante. Prácticamente, el problema ya tiene solución y el resto del metraje es una extendida respuesta de lo que ya sabemos. Tediosa pero curiosa a la vez, vaya. De todas formas, me permito señalar que el tramo final recupera algo de la calidad de los primeros treinta minutos. Aún así, la experiencia ya está finiquitada.
Y acabaré esta entrada con algunas comparaciones, primero con las que dejan bien parada a "Triangle". Si la ponemos al lado de "Creep", saldrá ganando. Y que conste: cualquier película que se compare con esa basura saldrá bien parada, por lo que establecer comparaciones con algo así es francamente inútil; no obstante, en este caso procede comparar las dos películas de Smith justamente porque comparten al director, y eso nos permite notar las cosas buenas de "Triangle". Primero, su protagonista -interpretada convincentemente por Melissa George, aunque le cueste cerrar la boca- genera empatía y, por lo tanto, interés de parte del espectador; digo, el peligro que la envuelve no te deja precisamente impasible: sería una lástima que algo malo le sucediera. Segundo, una vez las cosas extrañas comienzan a suceder, la intriga o el misterio es auténtico, pues no sabemos qué demonios está pasando, y naturalmente queremos saber qué se trae entre manos el director. Pero como digo, a los treinta minutos ambas cualidades se pierden: aun cuando la protagonista sigue generando simpatías, su rol como personaje pierde peso al igual que sus acciones y posibles consecuencias, ya sin el mismo peligro sobrecogedor de antes; y claro, como ya sabemos de qué trata todo, el visionado se convierte en un trámite... entretenido y bien pensado, pero trámite sin sorpresas ni emociones al fin y al cabo.
Y ahora las comparaciones negativas, más breves -lo prometo-. En "Looper" el protagonista tiene un encuentro consigo mismo en el que discute(n) sobre la perfección temporal y lo paradojal de dicho encuentro... en determinado momento, el Joe del futuro le dice a su contraparte joven que todo eso importa una mierda, poco menos. En dicha frase se encuentra la virtud de "Looper", pues aunque Rian Johnson juega con eso de las paradojas, deja éstas en un segundo lugar bajo lo realmente importante: el lado metafísico y cósmico de la vida, cosas así. En "Triangle", Smith igual intenta sublimar los acontecimientos relatados para que no parezcan un mero puzzle bien armado, pero falla porque hace todo lo contrario y le da importancia capital a la perfección temporal, relegando a un segundo lugar esa pretendida reflexión que, ya se dijo, no le sale ni te hace creer todo el cuento. O sea, está bien armado y todo, ¿nos quiere impresionar con ello y más encima hacerse el listo, el intelectual? Mucha ambición para un sujeto tan poco capaz y obtuso como él... Y si la comparamos con "Los cronocrímenes", ambas siendo similares en que se erigen como puzzles o intrincados laberintos, igual sale perdiendo pues Nacho Vigalondo no pierde el norte y mantiene el interés y la incógnita hasta el final -o eso recuerdo-, lo que no se logra acá en "Triangle". No hay por donde.
En fin, estamos ante una idea desaprovechada y mal ejecutada. Su visionado me dejó insatisfecho y hasta desilusionado. Y qué decir de Smith, que no es el director rupturista dentro de eso llamado "cine de terror" que yo pensaba él era. Otra decepción más, y ambas culpa mía. No aprendo nunca. Pero qué demonios, aunque no lo pasé genial, igual se pasa un buen rato. "Triangle" no es buena película y no se esfuerza para que se le aprecie mejor, pero qué más da... Aceptable thriller, aceptable divertimento. Nada más.
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