Director: Milcho Manchevski
De las últimas tres -contando ésta-, a la película que más fe le tenía era a "Pred doždot", más conocida por su título en inglés, "Before the rain", opera prima de Milcho Manchevski. No obstante, no me ha gustado: me ha dejado con gusto a poco, insatisfecho, con un amargo sabor de boca. No me parece una basura como "Sügisball", porque no lo es, pero adolece varios de los problemas de aquella pésima cinta estonia, y le falta mucho para tener lo que hacía de "Apsolutnih sto" algo tan memorable. Menciono esas películas por haber sido vistas y comentadas continuamente, y porque provienen de países que han estado en conflictos de diversa índole -aunque no es raro considerando el mundo en que vivimos-, conflictos que tal como sugiere la película de hoy, nunca terminarán realmente pues aunque por encima se lleguen a "resolver" las diferencias, el desprecio ya es parte cuasi esencial de la idiosincrasia de quienes habitan esos hermosos pero ensangrentados lares. No señor, "Before the rain" no es mala, pero es demasiado impersonal, y una grandilocuente factura técnica no es suficiente para salvar la función, al menos no para quienes quieren algo más que un producto pensado sólo para ganar premios e impresionar a los ilusos.
Tres historias marcadas por los conflictos de guerra y las tensiones raciales, especialmente entre macedonios y albaneses. La primera, "Palabras", trata sobre un joven monje que ve como a su monasterio llegan macedonios en busca de una niña albanesa, presunta asesina de uno de los suyos. "Rostros", segunda historia, trata sobre una mujer que se debate entre el amor de su esposo y el de su amante. "Imágenes", tercera y última historia, trata sobre un fotógrafo de guerra macedonio que llega a su tierra natal luego de dieciséis años de ausencia.
Esta es una coproducción entre Macedonia e Inglaterra (o Reino Unido, como quieran/prefieran), pero no me negarán que parece como si los de Hollywood hubiesen partido lejos de su tierra de posibilidades para contar otra de sus típicas historias de romances, decisiones y redenciones pero en un lugar extranjero y, de preferencia, conflictivo; en otras palabras, para hacer un producto "exótico". No me digan que no, tiene toda la estampa estilística -fotografía y banda sonora correctas, sí- y la misma falta de sensibilidad y personalidad que se puede esperar del Hollywood actual -o de la gran mayoría, para que no me acusen de discriminador o absolutista-... No es de extrañar que haya sido nominada al premio oscar, aunque sea el de mejor película extranjera, que sabemos tiene credibilidad hasta el día de hoy; el punto es que parece sólo un producto pensado para ganar premios o, probable consecuencia de lo recién señalado, para dar notoriedad a una cinematográfia poco y nada conocida. ¿Para emocionar? Casi parece que lo intentan, pero al final uno se da cuenta que los responsables se solazan alardeando la grandilocuencia de su producción en vez de concentrarse en algo que pueda tener verdadero impacto en la gente que se siente a ver la película. Señalo todo esto porque se nota de inmediato que el fin de esta película no es tanto la exploración humana como el aprovechamiento superficial de sus desgracias, infortunios, tribulaciones, para crear historias más o menos manidas y aleccionadoras: el simple deseo de epatar a costa de lugares comunes. Típico hollywoodense.
Porque verán, el conflicto entre macedonios y albaneses es tan sólo un escenario -narrativamente- estéril, un pobre marco que contiene a duras penas las ya bastante vistas historias: el amor prohibido por la religión, el amor prohibido por convenciones sociales, el amor prohibido por odios raciales. El elemento en común es, lo habrán notado, el amor prohibido; lo de la religión, la sociedad correctita o el odio racial queda en el aire pues es una excusa, un comodín que pone en movimiento esto de las "pasiones". Por poco vemos el amor prohibido entre un noble y un pobre, pero habría sido mucho. En este sentido, "Apsolutnih sto" le da mil patadas en el trasero, pues utiliza el tema de las guerras yugoslavas pero desde el fuera de campo, como pasado que persigue sin descanso a unos protagonistas sumamente afectados por las consecuencias, visibles o invisibles, tangibles o intangibles. "Before the rain" utiliza la guerra como elemento manipulador, como agente efectista: "oh, qué triste son todas esas muertes". Se necesita un verdadero punto de vista para emocionar, y Manchevski parece no tenerlo, algo un poco raro considerando que el hombre es macedonio y debe haber vivido algunas cosas de cerca. ¿Lo habrán mantenido a raya? Nunca lo sabremos... o quizás sí, con el resto de su filmografía.
