jueves, 7 de mayo de 2015

The Friends of Eddie Coyle - 1973


Director: Peter Yates

  Esta película estaba hace tanto tiempo en mi radar de manera frustrada que ya pensaba que no podría verla nunca, pues cada vez que lo intentaba los subtítulos me fallaban de manera estrepitosa, dejándome tendido en el suelo en posición fetal y con la cara llena de lágrimas. Por suerte aparecieron unos buenos y acá estoy, comentando esta película de criminales haciendo favores a otros criminales, protagonizada por el siempre genial Robert Mitchum, principal atractivo de la cinta, al menos antes de verla -y después también, claro, pero como un elemento más de otros tantos, igual o más excelentes-. Sin duda, "The friends of Eddie Coyle" es una gran película, mejor todavía porque es mucho más de lo que esperaba, y a mí me encantan las sorpresas realmente inesperadas.


  Eddie Coyle es un viejo criminal de poca monta que, debido a líos anteriores a la película, ve cómo una muy probable condena de mínimo cinco años le puede caer encima. Mientras lleva a cabo sus pequeñas pero decisivas funciones dentro del mundillo criminal, intentará quitarse la condena haciendo todo lo posible, incluso contactando a agentes federales, algo siempre peligroso...


  Hay un elemento que no se puede dejar de lado al momento de comentar esta película, pues sería un maldito pecado cuya gran y grave consecuencia sería no entender completamente la genialidad y esencia de la película, o de su narración. Dicho elemento es el siguiente: George V. Higgins, escritor, autor de la novela homónima en la que se basa la presente película y también de "Cogan's Trade", adaptada hace poco por Andrew Dominik en la genial "Killing them softly". Creo que mencionando el nombre del escritor es más que suficiente para entender por dónde van los tiros, estética y narrativa mente hablando, pero no perdemos nada dejando que yo escriba un poco al respecto.
Si han visto ésta y la cinta de Dominik, podrán notar que en ambas se encuentra la particular y poderosa narración de Higgins, dueño de una prosa contundente, directa y sin concesiones -no he leído sus novelas, pero asumo lo escrito por las películas adaptadas, supeditadas a la visión estético-narrativa de cada director, claramente, pero con el innegable factor común proveniente de la pluma de Higgins-, que siempre nos cuenta una historia de criminales de poca monta, naturalmente ambientada en un organizado y hermético submundo criminal, cuyos hilos son manejados por una fuerza invisible, cual implacable y sangriento dios que no perdona ni deja cabos sueltos; no obstante, más importante es el cómo se narra dicha historia de criminales, algo que tanto Dominik como Yates en este caso llevan a cabo a la perfección en tanto "traducción" en imágenes, cada uno utilizando su propia sofisticación formal, muy interesante considerando lo mugroso del sistema o del paisaje humano retratados. Hay una ironía inteligente y muy sabrosa, negrísima considerando el vacío moral que cubre todo.
"The friends of Eddie Coyle" es una película que avanza pausadamente, tanto en su tempo -o ritmo- como en su caudal de acontecimientos, varios pero no demasiados, aunque lo interesante, fascinante y excitante es que a pesar de tener ese tempo y esa cantidad de hechos, aún así la película es extrema y salvaje en sus contenidos modos. Porque subyacentemente la película es demasiado intensa, pasa de todo -influencias, gestos, planes no dichos, acontecimientos no vistos, una amplia mitología criminal...-, y sin embargo la imagen es tan pausada y contenida que el resultado es que una trama muy bien escrita que pudo haber sido una más de criminales que se matan entre sí así como así se transforma en una claustrofóbica experiencia que te hace sentir pequeño y prescindible, apenas un peón dentro de un tablero de ajedrez controlado por fuerzas ajenas a nosotros, lo cual se ajusta a esa visión de Higgins la cual señala con aterradora eficacia que, una vez metido en la mierda, ya no hay posibilidad de escape o redención; más aún, todo se desarrolla mediante la dialéctica y no la constante balacera de siempre, lo cual hace de "The friends of Eddie Coyle" una película de criminales aún más atípica, pues más que violencia explícita y sangre a chorros, lo que vemos es un sistema que se ajusta y adapta a los movimientos de la calle en un sentido administrativo. La ley de los sin ley.
  Por lo demás, en la atmósfera se siente con despiadada y avasalladora potencia ese espeso y crudo aire de degradación moral y humana, cada vez más depravada y carente de principios, como si todo estuviese podrido y abandonado a su suerte. No hay fuerzas divinas que nos salven, sólo manos negras que desde la oscuridad nos lanzan al abismo. "The friends of Eddie Coyle" es una película oscura y nihilista, exigente y con una personalidad arrolladora, escrita magistralmente y dirigida con una mirada que capta y transmite esa pulsión inherente del material de partida; a fin de cuentas, fascinante y magnífica. Tendrán que estar bastante atentos para no perderse entre la amplia gama de nombres, rostros, propósitos y vanidades. "The friends of Eddie Coyle" no es una película que se quieran perder o, peor, entender a medias; "The friends of Eddie Coyle" es una película que debe ser absorbida en toda su genialidad, y que merece una ovación. Espectacular, imperdible, sensacional. Vayan con confianza, aunque vigilen bien a sus amigos...

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