Director: Scott Frank
En estos últimos años, aparentemente, se ha inventado todo un género llamado algo así como el "thriller Liam Neeson", que ya cuenta con sus propios y reconocibles códigos, usualmente cimentados en un Liam Neeson que enfrenta violentas situaciones matando a los malos con mucha propiedad y carisma, no sin amenazar a alguien por teléfono. "Taken" y "Non-stop" no me atraen nada de nada, las veo como simples juguetes de acción; por otro lado, "A walk among the tombstones" y "Run all night" parecen tener algo más dentro de la ecuación: cierta sordidez y oscuridad. Básicamente por eso llegue a esta película, que si bien no es mala, tampoco es para celebrar: es otro thriller del montón, pero con caras famosas y una ejecución no tan, tan carente de personalidad. Nada memorable, en todo caso...
Liam Neeson es un policía retirado que de vez en cuando oficia de investigador privado y que asiste regularmente a reuniones de alcohólicos anónimos. Uno de los alcohólicos le pide ayuda a Neeson pues la esposa de su hermano ha sido secuestrada y los malos no son muy racionales, así que el pasado policial de Neeson podría ayudar. Lo que no esperan es que se abra toda una trama de secuestros y asesinatos.
No es muy inspirado el guión de Scott Frank, pues además de ser bastante trillado cuenta con un par de innegables lagunas argumentales, o en su defecto situaciones que no tienen mucha solidez argumentativa. Por ejemplo, no me explico que los malos que siempre actúan de a dos decidan incluir a un tercero y dejarlo ir, y que este tercero se sienta tan desesperado que no halle otra salida más que el suicidio, no sin antes legarle a Neeson las pruebas suficientes para avanzar en el caso. A propósito del suicida, no es como que esta dupla de villanos sean unos demonios todopoderosos que no te van a dejar nunca en paz; cuando los conocemos vemos que no dejan de ser el arquetipo de perdedores sin oficio ni beneficio compuesto por el silencioso brutal y el "carismático" llorón. Lo otro que no me explico es la manera en que se esclarecen algunas incógnitas, o siquiera cómo es que dichas incógnitas son relacionadas en primer lugar; me cuesta imaginar a Liam Neeson ligando tres secuestros de mujeres de entre el mar de secuestros que New York ofrece, pero no hay que descartar el que yo sea un completo obtuso. No obstante, este par de hechos son cruciales para el desarrollo de la investigación que Neeson emprende, y si éstos no cuentan con solidez ni verosimilitud, pues entonces es difícil tomarse en serio el misterio. Ahora bien, ¿trata esta película sobre un misterio? No realmente. Aunque el director decida esconder el rostro de los malos (para que de repente los muestre por completo), no es la identidad de éstos el eje central del relato; son simples herramientas, una suerte de MacGuffin. Lo importante de estos villanos es la maldad desplegada, pero ni siquiera eso sería suficiente (aunque sea interesante que estos don nadie sean retratados más cruel e inhumanamente que un traficante ruso, desesperado por la desaparición de su hijita, que a buen seguro ha mandado a mutilar a un montón de deudores y adictos). ¿Por dónde va la cosa entonces? Desde luego, por la redención. Al principio nos muestran a un Neeson medio arrogante en su caminar y dudoso en su actuar policial (sugiriendo un argumento que luego no es tal) para luego dar lugar a una elipsis de nueve años (creo) en los que el protagonista ya no es ni policía ni bebedor, mas no deja de sugerir en su mirada culpa y arrepentimiento por algo que no sabemos qué puede ser, si bien tampoco se sorprenderán llegado el momento de la verdad. No será difícil notar que Neeson acepta el caso para saldar las propias deudas con su historial en general y la figura femenina, adulta e infantil, en particular, cuya indefensión inherente le recuerda constantemente que él nunca pudo ser motivo de seguridad marital/policial. De esta forma, la trama de secuestradores no tiene mucha importancia y a lo que asistimos es a un más o menos anticlimático recorrido por unos bajos fondos que no dejan de interpelar a su héroe inventado.
Para evitar la cháchara: "A walk among the tombstones" es un thriller efectivo, con una atmósfera más o menos conseguida, no pocas escenas de tensión (sobre todo al final), y que en general se pasa rápido. No deja de ser el típico relato de redención masculino-policial con tendencias a los extremos y las soluciones previsibles, pero entretiene lo suyo. Al menos no se amilanan con la violencia o la sangre...
Para evitar la cháchara: "A walk among the tombstones" es un thriller efectivo, con una atmósfera más o menos conseguida, no pocas escenas de tensión (sobre todo al final), y que en general se pasa rápido. No deja de ser el típico relato de redención masculino-policial con tendencias a los extremos y las soluciones previsibles, pero entretiene lo suyo. Al menos no se amilanan con la violencia o la sangre...
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