sábado, 21 de noviembre de 2015

The Thief - 1952


Director: Russell Rouse

  Luego de que Russell Rouse co-dirigiera "The Well", la que vendría siendo su opera prima, pasa a la dirección en solitario con "The Thief", una arriesgada e interesante propuesta que mezcla el noir con el cine de espías, dando efectivos resultados que nuevamente cumplen el visionado. Si no me ven emocionado es porque ya es fin de semana, el momento más aburrido para mí, pero no se equivoquen: aunque "The Thief" no sea una deslumbrante genialidad ni me haya dejado brincando de la impresión, sí merece elogios por su notable puesta en escena y ejecución formal. Sin duda que Rouse no quería hacer cosas insulsas ni acomodaticias, y el hombre plasma en el fotograma dicha intención.


  Un científico estadounidense que en realidad es un espía intenta conciliar su propia ambigüedad personal a la vez que ciertas complicaciones propias del espionaje comienzan a acecharlo a él y a los suyos.


  La gran curiosidad de "The Thief" es que es por completo silenciosa, o mejor dicho, no hay diálogos que nos den información o nos guíen a lo largo del relato. Todo recae en las miradas, los gestos, las caminatas, los movimientos, la deducción del espectador, la impecable banda sonora, la puesta en escena de Rouse...; a fin de cuentas, en la fisicidad de la película: sus texturas, su sugestión, su índole sensual. Una puesta en escena, por lo demás, oscura y claustrofóbica, ideal para crear la atmósfera de desconcierto y agobio que tan bien narra el conflicto interno del protagonista, un Ray Milland fenomenal, capaz de expresar, sin exageración alguna, la complejidad psicológica de su personaje, un hombre acechado por culpas y actos cometidos, más aún, acechado por su multiplicidad de rostros e identidades, o más bien la falta total de personalidad propia. ¿Cómo sobrevivir siendo un fantasma, un esclavo de su propio ser? La incógnita es la gran constante de la película, por lo mismo es difícil distinguir entre lo que es cierto de lo que es mentira, pero tal parece que el protagonista de verdad es un científico, alguna vez galardonado por su contribución al campo de la energía nuclear, al que la decepción sobre la propia persona lo corroe cada vez con más furia e impotencia (sería triste pensar que todo sea una ilusión, que incluso su único consuelo, el que alguna vez se sintiera respetado, sea una invención que abrazar de vez en cuando). Todo lo demás invita al descubrimiento, desde las misiones que nuestro atribulado protagonista debe emprender hasta los detalles que marcan su rutina, como la manera en que se contacta con los otros. Rouse crea una red convincente de espías, pero más importante, construye un tremendo personaje cuyo conflicto dialoga a la perfección con la ambigüedad propia del espionaje, con ese juego de rostros y cadenas de mando siempre difusas. Desde luego, este personaje no sería lo que es de no ser por un ya elogiado Ray Milland (quien, ahora me doy cuenta, fue un director de en apariencia interesantes filmes criminales), cuyo apesadumbrado semblante acaba por dar el toque final al tono y atmósfera de la película. Es como si "The Thief" fuera una pesadilla psicológica en clave ensayo fílmico, dejando todo a la percepción de la realidad, lo que más o menos me recuerda a la insuficiente "Blast of Silence" y la magnífica "Un homme qui dort", películas en que la experiencia es más atmosférica que puramente argumental, pues sin conflicto psicológico, entonces no habría film; en este sentido, pienso que las similitudes la acercan más a la cinta francesa, ya no por el estilo como por algunos vínculos sustanciales (vean el film de Bernard Queysanne, es un estimulante reto cinematográfico). Quizás al inicio no haya sido tan efusivo con "The Thief", pero (me pasa numerosas veces) me he ido emocionando a medida que la comentaba y sacaba capturas; lo cierto es que su visionado no será sencillo, pues sumado a su silencio general, el preciso y pausado ritmo con que dota Rouse a sus imágenes puede resultar cansino en un par de ocasiones (sobre todo por lo mínimo que se recurre a un argumento), aunque, pienso yo, la cruda y oscura naturaleza sensorial del filme siempre nos mantendrá en vilo, sea cual sea el motivo (el miedo, la rabia, la desesperación)... Por lo demás, la dirección de Rouse me parece asertiva y contundente, capaz de traer a la superficie de las cosas aquellos males escondidos. En fin, "The Thief" es una de esas películas que deben ver, tanto por sus estimables resultados como por sus intenciones de explorar distintas formas de narrar.

*Si les irrita un poco alguna movida argumental (yo me pregunto cómo demonios llegaron a dar con la señora de los libros...), traten de olvidarla de inmediato, no les hará ningún bien.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...