Director: Shinji Aramaki
Hace muchos años, cuando iba en el colegio y tenía la tierna edad de doce años, era un gran fanático de las series de animé, aunque sólo de las que daban en la tele, pues en ese entonces no tenía internet. Desde luego, también habían otros que compartían mi mismo interés, aunque con más medios para satisfacer sus deseos; entre ellos se encontraba un sujeto que compraba series y películas en sus dvd's originales -todo un lujo-, y de vez en cuando me prestaba una que otra serie o película -principalmente películas, pues las veía rápido y, por ende, volvían a sus manos casi inmediatamente-. Entre lo que vi gracias a él se encuentra una película del 2004 llamada "Appleseed", la cual en su momento no me gustó del todo por razones que ya no recuerdo, lo cual me dio la suficiente curiosidad para verla de nuevo y descubrir por qué. Y a decir verdad, pensé que ahora me iba a gustar, pero no hay caso: "Appleseed" me sigue no gustando, aunque ahora al menos tengo más y mejores argumentos con los que sustentar mi impresión final.
En el futuro, Deunan Knute es una legendaria soldado que sigue peleando en una guerra mundial que ya ha acabado, cuando es rescatada por una fuerza policial proveniente de la utópica ciudad de Olympus, gobernada por una máquina ultrainteligente llamada Gaia, y en la cual cohabitan tanto humanos como bioroides, que son seres humanos artificialmente creados a partir de material genético humano -con las emociones y la reproducción mantenidas a raya, eso sí-. Cuando parece que la vida de Deunan por fin estará alejada de las guerras y los conflictos armados, se verá envuelta en una complicada conspiración que parece girar en torno a ella.
Me preguntaba por qué no me había gustado "Appleseed" aquella primera lejana vez, si tal vez me había perdido algo más importante que la acción -lo único que buscaba en ese entonces-. Esas dudas aumentaron al percatarme que el autor del manga en que se basa la película es el mismo detrás del manga de "Ghost in the shell", cuyas dos películas me parecieron geniales y complejas tanto en su tratamiento estético como conceptual. ¿Habrá sido demasiado compleja "Appleseed" para mi yo de doce años? Tenía que salir de las dudas, y la respuesta no puede ser más clara: "Appleseed" no tiene nada de compleja, es más, no tiene nada de buena película: es una tomadura de pelo del tamaño de una catedral y, naturalmente, una completa pérdida de tiempo.
Lo que más choca es que la cursilería supere con creces y sin ningún pudor el límite del bochorno, y lo peor es que la debacle comienza bien entrado el metraje, tipo cuarenta o cincuenta minutos cuando la película aún daba la impresión de sobrevivir con dignidad, y sin que ya nadie pueda detener el fuertísimo torrente de desvergonzado sentimentalismo facilón y convencionalismos hasta en la sopa. Es verdaderamente insoportable tener que escuchar frases melosas (-Tú eres la salvación del futuro [pero qué diálogo más original, ¿eh?] -No quiero un futuro sin ti...), ver secuencias arruinadas por el cliché al que se aferran -la destrucción detenida justo a último momento, y no sin el "infartante sufrimiento" previo-, y una trama que se vuelve completamente predecible y obvia, resultado de un terrible guión que no se esfuerza ni por desarrollar su manida pero potencialmente entretenida y decente historia de una manera algo novedosa ni por esconder las claves argumentales que deberían sorprender llegado el momento de las revelaciones pero que, sorpresa, no te mueven ni un músculo -todo se sabe con certeza una vez iniciada la debacle, y si son atentos, ya a los treinta minutos o antes pueden armarse el panorama completo-.
En muy resumidas cuentas, lo anterior es lo que arruina por completo la película, pues hasta ese entonces la cosa era pasable y entretenida en su justa medida, con secuencias de acción aceptables y entendibles -otro cliché: la protagonista siempre tendrá mejores habilidades que el soldado número-qué-importa que se ha pasado su vida entera entrenando pero que muere de inmediato-, y una trama que aunque no era particularmente fascinante, al menos lograba sustentar los movimientos de los personajes, y por tanto, mantener el interés. Irónicamente, cuando no pasaba nada era cuando mejor funcionaba "Appleseed", al principio otra película del montón bien hecha pero nada memorable, pero después de la debacle, un despropósito ridículo e insufrible. Son tantos los lugares comunes -el conflicto del que depende la humanidad tal y como la conocemos- y la falta de imaginación que llega a dar rabia que estas cosas lleguen a ser hechas, pero así es el mundo.
