sábado, 9 de enero de 2016

The Phenix City Story - 1955


Director: Phil Karlson

  Acá una pequeña deuda que no pude saldar a lo largo de la semana, ¿por qué?, por simple irresponsabilidad y jerarquía mal empleada, aunque no me quejo de lo visto (salvo que no me haya gustado). Phil Karlson es un director que me gusta, pues pienso que tiene arrojo y fuerza, además de una capacidad visual notable, todas características que quedan patentes en "Kansas City Confidential" y "Scandal Sheet"; "Tight Spot", la última suya que ha sido comentada por acá, no gustó tanto aunque aspectos positivos no le faltaban. Con "The Phenix City Story" volvemos al Karlson más potente y brutal, de la mano, además, de una historia muy bien contada sobre la Justicia y la eterna lucha que debemos emprender para defenderla, pues si somos justos, aseguramos una vida segura y digna a quienes lo merecen. Y si lo sazonamos con exquisita violencia, pues el gozo, pienso yo, está asegurado.


  Para no desvelar mucho la historia o cómo se estructura, recurriremos al enunciado más sencillo: Phenix City es un lugar dominado por los criminales, y cada vez que alguien intenta pelear contra sus horrendos actos, la ley del más fuerte se encarga de mantener las cosas como están: podridas. Pero puede que alguien, por fin, llegue a marcar la diferencia utilizando un mecanismo que también haga la diferencia. ¿Podrán triunfar?


  La vida puede ser aterradora, eso lo sabemos, y de vez en cuando las películas nos hacen sentir tal terror ante la brutalidad (explícita o no) de sus imágenes e historias, por ejemplo, el horror que esconden los ojos de alguien que ha visto en primera persona toda clase de atrocidades o el dolor que denota una mirada perdida y derrotada. "The Phenix City Story" es, como era de esperar de parte de una película de Karlson, violenta y cruda sin contención alguna (que no significa que se recree puerilmente en los detalles escabrosos) sobre personas de bien que intentan recuperar su ciudad de un grupo de criminales que, para sobrevivir, no les tiembla la mano al matar hombres, mujeres y niños, frase que no cae en un lugar común toda vez que la historia relatada es real y, por lo demás, se sabe que los villanos, en el lugar que sea, matan lo que se les ocurra con tal de salvar sus traseros. Al inicio veremos alrededor de quince minutos de material en que un reportero hace preguntas a varios de los involucrados en los incidentes que ocurrieron en Phenix City (que posteriormente serán relatados a modo de ficción), en aquel entonces conocida como Sin City, material que no pretende ser el falso documental que sugestione al espectador ante lo que está por venir (como esa "película" llamada "The fourth kind", que entre medio incluía material "documental" -a.k.a. "real"- que, lo pude comprobar de primera mano cuando una profesora nos la puso para evitar hacer clases, vaya que asustó a mis compañeros, quienes de inmediato se pusieron a conspirar de lo lindo), pues de efectismos esta película prescinde por completo; simplemente, Karlson quiere aclarar de inmediato que la historia que sigue, por más alocada y "exagerada" que parezca (porque dios sabe que se han hecho películas con pueblos/ciudades que son el infierno sobre la tierra), no es la invención del guionista más imaginativo del lugar, sino el vivo testimonio de un grupo de personas que se hartaron de la mierda de los abusones criminales y que se vieron empujadas al límite. Y ojo, que los hechos en que se basa la película ocurrieron un año antes nada más, en 1954. Y eso, está claro, es aterrador: vivir bajo la amenazante sombra de la impune violencia, verse inundado por la impotencia más que por el orgullo o la alegría, dejar que el miedo se apodere de todos los hogares, y peor, asumir la aceptación de tal panorama como la mejor oferta posible.
  Karlson traslada ese miedo magistralmente a las imágenes, a una atmósfera opresiva y malsana, disoluta, cruenta, incluso erótica, a todas luces un escenario salvaje con buena música de fondo, una capacidad visual que nuevamente demuestra su notable inventiva y poderío, y una narración contundente en cada escena y que fluye con una naturalidad que deja los pelos de punta. ¿Cómo es posible hilvanar tanta violencia sin que parezca excesiva e inverosimil? Bueno, acá lo pueden ver. Además los actores le imprimen una rabia a sus personajes (particularmente a los más importantes, sobre todo el hijo del viejo Patterson).
  Por último, otro elemento a destacar es el justo equilibrio entre la violencia más descarnada y un discurso que en manos equivocadas habría sonrojado a cualquiera (más por potencialmente cursi, porque es imposible no concordar con él, en su gran mayoría), y es que lo que la película nos dice es que no se es mejor que un criminal al recurrir a sus mismos métodos para vencerlo, y cuando hablamos de una ciudad (a gran escala), pues entonces debes obrar con el ejemplo. Lo interesante es que acá dos hilos van de la mano: la venganza personal, pues el protagonista (o el más protagonista) pierde a su padre, general attorney (no sé a qué cargo equivale acá o de donde me lean) de todo el estado de sweet home Alabama, a manos de los malos (hecho real: spoilers); y la causa social, que es vencer a los malos no derramando sangre sino que haciendo llover sentencias penales, recurriendo a la ley en vez de métodos propios de una organización criminal: la ciudad no es una organización, es una comunidad. Es bastante sutil y la película no se centra en este dilema (pues ocurre bien entrado el metraje), pero la idea se entiende: el verdadero triunfo se da respetando los propios valores, no importa cuanta violencia desplieguen los brutos. Es una lucha difícil, eso sí, y "The Phenix City Story" refleja con desoladora fuerza lo tortuoso, ambiguo y oscuro de dicho camino.

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