lunes, 27 de julio de 2015

Offscreen - 2006


Director: Christoffer Boe

  Bueno, supongo que un pequeño atracón de Christoffer Boe no me hará nada de mal, especialmente para ver qué demonios sucede allá en Dinamarca, de donde vienen películas tan buenas y por lo general tan brutales (no necesariamente por lo escabroso, vamos). Posiblemente "Offscreen" sea más brutal que "Reconstruction" y "Allegro", pero menos inclasificable y extraña, aunque sin duda alguna las tres comparten la misma naturaleza retorcida, si bien en este caso el desarrollo o expresión de dicha naturaleza se desarrolla de manera totalmente opuesta en tanto estética, o quizás ni tanto, pero los desvaríos y las rimas malas vienen después del salto...


  Nicolas Bro es un famosillo actor danés que no está pasando por el mejor momento personal, pues su mujer cada vez está más distante emocionalmente hablando. Al tipo se le ocurre hacer una película de amor sobre sí mismo y su mujer, Lene, pidiéndole prestada una cámara a Boe, para no dejar de grabar nunca lo que le pasa a él y quienes le rodean, en las buenas y en las malas. Y, no lo sé, puede que la influencia de la cámara no sea del todo positiva en la vida del tal Bro.


  Podemos decir que Boe hace con "Offscreen" lo mismo que ha hecho con sus dos películas anteriores, es decir contar una historia de (des)amor cuyo gran conflicto sea la narración misma y la fusión entre ficción y realidad (términos que acá tienen poco cuerpo, y no lo digo como reproche, todo lo contrario), pero tomando caminos formales radicalmente opuestos a los que había desplegado antes. Si en "Reconstruction" y "Allegro" veíamos historias más ficticias que reales envueltas en una atmósfera oscura, surreal y en extremo densa, "Offscreen" apuesta por el realismo sucio que sólo el (falso) documental puede entregar, la negación absoluta de la estilización de todo tipo, lo que se erige como más realidad que ficción. Es decir, sabemos que nada de lo que veremos es verdad (especialmente por la media hora final, toda una oda a la distorsión mental, aunque todos se "interpretan" a sí mismos), pero está filmado como si fuera real, pues es como uno de estos malditos documentales de seguimiento de algún perdedor que tanto gustan (off topic: una vez, en clases, me hicieron ver unos diez minutos de una horrorosa mierda titulada algo así como "Historial de mis fracasos sexuales", de un perdedor de mala muerte que es cineasta y que le va mal con las mujeres y en el trabajo, por lo que decide preguntarle a cada ex-novia por qué lo abandonó y registrar todo eso, para después ponerse en situaciones más falsas y antinaturales que su personalidad, como irse de putas o preguntarle a mujeres aleatorias si le harían sexo oral... Lo recomiendo para imbéciles con "refinado" sentido del humor). Me ha parecido interesante que Boe vuelva a expresar sus mismas inquietudes narrativas pero de esta forma tan opuesta e inesperada; definitivamente es un director que experimenta y experimenta con sus sellos de identidad: primero, ya lo dije, lo de la relación "amorosa" como eje central de todo un entramado de estados mentales y psicológicos que, con el correr de los minutos, se hacen incluso más importantes que el romance en sí; segundo, el narrador que juega cruelmente con la vida del protagonista, en esta ocasión siendo narrador y protagonista la misma persona, lo que no hace más que acentuar el patetismo y el conflicto del protagonista (el tipo que sufre porque así lo quiere); tercero, una especie de suma de los anteriores puntos, que el conflicto sea la narración, o para ser más precisos en este caso, el dispositivo (manera en que a los teóricos del cine les gusta decir cámara... No comparto los neologismos, pero en fin, no suena mal, y no me tomen por siútico), elemento que se convierte en verdadera fuente de todo mal. Ahora bien, al decir que "Offscreen" es menos densa y oscura quiero decir que su imagen carece de toda clase de estilización, pero los acontecimientos son tanto o más oscuros y brutales que los de las películas previas de Boe: el quiebre psicológico va acompañado de un tremebundo y crudo estallido de violencia... todo crudeza, evitando estridencias o complejos juegos narrativo-visuales.
  Y no deja de ser divertido que en un par de momentos Boe esconda reflexiones metacinematográficas del tipo "la cámara no miente", etc. No es que lo haga para presumir, vamos, creo que lo hace para reírse de los límites de lo convencional que resulta la teoría fílmica, para cuestionarlos: ¿la cámara, o el dispositivo, qué es?, ¿es un aparato real o ficticio, es prescindible o todo lo contrario al momento de registrar historias? Curiosa película "Offscreen", tiene todo el atrevimiento de su director, y merece el visionado. Pero, les advierto, no esperen algo agradable o amable para con el espectador: Boe no ofrece concesiones.

2 comentarios:

  1. Cuando he visto las fotos que acompañan tu entrada, he pensado que el barbudo sería Nicholas Bro, y es que esa cara me sonaba de una serie de televisión danesa que disfruté muchísimo hace unos años, "Forbrydelsen". De cine danes conozco bien lo más canónico: Lars Von Trier, Thomas Vinterberg, Gabriel Axel, el viejo Dreyer, etc. Será cosa de adentrarse en un territorio más underground, como el que propones.
    Saludos.

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    1. Un actor muy presente en la cinematografía de su país el buen Bro, ya había salido en "Allegro", y tiene una interesante y simpática manera de actuar, sea el papel que sea. A mí todavía me faltan los grandes nombres, pero es que a mí me falta mucho, y no sólo daneses...
      Saludos.

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