Además de lo terriblemente logrado del conjunto, suma de la ya vilipendiada trama y la vacía grandilocuencia con que Aramaki dirige todo -hace lo que cualquier otro sujeto sin personalidad haría: desaprovechar el material de partida, nada del otro mundo pero promisorio en audaces manos-, la "reflexión" que ofrece la película es un cúmulo mal ordenado de postulados mil veces vistos y de mejores maneras: qué es lo que hace a un ser humano, si los seres humanos somos buenos o malos, si algo no-humano sería mejor habitante para este mundo, si las emociones son lo que causan las guerras, etc. Postulados que así escritos parecen superficiales, obvios y poco complejos, sí, pero que en otras películas y libros -y más artes, claro- han dado pie a grandes historias y grandes lecciones, o quizás no lecciones pero sí reflexiones. La filosofía barata de Aramaki no hace más que banalizar los postulados mencionados, convirtiéndolos en simples excusas argumentales que ponen en movimiento toda esta trama de amores, traiciones y sueños del bien contra el mal: hechos circunstanciales y poco más. Por si no fuera suficiente, ¿no les parece muy poco verosímil que, en un futuro donde se desconfía de la capacidad humana y ciegamente se deja todo en manos de las máquinas inteligentes, siempre haya una solución manual que le permita a los tontos humanos salir de sus problemas así como así? Es que es para la risa: "-Oh no, los mega cañones van a destruir todo y no podemos hacer nada. -Tranquila, podemos desactivarlos manualmente apretando el botón convenientemente ubicado en la parte más asequible de la estructura, y sólo basta con el de uno y no el de los ocho restantes. -Oh, pero qué inteligentes, no somos tan imbéciles después de todo. -Qué sexy te ves cuando recuperas la esperanza, querida.. -Oh, si sobrevivimos me gustaría mostrarte algunas cosas que sólo las humanas podemos hacer. -Je, je, je...". Aclaración: toda la segunda parte es invención mía.
En fin, "Appleseed" es una película sin pies ni cabeza que, para peor, se cree inteligente tanto en sus métodos narrativos -flashbacks ridículos, personajes que no mueren a pesar de todo el castigo que se les infringe, redenciones baratas salidas de un momento a otro, buenos/malos con segundas o terceras intenciones dignas del más "elaborado" culebrón, uf...- como en su mal entendido y utilizado fondo. Lo cierto es que veremos filosofía de bolsillo, grandilocuencia audiovisual que no cuenta nada -Aramaki tenía escenas que podían resultar en momentos notables, pero su poco pulso y nula visión aniquilan toda posibilidad de excelencia narrativa, prueba de ello la discusión/tiroteo que se da en una azotea entre los anti-bioroides y la protagonista-, y una trama que avanza a base de arrebatos y decisiones ilógicas. Y, no sé si tomarme esto con alivio o pesimista alerta, no es lo peor que se ha visto en el cine.
Pero bueno, dejemos que el olvido arrope a esta infame película. Por suerte en el futuro tendré esta entrada que me dirá, sabiamente, que no la vuelva a ver, por mucha curiosidad que me asalte. Maldita sea mi suerte.
En el futuro, Deunan Knute es una legendaria soldado que sigue peleando en una guerra mundial que ya ha acabado, cuando es rescatada por una fuerza policial proveniente de la utópica ciudad de Olympus, gobernada por una máquina ultrainteligente llamada Gaia, y en la cual cohabitan tanto humanos como bioroides, que son seres humanos artificialmente creados a partir de material genético humano -con las emociones y la reproducción mantenidas a raya, eso sí-. Cuando parece que la vida de Deunan por fin estará alejada de las guerras y los conflictos armados, se verá envuelta en una complicada conspiración que parece girar en torno a ella.
Me preguntaba por qué no me había gustado "Appleseed" aquella primera lejana vez, si tal vez me había perdido algo más importante que la acción -lo único que buscaba en ese entonces-. Esas dudas aumentaron al percatarme que el autor del manga en que se basa la película es el mismo detrás del manga de "Ghost in the shell", cuyas dos películas me parecieron geniales y complejas tanto en su tratamiento estético como conceptual. ¿Habrá sido demasiado compleja "Appleseed" para mi yo de doce años? Tenía que salir de las dudas, y la respuesta no puede ser más clara: "Appleseed" no tiene nada de compleja, es más, no tiene nada de buena película: es una tomadura de pelo del tamaño de una catedral y, naturalmente, una completa pérdida de tiempo.
