martes, 10 de febrero de 2015

La isla mínima - 2014


Director: Alberto Rodríguez

  La gran ganadora de los recientes premios Goya, no sé de qué otra manera comenzar esta entrada. Con información, supongo: un premio por acá, otro premio por allá. No es que me importen los premios, pero los datos importan... a veces y a algunos. En cualquier caso, "La isla mínima" es de esas películas que generan opiniones bastante contrapuestas, desde los que la consideran una obra maestra hasta los que la desdeñan por completo. Eso me tranquiliza, primero porque siempre me da miedo ver una película muy alabada´o muy vapuleada, y segundo porque me da ideas sobre cómo será la película en cuestión. Me ha pasado con la cinta de ahora y con "Birdman", cuya entrada no creo alcance a escribir luego de ésta. Sobre la película de Alberto Rodríguez nada más puedo decir que me ha parecido una película notable que, sin duda, merece elogios -cautelosos y no superlativos- mas de todas formas adolece de ciertas cosillas que los férreos detractores no se demoran en apuntar -no muchas y no muy molestas-. ¿Cómo me siento al respecto? Pues bastante bien, me ha gustado y la he disfrutado sin que los reproches se interpongan en mi camino.


  Dos detectives provenientes de la ciudad llegan a un pueblo rural del sur en el que han desaparecido dos adolescentes. Como es de esperar, dicha desaparición no es más que el preludio de horrendos descubrimientos que pondrán en jaque los secretos y actividades escondidas de algunos pobladores y sus costumbres. Y cómo no, ambientada en el año 1980, los asuntos políticos no se deben ignorar.


  Es increíble cómo exacerban las críticas negativas, de las más utilizadas el parecido con "True Detective", quizás por el paisaje en que se ambientan, lo de las chicas desaparecidas, los líos ilícitos de la región, cierto toque surreal... No es muy certero vapulear esta cinta por esos parecidos, pues a decir verdad hay un montón de películas y series, de mayor o menor reconocimiento, que tratan sobre desapariciones de mujeres en lugares más o menos alejados de la mano de dios y/o la civilización en que ocurren cosas despreciables a manos de campesinos medios locos. El verdadero asunto es la energía que subyace a los aspectos más convencionales de la trama; lo de "True Detective" era mucho más metafísico, cósmico y universal que lo de "La isla mínima", cuya importancia radica en su valor político y cultural propio: thrillers sustentados en elementos de identidad reconocibles e inherentes de cada escenario. Como digo, "La isla mínima" no es ninguna copia de nada, simplemente tuvo la mala suerte de estrenarse después del éxito de la magnífica serie de HBO.
  La otra crítica tiene mucho que ver con lo anterior: ciertos convencionalismos del género al que pertenece la película y que molestan a determinada cantidad de espectadores que, al parecer, exigen que el director reinvente el género. Acá realmente no vale la pena detenerse mucho, sólo señalaré que, al contrario de lo que a varios molesta, el hecho de que los dos policías tengan personalidades diferentes no es un recurso que obedece caprichosamente a esa norma no escrita de que las investigaciones son mejor en pareja, entre hombres, y éstos siendo prácticamente rivales; el que uno sea izquierdista y el otro no -habrán matices con respecto a él, al menos a mí me lo parece- ayuda mucho a dejar fluir esa energía subyacente de desconfianza y dudosa calidad humana, que por lo demás va más allá de colores políticos. Además le da un poco de tensión a la investigación como tal e incluso permite abrir posibilidades a medida que el relato tome forma... En otras palabras, esta decisión de los detectives diferentes no es para obedecer al género, es para darle mayor dimensión a la trama y potenciarla... y que uno sea mujeriego y con querencia al alcohol mientras que el otro es más recatado y correcto, aunque no muy original, sí aporta narrativamente al desarrollo del relato. No miren en menos a los guionistas, vamos.
  Las acusaciones de que "La isla mínima" es simplista y como cualquier otra no me convencen en lo absoluto. Tan sólo esa intensa mirada final denota el enorme mundo que se desarrolla debajo de esta investigación, y eso no es nada simple.
  Y bueno, aprovechando que estoy con los dos detectives, me apresuro en decir que la actuación de Raúl Arévalo me pareció impresionante, construyendo de manera sutil el pasado y presente de su personaje, a través de miradas, acciones y palabras que lo van dibujando de manera nada obvia. La labor del otro, si bien correcta, no me pareció la gran cosa, quizás porque su personaje no tiene tanta construcción desde el guión como el de su compañero... pero para qué irse en mala, el tipo actúa bien y le saca provecho a lo poco que ofrece su personaje.


