jueves, 1 de octubre de 2015

Te creís la más linda... (pero erís la más puta) - 2009


Director: Che Sandoval

  ¿Del 2009 es la opera prima del Che Sandoval? ¿Tanto tiempo ha pasado? Maldita sea, juraba que era del 2012... ¡Seis años, madre de dios! Con razón todavía usan Messenger, escuchan música en esos viejos discman y hablan <<de la net>> como si fuera un ente mitológico capaz de transportarnos a  otra dimensión, crear nuevas realidades y alterar la nuestra. Qué increíble cómo pasa el tiempo, si hasta parece que el Che Sandoval fuera un veterano de la cinematografía chilena, sobre todo si le sumamos el irracional y pueril gusto que tiene la prensa "especializada" local de celebrar, cada maldito año, a la nueva generación de realizadores nacionales. Un compañero me dice que le da la impresión que el reciente y multigeneracional cine chileno está sometido a un vórtex temporal que altera nuestra percepción de maneras incalculables. Un país extraño, a todas luces, ¿qué bien hace vivir acá? En fin, sobre la opera prima de Sandoval, nada más diré que me ha gustado a pesar de los prejuicios y reticencias que tenía, subvirtiendo los mismos para volverlos algo positivo. Me tuve que tragar mis opiniones, por suerte no tuve la imprudencia de escupirlas antes de tiempo. De la que me he salvado...


  Javier es un jóven sin oficio ni beneficio, más o menos atractivo y guapo, que no tiene mucho brillo que digamos, a pesar de que el tipo se da color y se jura el gran seductor. Lo cierto es que una muchacha se deja convencer su penoso show, y luego de un rato, éste queda enganchado a ella, siendo atormentado por su figura a lo largo de una patética noche que lo verá conocer multitud de personajes. ¿Aprenderá algo el pobre tipejo?


