domingo, 15 de mayo de 2016

Devil in a blue dress - 1995


Director: Carl Franklin

Parece que hasta acá llegó la supuesta racha de maravillas cinematográficas. (En  todo caso, vaya que valió la pena ver "Gone Baby Gone" y "Barton Fink"). Debería volver a los viejos maestros, después de todo, no es baladí ni casualidad que sean considerados de esa forma. También hay que volver con los genios marginales, pero primero, mejor me esfuerzo por tener buenas noches de descanso, miren que o me quedo despierto hasta muy tarde o, cuando me acuesto a dormir temprano, me paso toda la noche en vela, por alguna maldita razón. "Devil in a blue dress" se antojaba como un título muy interesante por múltiples razones: primero, por su director, que no es muy conocido pero que acá ya había dejado una grata impresión con "One false move"; segundo, porque una historia detectivesca ambientada en los cuarenta es atractiva por donde se le mire; y tercero, porque tenía toda la pinta de ser un noir (o neo-noir) de lo más contundente. Si bien no es mala película, no es que a mí me atraiga mucho la simplecita corrección y solvencia formal: lo que yo quería ver era actitud, una apuesta diferente... no la invención de la rueda, claro, pero sí una película con personalidad y no falsas aspiraciones. No quería ver falsas promesas.


Denzel Washington es un trabajador sin empleo que se mete en turbios negocios debido a la falta de dinero, pero lo importante son los negocios, no la motivación. De esta forma, pongan atención, porque ahora les digo cuáles son los negocios. Los negocios son...


Oh, vamos, un joven puede jugar de vez en cuando, ¿no? Es bastante simple en realidad: a Washington le piden que busque a una mujer voluntariamente desaparecida, pero profusamente extrañada por cierto hombre. Washington, que es un simple mecánico que de repente descubre un enorme talento para la investigación y ser detective en su interior, va descubriendo cosas feas sobre la clase política y muchas asuntos más que son peligrosos para él pero no realmente impresionantes para nosotros, incluso cuando una de las revelaciones es de lo más repugnante, pero no crean que Franklin elabora una atmósfera (ambiental o moral) muy agobiante que digamos. "Devil..." es un hard-boiled muy, muy descafeinado... o mejor dicho, un intento de hard-boiled. Un hard-boiled PG-13, es decir, no un hard-boiled de verdad. Un somero y olvidable e impersonal ejercicio de estilo o de género, no una verdadera muestra de cine... o de género. Franklin recurre a las fórmulas, no al cineasta en su interior, por lo tanto, sus imágenes no dejan huella en ningún sentido; tampoco su ambientación, muy bien detallada y todo, que se queda como un mero decorado, no como la construcción de un tiempo y un lugar, una realidad social compleja y oscura. Sobre ello, el misterio de medio pelo es de lo más efectivo pero bastante común y arbitrario, ulteriormente conveniente y demasiado exacto como para creerlo. Hay muertos, personajes malos y poderosos, pero no hay salvajismo ni violencia ni potencia dramática, mucho menos sensualidad e inteligencia... verdaderamente uno queda decepcionado ante tamaña oportunidad desaprovechada. Apuesto a que el Spike Lee de esos años habría dirigido ésto mejor, o quién sabe. Lo cierto es que "Devil in a blue dress" es una anodina e insulsa película que queda mejor como una sinopsis que como un relato completo. Lo mejor es el jocoso personaje de Don Cheadle (mejor dicho su actuación, aunque seamos justos: el personaje es bueno dentro de su acotada elaboración), el resto es inocuo hasta decir basta. Increíble que con tres líneas se puede vender lo que sea (por eso muchas buenas ideas se quedan sin financiamiento ni apoyo), incluso este nice try que se ve tan rápido como se olvida. A propósito, la cinta está basada en una novela homónima (¡corran a sus librerías más cercanas!). Y recuerden: las apariencias engañan.

2 comentarios:

  1. Hace muchos años que vi la peli y la recuerdo vagamente. Pero tras leer tu comentario, la volveré a ver para refrescar la memoria!

    Saludos!

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    Respuestas
    1. No está mal pero tampoco es la gran cosa. No es un desperdicio pero tampoco es que quede en la memoria. Pero se puede ver y se agradece. El director ahora último se ha dedicado más a la tele, y no lo ha hecho nada mal a decir verdad.
      Saludos.

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Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...