  Como película en sí, "La isla mínima" es, ya lo dije, notable y disfrutable de principio a fin. Tiene una factura técnica impecable y el relato está narrado de manera coherente, bien hilado y resuelto. Como thriller de misterio la película cumple con creces las expectativas generadas -no por toda la publicidad y la pompa mediática sino por la misma premisa-. Dicho de otra forma, "La isla mínima" es buen cine de género, pero... pero qué, acá viene lo bueno, lo mejor: no es un thriller al uso o del montón. Alberto Rodríguez dirige de tal manera que la extrañeza es constante, partiendo por el hecho de que no hay introducción de ningún tipo toda vez que al inicio de la película los detectives ya están en el pueblo, sin nosotros saber nada sólido salvo el hecho de que investigan lo de las niñas... pero, ¿qué se juegan? ¿Por qué están ahí? La historia previa se dejará entrever poco a poco, a la par que la investigación, complementándose la una a la otra. Volviendo a la dirección de Rodríguez, su labor es mejor que apropiada y capaz de generar lo mismo que logran los buenos thrillers, pero siguiendo un camino distinto en términos audiovisuales, jugando con la falta de glamour del oficio y más con el cansancio y la carencia de inspiración, genialidad y brillo -lo que lo acerca en cierta forma al enorme "Érase una vez en Anatolia" de Nuri Bilge Ceylan, que desde luego toma rumbos propios, rumbos turcos-. Pero a pesar de ese tempo anticlimático que le imprime Rodríguez a su película, la investigación avanza con fuerza y seguridad, sin tropiezos y a un fluido ritmo de acontecimientos, siguiendo una línea lógica y convincente... lo que se le pide a un buen thriller policial.
  Ahora bien, los reproches con los que concuerdo, notorios pero ignorables si es que están en buena disposición, son los siguientes: aunque el misterio, con datos e informaciones, está muy bien cuidado, el resto de personajes que rodean a los detectives -salvo el cazador de ciervos, muy simpático- tienen participaciones fugaces y poco dibujadas, utilizando más la implicancia de sus actos que explorando en la psiquis y motivación de cada uno -supuestamente importante en esta cinta-. En otras palabras, sabemos qué rol jugaron, pero quedamos con gusto a poco porque es necesario mayor construcción (in)humana de parte de ellos, y hablo de los inocentes como de los más sospechosos.
El otro reproche tiene que ver con el retrato del pueblo en sí, cuyos problemas se dejan ver en ciertos pasajes pero por encima, como por ejemplo la huelga de los jornaleros o los sucios negocios con ciertas sustancias... Admito que la presencia de estos líos no es de gran, gran importancia narrativa, pero tampoco sobran por completo; están ahí debido a toda la motivación sociocultural y política del realizador, dando cuenta de que algunos ideales son más fuertes que cualquier proceso social... algunos fantasmas persisten y luchan por quedarse arraigados en la vena de algunos. Pero como digo, si la trama hubiese reforzado más esos elementos, no estaríamos diciendo que le falta pulcritud en ciertos puntos del guión.
  ¿Todo esto hace que el guión de "La isla mínima" no tenga pies ni cabeza? Ni loco, aunque si tanto se quería explicitar la importancia del mensaje subyacente del relato, bien se pudo haber disminuido un poco la presencia de la investigación con tal de que ésta no luzca tan preponderante y absoluta... está claro que en un policial la investigación es el centro de todo, pero la gracia es que no pase a llevar otros asuntos importantes -si es que los hay, como en el presente caso-. Pero dejemos tranquila a esta película, miren que sería totalmente distinta si obedeciera cada sugerencia o alegato de los espectadores: así como está "La isla mínima", uno realmente no se puede quejar.


