lunes, 18 de abril de 2016

Vinyl - Temporada 1


Creadores: Mick Jagger, Martin Scorsese, Rich Cohen & Terence Winter

  "Vinyl" es una serie que desde ya alzo entre lo mejor del año, y cómo no, si es una puta obra maestra. Miren a esos creadores, miren el reparto (liderado por un brutal Bobby Cannavale), escuchen la banda sonora... sencillamente era imposible que no saliera monumental genialidad de tal conjunción de talentos e historias y pasiones. Por alguna razón, "Vinyl" sólo es mencionada por sus bajos ratings, por lo insensato que parece la renovación para una segunda temporada, por la salida de Terence Winter como showrunner para el segundo ciclo debido a diferencias creativas... ¡si hasta se podría pensar que tales redactores hacen campaña para tirar abajo esta serie! ¿Quién les paga? ¿Netflix? ¡¿La puta y maldita Netflix?! Hay que cagarse con estos imbéciles, pero es que siempre ocurre, nada más retrocedamos un poco a "The Knick", otra obra maestra prácticamente ninguneada por organismos y medios oficiales, y la cosa no cambia al referirnos a "The Leftovers", "Justified" o "Sex&drugs&rock&roll" (si ésta fuese amparada por HBO sería DIEZ veces más genial, y eso que ya lo es por montones), por mencionar referencias recientes. Pero no hay nada que hacer, justamente de eso se trata "Vinyl": de romper reglas y el orden establecido, de pasarse por el culo a los ñoños y a los conservadores, de crear nuevos universos, sentir la sangre que corre por las venas, aceitar los engranajes que verdaderamente nos dan vida, alimentar el alma con música y cine y libros... "Vinyl" es una gigantesca y contundente declaración de intenciones; ha golpeado la mesa y llegó para quedarse, dure las temporadas que dure, y le va a gustar a quien tenga indomable fuego en su interior.


  Richie Finestra es el dueño de American Century Records, discográfica que está a punto de vender a una compañía alemana. Pero, en una bendita epifanía, Finestra, amante de la música y dueño de un oído extraordinario (además de la siempre saludable y necesaria rebeldía), se da cuenta de que se puede hacer algo nuevo, hacer música de verdad y mantenerse fiel a esa ingobernable pasión que nos convoca. Pero el camino no será fácil. Nunca lo es...