Lo que más choca es que la cursilería supere con creces y sin ningún pudor el límite del bochorno, y lo peor es que la debacle comienza bien entrado el metraje, tipo cuarenta o cincuenta minutos cuando la película aún daba la impresión de sobrevivir con dignidad, y sin que ya nadie pueda detener el fuertísimo torrente de desvergonzado sentimentalismo facilón y convencionalismos hasta en la sopa. Es verdaderamente insoportable tener que escuchar frases melosas (-Tú eres la salvación del futuro [pero qué diálogo más original, ¿eh?] -No quiero un futuro sin ti...), ver secuencias arruinadas por el cliché al que se aferran -la destrucción detenida justo a último momento, y no sin el "infartante sufrimiento" previo-, y una trama que se vuelve completamente predecible y obvia, resultado de un terrible guión que no se esfuerza ni por desarrollar su manida pero potencialmente entretenida y decente historia de una manera algo novedosa ni por esconder las claves argumentales que deberían sorprender llegado el momento de las revelaciones pero que, sorpresa, no te mueven ni un músculo -todo se sabe con certeza una vez iniciada la debacle, y si son atentos, ya a los treinta minutos o antes pueden armarse el panorama completo-.
En muy resumidas cuentas, lo anterior es lo que arruina por completo la película, pues hasta ese entonces la cosa era pasable y entretenida en su justa medida, con secuencias de acción aceptables y entendibles -otro cliché: la protagonista siempre tendrá mejores habilidades que el soldado número-qué-importa que se ha pasado su vida entera entrenando pero que muere de inmediato-, y una trama que aunque no era particularmente fascinante, al menos lograba sustentar los movimientos de los personajes, y por tanto, mantener el interés. Irónicamente, cuando no pasaba nada era cuando mejor funcionaba "Appleseed", al principio otra película del montón bien hecha pero nada memorable, pero después de la debacle, un despropósito ridículo e insufrible. Son tantos los lugares comunes -el conflicto del que depende la humanidad tal y como la conocemos- y la falta de imaginación que llega a dar rabia que estas cosas lleguen a ser hechas, pero así es el mundo.
Además de lo terriblemente logrado del conjunto, suma de la ya vilipendiada trama y la vacía grandilocuencia con que Aramaki dirige todo -hace lo que cualquier otro sujeto sin personalidad haría: desaprovechar el material de partida, nada del otro mundo pero promisorio en audaces manos-, la "reflexión" que ofrece la película es un cúmulo mal ordenado de postulados mil veces vistos y de mejores maneras: qué es lo que hace a un ser humano, si los seres humanos somos buenos o malos, si algo no-humano sería mejor habitante para este mundo, si las emociones son lo que causan las guerras, etc. Postulados que así escritos parecen superficiales, obvios y poco complejos, sí, pero que en otras películas y libros -y más artes, claro- han dado pie a grandes historias y grandes lecciones, o quizás no lecciones pero sí reflexiones. La filosofía barata de Aramaki no hace más que banalizar los postulados mencionados, convirtiéndolos en simples excusas argumentales que ponen en movimiento toda esta trama de amores, traiciones y sueños del bien contra el mal: hechos circunstanciales y poco más. Por si no fuera suficiente, ¿no les parece muy poco verosímil que, en un futuro donde se desconfía de la capacidad humana y ciegamente se deja todo en manos de las máquinas inteligentes, siempre haya una solución manual que le permita a los tontos humanos salir de sus problemas así como así? Es que es para la risa: "-Oh no, los mega cañones van a destruir todo y no podemos hacer nada. -Tranquila, podemos desactivarlos manualmente apretando el botón convenientemente ubicado en la parte más asequible de la estructura, y sólo basta con el de uno y no el de los ocho restantes. -Oh, pero qué inteligentes, no somos tan imbéciles después de todo. -Qué sexy te ves cuando recuperas la esperanza, querida.. -Oh, si sobrevivimos me gustaría mostrarte algunas cosas que sólo las humanas podemos hacer. -Je, je, je...". Aclaración: toda la segunda parte es invención mía.
En fin, "Appleseed" es una película sin pies ni cabeza que, para peor, se cree inteligente tanto en sus métodos narrativos -flashbacks ridículos, personajes que no mueren a pesar de todo el castigo que se les infringe, redenciones baratas salidas de un momento a otro, buenos/malos con segundas o terceras intenciones dignas del más "elaborado" culebrón, uf...- como en su mal entendido y utilizado fondo. Lo cierto es que veremos filosofía de bolsillo, grandilocuencia audiovisual que no cuenta nada -Aramaki tenía escenas que podían resultar en momentos notables, pero su poco pulso y nula visión aniquilan toda posibilidad de excelencia narrativa, prueba de ello la discusión/tiroteo que se da en una azotea entre los anti-bioroides y la protagonista-, y una trama que avanza a base de arrebatos y decisiones ilógicas. Y, no sé si tomarme esto con alivio o pesimista alerta, no es lo peor que se ha visto en el cine.
Pero bueno, dejemos que el olvido arrope a esta infame película. Por suerte en el futuro tendré esta entrada que me dirá, sabiamente, que no la vuelva a ver, por mucha curiosidad que me asalte. Maldita sea mi suerte.
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