domingo, 22 de marzo de 2015

Locke - 2013


Director: Steven Knight

  A mí como que me daba lo mismo, pero el ruido mediático me trajo hasta "Locke", la segunda película de Steven Knight, una promesa incumplida sobre la que mucho se ha dicho, sobre todo alabanzas en exceso. Por ejemplo, que es buena porque Tom Hardy es un gran actor, que es buena porque sucede dentro de un auto con un solo actor que aguanta el peso entero del metraje -y que por eso es un grande-, que es buena por lo llamativo de su propuesta, etc. A mí "Locke" me ha parecido una película carente de cualquier cosa, ni como entretenimiento podría salvarse ni tampoco como ejercicio de estilo. "Locke" se preocupa más de que sepamos que el auto que maneja el protagonista es un BMW que de cualquier otra cosa, como contar una historia. Por suerte dura 80 minutos, que no se alargan en demasía pero sí dejan sentir el peso de la intrascendencia del relato y "su fondo". Por lo mismo, muy poco que señalar.


  Ivan Locke es un obrero de la construcción que sale de su trabajo, se sube a su auto y va a un lugar que no es su hogar, donde su esposa e hijos lo esperan para ver un partido de fútbol. El tipo tiene problemas y pretende solucionarlos de manera que todo salga 100% bien y todos terminen feliz de la vida.


