Directora: Joanna Hogg
Dejemos las cosas algo complicadas para más adelante y las más simples para ahora. Por eso les comento la opera prima de Joanna Hogg y no la segunda película de Villeneuve, "Maelström", que me tiene contra las cuerdas. Igual es gracioso que en estos días en que más tiempo tengo, más me estanco en escribir estas entradas... Ironías de la vida, qué más... Y mientras hoy, 14 de mayo, se estrena la cuarta Mad Max en nuestras salas y los pobres e ignorantes diablos inmerecidamente ganan entradas gratis para verla -en una avant-premiere tres días antes, miren ustedes-, yo me quedo acá esperando mejores oportunidades. Sin embargo no me quejo de la vida, si hasta estoy feliz: el descanso me sienta bien. Y, vaya coincidencia, el descanso es lo que nos trae de vuelta a "Unrelated", película de Joanna Hogg sobre descansos que no son tales, sobre días de calma que se convierten en tormentas de pasiones y rencores. Muy buena película, claro que sí.
Anna es una mujer londinense que llega a Italia a descansar unos días con la amiga que la invitó, lugar en el que además se encuentran los esposos, los amigos y los hijos/sobrinos. Con el correr de los días, vamos conociendo mejor a Anna, una mujer bastante complicada...
Lo primero que debo dejar escrito es mi extrema sorpresa al constatar que esta es la primera película de cine en la que se deja ver Tom Hiddleston, quien hasta entonces sólo había aparecido en telefilmes. Yo pensaba que el hombre tenía más trayectoria, por el explosivo ascenso de su carrera, digo. Miren ustedes: Luego de "Unrelated" actuó en "Archipelago", la segunda película de Hogg, y ya en su tercera aparición en la pantalla grande era Loki. ¿Cómo tan veloz? Ahora es de los actores más codiciados del mercado, y bien merecido que lo tiene.
Pero en fin, vamos a lo nuestro: "Unrelated" es una película de muchas y profundas capas que poco a poco, al igual que la protagonista, se va desnudando siguiendo un claro proceso de deterioro emocional e interpersonal -la película en sí sigue un incremento de calidad notable-. Si al principio la cosa iba de personas descansando del estrés de las grises ciudades de Inglaterra, al final el conflicto, si bien acotado y para nada extremo o rebuscado, muestra la gravedad del asunto: que estas personas, al menos las más importantes para el discurrir dramático, están mucho más afectadas y quebradizas de lo que en un inicio podría parecer; no están aquejadas por el cansancio sino por ilusiones rotas y mucho más. Porque las cosas que pasan, como por ejemplo que Anna se sienta atraída por uno de los jóvenes interpretado por Hiddleston, van mucho más allá del conflicto circunstancial y superficial, es decir, este conflicto entre mujer "ya entrada en años" y joven fiestero no se queda en la siempre inocua diferencia de edad -y los cuestionamientos morales que puedan formularse desde veredas más conservadoras, incluso cuando la mujer y el chico no están emparentados en nada: unrelated- y profundiza en el porqué Anna necesita cierta inyección de juventud, o cariño, o quizás un simple escape a sus cada vez menos latentes problemas. Desde luego, Anna no es la única atribulada y del resto de personajes también aflorarán viejas rencillas y rencores familiares y personales, constituyendo el otro gran eje de la película, que es nada más y nada menos que la tranquilidad rota y aniquilada, convirtiendo una estadía casi paradisíaca en un infierno de pasiones. Suele pasar, en todo caso... Las familias, las familias...