Lo curioso es que Manchevski parece interesarse más en el tema de la guerra, del odio, de las divisiones: el leit motiv es el círculo no redondo, el ciclo que continúa, el tiempo que no muere. Es decir que sin importar los involucrados, ya sean buenos o malos, la guerra nunca acabará: eventualmente algún conflicto surgirá, a gran escala o simplemente entre dos aldeas. Por desgracia, el director no va más allá del eslogan, de la cuña publicitaria, y se pierde en las previsibles y superficiales historias de... ya lo dije: romances, blablabla, redenciones, blablabla, decisiones... Y la cosa resulta más curiosa pues estas historias están muy descuidadas en cuanto a relato, ya que avanzan fugazmente con conflictos que escalan sin un desarrollo serio y creíble -y uno no se cree que alguien esté dispuesto a morir por otro que conoció el día anterior-; tienen personajes pobremente dibujados -aunque varios de ellos son simpáticos y algo interesantes, sobre todo el fotógrafo-; y lo peor de todo, que se solucionan de manera casi improvisada y completamente inverosímil, siendo suficiente para el director que súbitamente alguien comience a disparar indiscriminadamente, que un grupo de enemigos te encuentre en mitad de la nada, o que alguien cercano te dispare a ti en vez de a quien realmente quiere disparar. Los clímax de cada historia son poco convincentes y desvergonzadamente aleccionadores: siempre, sin excepción, muere alguien importante para quien protagonice la historia -por lo demás, el ÚNICO muerto del lugar-, siendo obvio que el mensaje es que la guerra, aparte de ser eterna, no puede "terminar" nunca bien, lo cual queda un poco raro en la segunda historia pues el estallido parece un lío entre amigos en vez de consecuencias propias de la guerra -lo que me hace pensar que el verdadero mensaje es "la mala suerte es mortífera"-, pero en fin...
En este sentido, se asemeja a "Sügisball" gracias a su guión débil e insulso, impostado e inverosímil. No obstante, lo podemos salvar del vertedero, aunque sea por los pelos, por haberse encargado de crear arcos dramáticos que, por lo menos, dan la sensación de que se nos está contando algo. Así uno puede aparentar mientras dure la película.
Sin abandonar del todo el guión, éste juega de manera interesante con los tiempos y la continuidad de los hechos. Tiene que ver con la premisa del ciclo, del círculo... no redondo. Es interesante pero, al fin y al cabo, contraproducente pues más que reflexión genera confusión, y la mente de uno se dirige al entramado matemático del relato en vez de la exploración humana que debería tener pero no tiene. Al final uno se pregunta qué era más importante para Manchevski, si las posibilidades metafísicas de la vida, o el nivel humano de las cosas... O, simplemente, dirigir algo exportable y peculiar. En cualquier caso, todas las vertientes quedan al debe... Y está claro que los romances son insípidos, las decisiones impostadas y las redenciones clichés... ¿y lo metafísico? Obviamente forzado.
Yo creo que "Before the rain", más que una verdadera película, o verdadero cine para ser precisos, simplemente era una forma de los macedonios de decir "oigan, miren, también podemos hacer 'buen cine', denos su dinero". El mensaje debajo del meloso mensaje oficial es para el mundo entero, pero específicamente para Hollywood o cualquier pez gordo dispuesto a despilfarrar. ¿Qué le falta a esta película? Dos cosas muy importantes: primero, honestidad con lo que cuenta, y segundo, coherencia con cómo lo cuenta.
Insisto, no me ha gustado, pero quizás a más de alguno pueda dejarle una buena impresión. Decidan ustedes si quieren ver, o no, una película made in hollywood pero hecha en Macedonia y financiada por ingleses. Nada nuevo bajo el sol: corrección política por las nubes, convencionalismo puro y en su máxima expresión. Como digo, quizás les guste. A su riesgo y a su criterio lo dejo.
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