  "Vinyl" es la serie más apasionante, vibrante, visceral, electrizante, enérgica, intensa, alucinante, estimulante, mala leche, rebelde, arriesgada, atrevida e insolente (entre otros adjetivos que ya iré agregando a medida que vengan a mi cabeza) que se puede ver hoy en día, y precisamente de eso se trata. "Vinyl" es la única serie del momento (o casi, ya terminó por este año, jojo) que los hará sentir con vida, que le dará ritmo a sus corazones, que les gritará directamente al oído para amablemente (ja) informarles de que no hay que ser un hijo de puta conformista, convencional y anquilosado en castradas e inhumanas y repugnantes normas de cualquier tipo para sobrevivir; que para sobrevivir en este decadente mundo y no dejarse llevar por su inocuo y vacío caudal, justamente, hay que ser auténtico y enfrentarse a las redes mediáticas y las modas pasajeras, entre tantas otras cosas que quieren arrebatarnos el alma del cuerpo. El Richie Finestra de Bobby Cannavale se alza de inmediato como uno de esos ídolos imborrables, como el querido Rainer Werner Fassbinder y el ficticio pero no por ello menos real John Thackery de "The Knick" (por mencionar nombres aparecidos últimamente en el blog), que deben ser conservados en la memoria y cuya obra hay que dejar que fluya por nuestras venas, nuestra mente y nuestras vidas, pues como me dijeron por ahí, "esos han sido siempre los verdaderos artífices del progreso, pero nunca aparecerán en los libros de historia", aunque por lo menos nos quedarán sus obras, sus actos, sus recuerdos, que son historia misma. Y hay que buscarla incansable y eternamente, pues algunos la esconden; no hay que aceptar de manera ciega la música que nos dicen debemos escuchar, las películas que nos dicen debemos ver o las novelas que nos dicen debemos leer; no pensar que una palmada en la espalda y un "está bien" por parte del profesor es lo que necesitamos para continuar... pero en escenarios endogámicos intelectual y socialmente hablando (que más tarde se adjudican el crédito), es bien difícil encontrar aquellos temerarios que quieren ir más allá.
  Sin miedos, sin complejos, sin límites y bajo una banda sonora a la que la palabra magistral le queda corta, "Vinyl" nos sumerge en el crudo pero real(ista) y hermoso retrato de una época convulsa en la que cambiaron muchas cosas y no sin sufrimiento, como puede afirmar el Richie Finestra de Bobby Cannavale, mediante una rutilante y adictiva trama que involucra líos policiales, familiares y, por supuesto, musicales, caminando por la escena musical neoyorkina (y también de la costa oeste, incluso Las Vegas) y encontrándonos con figuras como David Bowie, Alice Cooper, Elvis Presley o los New York Dolls, entre otros tantos que rodean el advenimiento de los ficticios Nasty Bits, esos desordenados sujetos que dieron vida a nuevos sonidos, sin por ello pisotear los clásicos (como bien se demuestra en uno de los episodios finales). Sin personas como Richie Finestra quizás cuantas genialidades nos hubiésemos perdido...
  Formalmente, "Vinyl" es brillante, aunque eso no debería sorprender: considerando los nombres involucrados, era obvio que la ambientación sería de lujo, la escritura sería notable y la puesta en escena, sensacional (por decir poco). Demás está decir que una de las características de "Vinyl" es el exceso, pero el exceso más coherente del mundo y del cual siempre quedamos sedientos, no importa cuán lejos se pueda llegar. Y el sentido del humor, oh, bendito sentido del humor... Sólo diré que de un momento dramático fácilmente podemos saltar a una escena del todo hilarante, como cuando a Richie Finestra le llueven las malas noticias (pero que muy malas noticias) y, de repente, aparece un empleado recientemente despedido que, furioso y despechado, se saca un collar con forma de pentagrama del pecho (un personaje le pregunta, "qué, ¿eres judío?") y comienza a maldecir a todos. Es loco, descoloca, pero es infernalmente entretenido. Todos estos elementos conforman un caótico y sin embargo perfectamente inteligible Todo que te consume como un maldito tornado, y vaya que lo sufre el Richie Finestra de Bobby Cannavale, cuya interpretación, no es por nada, debería ser premiada con todos los reconocimientos posibles, y es que la pasión que le otorga a su personaje, la manera en que se deja la piel... Podrá comportarse como un cabrón y un desgraciado, pero lleva su arte en el alma, y la pasión que tiene es tan grande que inevitablemente sale disparada como una maldita avalancha; a veces es demasiado para el resto, incluso para sí mismo. Ya conocemos el destino de algunos de estos genios. Les debemos mucho.
  "Vinyl" comienza con un piloto de casi dos horas dirigido por Martin Scorsese, el cual funciona como la ideal introducción para lo que se viene el resto de la temporada, ya que en su metraje se cocina la epifanía de un Richie Finestra que no quiere vender pero que no sabe como renacer hasta que, literalmente, se levanta, de entre los escombros de una vieja estructura, con un nuevo y casi quijotesco propósito: encontrar música de verdad donde nadie la ve. Si en la medianía de la temporada se preguntan para qué funciona o si es necesaria tal o cual cosa, despreocúpense, todo es parte del caos desplegado que nos conduce a un episodio final que es un maravilloso frenesí y vorágine de emociones, pasiones y toda clase de expresiones y obsesiones humanas, probablemente el mejor episodio para la televisión dirigido jamás por Allen Coulter. En serio, qué obra maestra de episodio final, qué discurso final el de Richie Finestra (la perfecta conclusión para esa declaración de intenciones que son los diez espectaculares episodios), y qué manera de comenzar una nueva era, la cual no estará exenta de desafíos y problemas, pero eso es harina de la segunda temporada. Y para despedirme, les dejo el opening, otra genialidad más. Definitivamente, "Vinyl" es una serie que debe ser vista y disfrutada al máximo. De paso: viva HBO. ¿Qué haré sin mi dosis semanal de "Vinyl"? Esperemos que "Game of Thrones" repunte...

Y ustedes... ¡¿A QUE ESPERAN POR ESA DOSIS DE VYNIL?!

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