En términos más formales, hay dos grandes elementos a destacar, el primero de ellos el gran trabajo de los actores, desde luego muy bien dirigidos por Joanna Hogg. Sin ésta sólida labor, la tensión no habría sido la misma y, por ende, tampoco los conflictos y la manera en que estos se desarrollan o esconden. Habrían perdido verosimilitud y potencia dramática. El segundo, de nuevo elogiando a Joanna Hogg, es la brillante pero sencilla puesta en escena que consta mayoritariamente de planos generales, fijos y sin cortes -aunque no son pocas las escenas en las que los rostros, los primeros planos, constituyen el elemento expresivo primordial-, pero más importante, que no es invadida por artificios manipuladores; Hogg deja que la situación en sí transmita la tensión sexual y personal involucrada, aquella primeramente generada por los actores, claro, pero luego aprovechada y potenciada por el trabajado encuadre de Hogg, aquel que aprisiona aún más las tensiones ya ni tan escondidas: la pulsión invade el fotograma, y la tensión casi se puede tocar y rebanar con un cuchillo, así de densa es la atmósfera que se va generando a medida que los sentimientos negativos invaden el espacio tangible e intangible de los personajes. Hay escenas que son verdaderamente asfixiantes por la inconmensurable incomodidad social y personal involucrada, aquella que hace de una mirada o una caminata una verdadera tortura, un tortuoso camino al ostracismo. Es peor la sensación de que un refugio pase de ser un espacio seguro a una vulnerable casa de vidrio, dejando vilmente expuestos a sus habitantes... Ya por el final nada se puede ocultar, todo se refleja en los rostros, y aunque los personajes sepan lo que ven, el solo acto de ignorar un rostro compungido es terrible muestra de la decadencia moral alcanzada. Un panorama desolador, vayas vacaciones resultaron ser...
"Unrelated" es un excelente y desasosegante juego de apariencias y huidas, con una directora que sabe esconder a la vez que desnudar dolores, aflorar patetismos y vulnerabilidades, y destruir añoranzas y ensoñaciones. Pero, al fin y al cabo, puede que la catarsis igual se deje caer, aunque sea en base a mentiras y nuevas máscaras... Me recuerda un poco a "La ciénaga" de Lucrecia Martel, por la tensión familiar y todo, aunque la directora argentina, si la conocen, recurre a una visualidad mucho más claustrofóbica y cerrada que la apertura y el desapego de Hogg, más cercana al estilo fílmico de Ruben Östlund... Pero para qué ir comparando, pues además de que yo me voy perdiendo entre referencias y referencias, cada cineasta es único en tanto autor de un lenguaje, y eso queda demostrado con las destacables filmografías de los recientemente nombrados. Volviendo a Joanna Hogg, nada más les digo que vale mucho la pena descubrirla; pasarán un rato incómodo y todo, pero vaya que es buena película "Unrelated".
Anna es una mujer londinense que llega a Italia a descansar unos días con la amiga que la invitó, lugar en el que además se encuentran los esposos, los amigos y los hijos/sobrinos. Con el correr de los días, vamos conociendo mejor a Anna, una mujer bastante complicada...
Lo primero que debo dejar escrito es mi extrema sorpresa al constatar que esta es la primera película de cine en la que se deja ver Tom Hiddleston, quien hasta entonces sólo había aparecido en telefilmes. Yo pensaba que el hombre tenía más trayectoria, por el explosivo ascenso de su carrera, digo. Miren ustedes: Luego de "Unrelated" actuó en "Archipelago", la segunda película de Hogg, y ya en su tercera aparición en la pantalla grande era Loki. ¿Cómo tan veloz? Ahora es de los actores más codiciados del mercado, y bien merecido que lo tiene.