  Lo que no pondré en duda es la calidad interpretativa de Tom Hardy, un sujeto que aguanta dignamente los ochenta minutos de metraje y, más aún, lo que lo diferencia de intérpretes de otras películas con protagonistas que no se despegan de la cámara en ningún momento -sin desmerecer a éstos-, que sabe cómo expresar lo que pasa internamente su personaje sin recurrir a la visualización del acontecimiento dañino. Hardy, con su sola actuación, logra visualizarlos a través de sus gestos y reacciones; en este caso, solitariamente y encerrado, sin ver las cosas pero sí sintiéndolas -facultad única de su personaje, no del espectador-, teniendo que hacer que las emociones afloren de manera creíble y natural. Eso lo logra, que fluyan con naturalidad -y humanidad-. Además no exagera ni recurre a la gestualidad barata; su actuación es tan contenida como el escenario en que está filmada la película, aunque tenga con creces la sutileza de la que "Locke" bochornosamente carece. Por lo tanto, Tom Hardy le queda grande a "Locke", "Locke" no logra estar a la altura de Tom Hardy. Es más, Tom Hardy le otorga a "Locke" las capas que Knight es incapaz de generar a través de su flojo guión y peor dirección. (Casi) Un salvavidas, este Hardy.
  Tampoco negaré que sin la limitación formal de estar encerrado en un auto, "Locke" no habría sido "Locke". Pedir una salida, física o de cualquier otra índole, sería contraproducente y francamente ridículo, por no decir idiota. El encierro en el auto está bien, pero el problema surge cuando comienza a notarse que Knight es incapaz de crear una narración que, a diferencia de Hardy, aguante los ochenta minutos de metraje. Al inicio está bien, no sabiendo a dónde se dirige el protagonista y qué demonios le sucede; pero cuando ya sabemos de qué se trata todo esto, las complicaciones que van surgiendo no son capaces de generar agobiante tensión o una atmósfera claustrofóbica -ya sea por el espacio reducido como por la incapacidad del protagonista de hacer algo más para solucionar su dilema, por sentirse limitado y atado de manos-, tampoco de aprovechar lo que es el conflicto central: la decisión tomada por Ivan y su firme deseo de mantenerla. Quizás ese sea el gran problema: no hay verdadera incógnita, no hay nada interesante por lo que quedarse, el conflicto no es agente de nada; el tipo ya se decidió y lo que vemos después de eso no es más que lo esperable repetido hasta el hartazgo... es decir, si alguien está enojado al inicio, seguirá enojado al final; si Hardy está decidido al inicio, nada puede ni siquiera amenazar con cambiar, voluntaria u obligadamente, su opinión. Esencialmente, ¿qué sucede? ¡Nada!
Sumen a ello, a que el conflicto no se desarrolle y la "narración" se estanque, que Knight piensa que para darle dinamismo a su película tan sólo basta con variar los ángulos de cámara, que ya pasados los diez minutos quedan agotados. Es lo mismo una y otra vez, dios santo. Además parece ilógico que todas las llamadas se sucedan una tras otra justo cuando la otra acaba de terminar, o que cuando milagrosamente una llamada es efectuada mientras otra está en curso, posteriormente el protagonista ni se preocupe de ver quién era o que quien llamaba tampoco intente contactar de nuevo a Ivan -y eso que la noche es urgente-. Sigamos: un par de llamadas son de relleno, Knight no sabe cómo utilizar a su favor el silencio -rehuye de él- o la imagen... estéticamente, así como narrativamente, esta película no es ningún aporte. Pura vacuidad.
  Lo único que sostiene a "Locke", además de Hardy, es que las conversaciones son ágiles y algunas bastante entretenidas, aunque varias de ellas pequen de pretenderse literarias y exquisitas. Las voces suenan convincentes a pesar de que, como digo, sus personajes no se desarrollen en lo absoluto y se mantengan siempre en la misma línea.
  En cuanto a lo moral, a la psicología del relato y su protagonista, dudo bastante que "Locke" trate de algo en concreto. Cualquier cosa que se les ocurra es algo de ustedes, no virtud de la película, que al parecer muestra las tribulaciones de un sujeto que quiere hacer "lo correcto", algo tan ambiguo que la película se difumina al rato y ya todo pierde el norte, el sentido. "Locke" surca lugares comunes disfrazada de planteamiento original: lo negativo de querer ser un héroe, la realidad no es como la planeas, etc... Los anti- lo pasan mejor, ¿eh?
  En conclusión, "Locke" es una muy sobrevalorada película cuyo mayor defecto proviene de su limitación formal, un reto que bien pudo haber dado notables frutos de haber contado con un director que sepa desplegar una puesta en escena coherente con su cinta, o siquiera de un guión el cual pudiera elaborar una historia con potencial dramático y narrativo. Las fallas se hacen notorias cuando Tom Hardy tiene que hablar "solo" -con la "presencia" de su fallecido padre, a quien recrimina muchas cosas- con tal de revelar ciertos elementos importantes de su personalidad y su pasado, pues salta a la vista que Knight no tuvo ni puta idea de cómo poner esa misma información de una manera menos obvia y más natural... digo, yo mismo admito que a veces digo un par de frases solo cuando manejo, pero no es que me ponga a hablar y soltarle discursitos a alguien que no está como si efectivamente estuviese ahí... sentido común, vamos. ¿No se le ocurrió nada mejor a este Knight? Qué se le puede hacer... "Locke" no es nada: no es ni un drama ni una comedia, ni una cinta de acción ni una experiencia introspectiva, ni una cinta electrizante o adrenalínica ni humanamente profunda o quieta... uno pensaría que la apuesta va por querer indagar en el estado, la psiquis de Ivan, pero poca idea tiene Knight, quien se escuda en la especulación del espectador conmovido. ¿Qué nos quiere decir? ... ... ... bueno... "Locke" es un insustancial y fallido ejercicio que no sale victorioso de su reto formal, y que sólo muestra a un Tom Hardy cacareando sobre la moral y el hormigón... pero si a Knight le sirve para demostrar lo buen director que es -no para mí, y no debería serlo para nadie-, pues que se regodee y disfrute como cerdo en el lodo del éxito que le regalen; total, serán quince minutos...
  Oh, y el hecho de que la cinta comience en la carretera y termine en ella es un obvio síntoma de que no fuimos a ningún lado, aunque un par de cosas, importantes pero reducidas a una simplona banalidad -gracias, amigo Knight-, hayan cambiado en el camino. Y ese final...
  En fin, hace tiempo que una película no me causaba nada de nada. Irritación, sí, pero al final cuando me di cuenta de la estafa perpetrada. Durante el visionado, pues... la impasibilidad al cuadrado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...