  Digamos que "Te creís la más linda..." es una película conflictiva, pero en lo absoluto es mala o insufrible. Es cierto que su protagonista es un pelmazo, o como diría un compañero, un protozoo; es cierto que el tipo redefine el concepto de vergüenza ajena y delirios de grandeza, que es un patético sin remedio y que, a veces, su actitud es tan pero tan ridícula que la misma película se ve imbuida de dichas sensaciones. Pero, a fin de cuentas, ésa es una de las buenas cualidades de la película, pues le da cierta complejidad al relato, el que toda la situación sea tan ambivalente e inefable. ¿Es gracioso, es penoso, es crítico, es simplón...? La verdad es que sin su protagonista, el relato de la opera prima de Sandoval no habría sido, ni remotamente, lo interesante que acaba siendo: un recorrido por la noche santiaguina (una pequeña parte de la ciudad, en realidad, pero suena bien), por sus variopintos personajes, y por la oscuridad mental de quien recorre estos lugares, a quien de verdad no sé si evaluar como un enfermo de la mente o un inseguro atormentado por pensamientos locos pero inofensivos. A ello ayuda el que el Che Sandoval sepa combinar con total naturalidad el delirio con la realidad, y es que sigo sin saber bien si algunas escenas que vemos son imaginaciones del protagonista o, efectivamente, sucedieron en el universo de la película; de ser así, a la misma se le agrega una interesantísima dimensión, no sólo narrativa sino que sustancial, con personajes más complejos de lo previsto y escenas mejor construidas de lo que surge de buenas a primeras. Más allá de esas disquisiciones que, estoy seguro, no afectarán al espectador más avispado (o quizás yo tiendo a sobrepensar las cosas, ciertamente me complico la vida por nada en ocasiones), el relato funciona como una comedia de situaciones, no en el sentido sitcom gringo (al estilo "Friends" o "Two and a half men" y similares), sino en que el relato avanza de acuerdo al protagonista conociendo distintos personajes en distintos lugares, cada uno proveedor de una situación en particular que le agrega su toque único a este viaje por su interior, todo lo cual, eso sí, tiene como línea de fondo la psicosis mental de un sujeto que piensa que la chica con la que acaba de "tirar" (si se le puede llamar tirar a, bueno, no alcanzar ni a entrar...) lo está humillando en otros lados por su inacabado rendimiento, sin mencionar que además piensa que todos sus amigos y conocidos andan por ahí burlándose de él, a todas luces el centro del universo (vamos, si el tipo protagoniza una peli); vemos que el fondo no es, necesariamente, el motor narrativo del relato. La cinta es ulteriormente menos compleja y más desenfadada de lo que su interesante desarrollo sugiere, y la verdad es que esa refrescante simplicidad es otro punto a favor, ¿por qué?, pues la verdad es que no se me ocurre de momento un argumento... ¿quizás porque la cosa, después de todo, no era tan terrible como parecía?, ¿porque el tono de comedia no podía traicionarse a sí mismo convirtiéndose, no sé, en un drama cuasi thriller? Al menos la confusión entre sueño y realidad le da su toque de misterio al conjunto...
  Sobre mis prejuicios iniciales, pensaba que el Che Sandoval iba a hacer una película en que vanagloriara (burlándose y todo pero, al fin y al cabo, vanagloriando) sus gustos personales, tales como ir a tomar de madrugada por las calles de Bellavista, pasar las tardes con amigos sin hacer nada, tener líos con mujeres, etc., del tipo de sujetos que hacen películas sobre sí mismos pero sin mayor discurso ni punto de vista salvo la autocomplacencia. Lo cierto es que el Che Sandoval sí muestra una visión crítica de sus personajes y actividades, no con tremebunda fiereza pero sí punzante ironía, y es que a veces no se necesita ser tan malo y gritón para deconstruir y derrumbar mitos o imágenes de nosotros mismos o los otros. Acá los personajes son creíbles, las situaciones son creíbles, el relato está bien hecho, y el conjunto me parece agradable y estimable. Definitivamente una buena película, y sí, considero que lo del Che Sandoval es desenfado y frescura cinematográfica (con respecto de nuestro país solamente, ojo) que no se recluye en sí misma pero tampoco busca espectadores de manera indigna: es cine con identidad y actitud, con vocación comercial (distinto del potencial comercial, y que tampoco me parece la gran cualidad de una película: prefiero la vocación artística, la del cineasta que busca explorar mecanismos e historias, pero, ay, qué intelectualoide y elitista que soy), y se dio la casualidad de que le gustó a la gente (que, francamente, no sabe una mierda: ni de cine ni, esto es peor, lo que quiere ver: es casi una lotería esto de los éxitos de taquilla, y luego salen personajes a hablar de patrones a seguir en "la industria chilena", y otros personajes que les creen a estos especialistas). Ya veremos qué tal es "Soy mucho mejor que voh", segunda película del Che Sandoval y que se centra en uno de los personajes que se aparecen por esta "Te creís la más linda... (pero erís la más puta)", la que dura 80 minutos y pueden encontrar en www.cinepata.com.

  Oh... y se agradece, por una vez que sea, que todos hablen de manera natural, ya saben, como hablamos los malditos chilenos... No soporto estas películas donde se ponen a modular a la perfección, pronunciar las eses finales, les dé finales, o decir "para qué vienes a molestar, amigo mío" en vez de "pa' qué vení a wear aweonao". Socio, la gracia es que todo fluya, si no se nota que están actuando, o si no vean "Malta con huevo", donde hablan de manera tan realista para ser jóvenes... (ironía) ¿O me quejo de menudencias?

2 comentarios:

  1. Anoto la dirección de cinepata.com para verla pronto. Gracias por la reseña.

    Un saludo.

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    1. Es una buena página, aunque ya no tiene la misma energía de antaño. La peli del Ché Sandoval sigue ahí, entre varias otras de destacados cineastas chilenos. Es una buena fuente, qué duda cabe.
      Saludos.

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