viernes, 22 de abril de 2016

Day of the fight - 1951


Director: Stanley Kubrick

  Hoy comentaré dos brevísimos documentales que el gran Stanley Kubrick filmó a inicio de los cincuenta, y los cuales son sus primeros trabajos cinematográficos luego de largo tiempo trabajando en fotografía. "Day of the fight" fue su primerísimo esfuerzo tras las cámaras, y trata, como bien indica su título, sobre un boxeador y cómo se prepara en el día de una importante pelea. Interesantes apuntes nos deja este visionado.



  "Day of the fight" es bien noir, tiene ese atractivo aire, y si no hubiese sabido que es un documental, perfectamente lo primero que se me venía a la mente es que la historia era ficción. Y es que la narración se configura como si fuese una ficción, o eso me parece a mí: el foco del relato es la espera y la tensión que causa en el boxeador protagonista, quien desayuna y va a restaurantes y es pesado por la comisión de boxeo y juega con su perro, pero siempre nervioso por la proximidad de la pelea. Kubrick demuestra un impecable manejo de la narración con la citada tensión in crescendo, estableciendo la pelea como gran objetivo y convirtiendo cada escena en una espera casi insoportable, dado que se juega con la incertidumbre del resultado, propiciada por la leve inseguridad que naturalmente nace antes de tan importante hecho, si bien el boxeador parece bastante seguro (es Kubrick quien instala la duda aprovechando la ansiedad del protagonista, que sin poder hacer nada ve que el tiempo se vuelve eterno: él sólo quiere pelear). Y mientras la pelea se acerca, la voz en off nos va informando de los pormenores del evento y datos importantes de la vida del boxeador, los cuales construyen muy bien al personaje como elemento dramático. El documental prácticamente no tiene sonido, pues antes de la pelea lo único que escuchamos es la voz del narrador y la sugerente banda sonora que ayuda a sostener la inquietud, y ya en la pelea misma recién escuchamos sonidos propios del escenario, aunque bien pudo haber sido agregado en la post-producción. En cualquier caso, la apuesta es notoria: lo que nos sumerge en la narración y el espacio no es la realidad misma sino la ejecución formal de Kubrick, que mezcla hábilmente lo meramente informativo con la riqueza cinematográfica, especialmente en el manejo del tiempo como eje de tensión (interesantes reflexiones surgen en torno a este tema) y la acción (los sonidos de la pelea tienen más función dramática que de realidad). Kubrick irá depurando su estilo en los años venideros, o si no vean "Killer's kiss" y "The killing", muy buenos noirs, especialmente el segundo, una absoluta genialidad. Llegada la pelea volvemos a comprobar el talento de Kubrick, y sólo resta esperar si nuestro hombre es capaz de vencer a su oponente y seguir creciendo como boxeador. Ciertamente será un día para recordar, y vaya que Kubrick tiene gran responsabilidad en ello.

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