Pero en fin, vamos a lo nuestro: "Unrelated" es una película de muchas y profundas capas que poco a poco, al igual que la protagonista, se va desnudando siguiendo un claro proceso de deterioro emocional e interpersonal -la película en sí sigue un incremento de calidad notable-. Si al principio la cosa iba de personas descansando del estrés de las grises ciudades de Inglaterra, al final el conflicto, si bien acotado y para nada extremo o rebuscado, muestra la gravedad del asunto: que estas personas, al menos las más importantes para el discurrir dramático, están mucho más afectadas y quebradizas de lo que en un inicio podría parecer; no están aquejadas por el cansancio sino por ilusiones rotas y mucho más. Porque las cosas que pasan, como por ejemplo que Anna se sienta atraída por uno de los jóvenes interpretado por Hiddleston, van mucho más allá del conflicto circunstancial y superficial, es decir, este conflicto entre mujer "ya entrada en años" y joven fiestero no se queda en la siempre inocua diferencia de edad -y los cuestionamientos morales que puedan formularse desde veredas más conservadoras, incluso cuando la mujer y el chico no están emparentados en nada: unrelated- y profundiza en el porqué Anna necesita cierta inyección de juventud, o cariño, o quizás un simple escape a sus cada vez menos latentes problemas. Desde luego, Anna no es la única atribulada y del resto de personajes también aflorarán viejas rencillas y rencores familiares y personales, constituyendo el otro gran eje de la película, que es nada más y nada menos que la tranquilidad rota y aniquilada, convirtiendo una estadía casi paradisíaca en un infierno de pasiones. Suele pasar, en todo caso... Las familias, las familias...
En términos más formales, hay dos grandes elementos a destacar, el primero de ellos el gran trabajo de los actores, desde luego muy bien dirigidos por Joanna Hogg. Sin ésta sólida labor, la tensión no habría sido la misma y, por ende, tampoco los conflictos y la manera en que estos se desarrollan o esconden. Habrían perdido verosimilitud y potencia dramática. El segundo, de nuevo elogiando a Joanna Hogg, es la brillante pero sencilla puesta en escena que consta mayoritariamente de planos generales, fijos y sin cortes -aunque no son pocas las escenas en las que los rostros, los primeros planos, constituyen el elemento expresivo primordial-, pero más importante, que no es invadida por artificios manipuladores; Hogg deja que la situación en sí transmita la tensión sexual y personal involucrada, aquella primeramente generada por los actores, claro, pero luego aprovechada y potenciada por el trabajado encuadre de Hogg, aquel que aprisiona aún más las tensiones ya ni tan escondidas: la pulsión invade el fotograma, y la tensión casi se puede tocar y rebanar con un cuchillo, así de densa es la atmósfera que se va generando a medida que los sentimientos negativos invaden el espacio tangible e intangible de los personajes. Hay escenas que son verdaderamente asfixiantes por la inconmensurable incomodidad social y personal involucrada, aquella que hace de una mirada o una caminata una verdadera tortura, un tortuoso camino al ostracismo. Es peor la sensación de que un refugio pase de ser un espacio seguro a una vulnerable casa de vidrio, dejando vilmente expuestos a sus habitantes... Ya por el final nada se puede ocultar, todo se refleja en los rostros, y aunque los personajes sepan lo que ven, el solo acto de ignorar un rostro compungido es terrible muestra de la decadencia moral alcanzada. Un panorama desolador, vayas vacaciones resultaron ser...
"Unrelated" es un excelente y desasosegante juego de apariencias y huidas, con una directora que sabe esconder a la vez que desnudar dolores, aflorar patetismos y vulnerabilidades, y destruir añoranzas y ensoñaciones. Pero, al fin y al cabo, puede que la catarsis igual se deje caer, aunque sea en base a mentiras y nuevas máscaras... Me recuerda un poco a "La ciénaga" de Lucrecia Martel, por la tensión familiar y todo, aunque la directora argentina, si la conocen, recurre a una visualidad mucho más claustrofóbica y cerrada que la apertura y el desapego de Hogg, más cercana al estilo fílmico de Ruben Östlund... Pero para qué ir comparando, pues además de que yo me voy perdiendo entre referencias y referencias, cada cineasta es único en tanto autor de un lenguaje, y eso queda demostrado con las destacables filmografías de los recientemente nombrados. Volviendo a Joanna Hogg, nada más les digo que vale mucho la pena descubrirla; pasarán un rato incómodo y todo, pero vaya que es buena película "Unrelated".
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