  Y ya estoy terminando, estoy cansado de escribir. ¿Cómo terminar? Pues... veamos... "La isla mínima" es un excelente thriller que está bien narrado y bien rodado; quizás se centre demasiado en la investigación pura y dura para su propio bien e intenciones, pero no deja de cumplir cabalmente sus propósitos como relato. Como portador de un mensaje subyacente -aunque ni tanto, especialmente para los españoles, que claramente conocen mejor sus tierras y no es complicado hacerse de una lectura, más certera y profunda- también cumple lo suyo, logrando transmitirlo a través de una trama que lo incluye en su forma, y lo mejor es que con mayor sutileza de la que aparenta -algunos dirán que situar una historia en tiempos ajetreados, en un lugar que al parecer no progresa, dando carga moral diferente a los de un lado y los del otro no es muy sutil, pero considero que acá se logra equilibrar ese asunto con algo mucho más complejo que "o ser blanco o ser negro"... acá se logra matizar y no quedarse en simplismos-.
  En fin, como ahora sí que estoy cansado de verdad sólo atinaré a señalar que me he gustado bastante "La isla mínima", me ha hecho disfrutar y dejarme llevar por su misterio. Como a estas alturas todos deben tener una opinión, la hayan visto o no, pues les dejaré la decisión a ustedes sobre si estamos ante una película recomendable o no... uy, no me resisto: sí la recomiendo.

4 comentarios:

  1. En mi escrito resalto la intención de aproximarse a una época convulsa de la historia de España, la Transición a la democracia después de la muerte del general Franco. Tú lo indicas a la perfección. También me ha gustado mucho que mencionaras "Érase una vez en Anatolia", me parece muy acertada la comparación. Lo que no entiendo es que la referencia a "True Detective" haya sido algo peyorativo, que haya quien utilice eso para poner mal "La isla mínima". En cualquier caso la crítica no tendría sentido porque el rodaje de "La isla mínima" en ningún caso puede haberse visto influenciado por la serie de HBO, fue muy anterior a la emisión de la misma. Casualidades, supongo.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por sus palabras, y la cinta de Ceylan se me vino a la mente por pura casualidad, pero también me hizo sentido en el momento de su aparición. *Es menester comentarla con una entrada propia, nota mental* Y bueno, lo de True Detective es un caso, he visto mucho comentarios en foros y cosas así donde dicen que cada elemento es una copia... mala fortuna, bad timing...
      En cualquier caso, excelente película. Quiero ver las otras cintas españolas que han destacado a lo largo del año pasado. Parece que me llevaré muchos gustos, cuanto mínimo... qué demonios, creo que serán gustazos. Los visionados lo dirán.
      Saludos.

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  2. Totalmente de acuerdo con tu reseña, y coincido con Licantropunk sobre la reflexión desacertada de "True Detective", pienso que las relaciones vienen siempre influenciadas desde una mismo primsa, y de ahí las coincidencias de ambas, y ese prisma se llama "Twin Peaks". Evidentemente con "La isla mínima" y como bien comentas, la influencia es solo de estilo, pues lo importante en la película es el histórico momento del que vive.

    Un abrazo.

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    1. Twin Peaks es casi un paradigma de la mejor televisión que se ha hecho, y más particularmente dentro de las investigaciones cruzadas por lo paranormal, etéreo, nada terrenal; aunque eso del estilo es cierto, "True Detective" no es copia de "Twin Peaks" así como "La isla mínima" tampoco es copia de nada. Cada una destaca por la identidad que cada responsable creativo le otorga, y esa es la gran gracia.
      Y con tu comentario vengo a recibir los cien comentarios, meta que a decir verdad nunca pensé si se iba a cumplir antes o incluso después. Seguimos creciendo, y gracias por darte un tiempo para pasar por acá junto con el resto de personas que alegran la existencia de este humilde blog.
      Saludos y, bueno, nos seguimos leyendo, y con mucho gusto.

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