Creadora: Jenji Kohan
Originalmente no tenía planeado comentar hoy la tercera temporada de "Orange...", pero los últimos episodios se desenvuelven de tal forma que te obligan a seguir viéndolos aunque luego no sean la gran cosa. No sé ustedes, pero creo que estamos ante la temporada más floja y decepcionante de esta serie. ¿Por qué la vi? Porque no soy un fanático de Netflix y estoy empeñado en derribar su alevoso mito: primero, el modelo del que está tan orgulloso me da mucha mala espina y el hecho de que ahora estén sacando series en todo el mundo (hay japonesas, francesas, españolas y creo que se anunció una argentina, y claramente me he quedado corto) me parece sospechoso y peligroso, y apuesto a que en el futuro Netflix va a decidir qué debemos ver, cuándo y cómo. Llegará el momento en que la todopoderosa Netflix tendrá el control de casi todos los contenidos, y ahí estaremos perdidos. ¿Por qué? Pues, segundo, porque las series no son tan buenas como todo el mundo las pinta. Sí, tienen presupuesto y medios, actores de lujo que se dejan convencer por un cheque gordo (dudo que se crean el cuento de que Netflix es la revolución artística que tanto necesita la industria), pero la calidad e integridad artística de sus productos dejan mucho que desear, y se nota a kilómetros de distancia (primera señal: lanzar todos los episodios de un tirón) que el gran propósito es aumentar suscriptores para controlar, y eso no se logra teniendo la dignidad y coherencia valórica de cadenas como HBO o Starz, por ejemplo. Así, tenemos entre manos "Orange...", cuya mayor cualidad es que es entretenida y eso sería todo. Con eso basta para que una pléyade de nuevos especialistas enganchen y suelten chorradas como que la realización es magistral y que la escritura es de otro mundo, lo que atrae a todavía más incautos: negocio redondo. A todo esto, me embarcaré en la difícil y extenuante misión de ver las series originales de Netflix (los "dramas", al menos; no tengo intención alguna de tragarme las condenadas comedias que se multiplican como cucarachas) para corroborar que no son tan buenas sino que son simples productos de vocación comercial vendidas/disfrazadas con un gancho artístico/autoral cuya calidad es de lo más común y silvestre, por lo que si quiero ver algo entretenido y decente mejor me pongo una cinta de 100 minutos y no una mole de doce episodios de una hora o más. Viejo, Netflix le ha metido el pico en el ojo a tanta gente... y luego dicen que Hollywood es despreciable e inhumano. ¡Mejor veo la vida de las Kardashian!
Sí, ok, claro: "Orange..." es entretenida. Punto. También es tremendamente cursi, abusa demasiado de la sensiblería y moralina barata, el cincuenta por ciento del tiempo me muero de vergüenza ajena y en general esta tercera temporada tiene una pinta de despropósito que no se la quita nadie. Lo mejor, como siempre, son los personajes, y ya no tanto gracias a la escritura sino a las actuaciones de sus respectivas actrices que ya conocen sus personajes como las palmas de sus manos: es decir, todo eso que se entiende como personalidad y profundidad que se ha ido ganando con el tiempo se debe al carisma de las actrices y no tanto a las tramas, que son sosas y superficiales, por no mencionar los mayoritariamente impresentables flashbacks, que bien podrían ser parodias hechas por fanáticos sin idea alguna de narración pero con algo de dinero e influencia (por desgracia, vi a mi querida Nicole Holofcener dirigiendo un episodio). A propósito, el efectismo también es una práctica a la que se recurre cada diez minutos y ni que decir de la manipulación emocional, esa que se ve en escenas en donde se supone que nos tenemos que poner a llorar porque la música de fondo es triste y melancólica. Es realmente increíble, pero no es nada nuevo tampoco.
Supongo que si uno sigue viendo esta temporada es porque o tiene mucho tiempo de sobra (mi caso) o porque acepta la simplona ligereza de la que hace gala, el tono simpático que escuda cualquier falla. Es simpática, sí, el visionado es agradable aunque podrían ahorrarse un montón de tiempo, digo, no entiendo cómo es posible que una serie que cuenta tan poco tenga episodios de una hora de duración (el s03e13 dura 90 minutos, dios...), pero oigan, como son más personajes entonces tienen más cosas que contar, porque ya saben que las series siempre desarrollan más y mejor. Ahora bien, ¿de qué trata esta temporada? No tengo ni puta idea: no hay hilo argumental, no como en la segunda temporada (la mejor de todas), y tampoco logro hallar algo así como "la intención unificadora" que justifique los trece episodios, que me parecen una simple sucesión de peleas y hechos y esas cosas sin arco argumental coherente. Unas cuantas tramas tienen interés, otras tantas no. La situación de los guardias y Caputo es interesante, pero la serie no es sobre los guardias así que ese foco se ilumina poco. Piper y su nuevo emprendimiento es lo mejor, y me gusta lo seria (por no decir brutal, todo un exceso) que se pone al final. Lo de la muda como líder religiosa partió como una anécdota divertida pero se convirtió en una ridiculez que más encima es tratada como un drama (¡!). El embarazo de la latina siempre me ha causado vómitos (por lo cursi y meloso, por favor) y Alex se pasa con la paranoia, a decir verdad, y el triángulo no podía faltar, claro (al menos sacaron al antiguo novio de Piper, un verdadero idiota egoísta).
Esta temporada es una gran vendida de humo, cada trama se estira desvergonzadamente hasta el hartazgo (lo de Alex y sus miedos, por ejemplo). Lo peor es que cuando parece que una se pone buena y "oscura", entonces por alguna razón se convierte en un chiste. Hay momentos incómodos, asquerosos e indignantes (como lo relacionado al guardia que vendía rosquillas, un triste recordatorio de que existen personas así caminando impunemente por ahí; o el maldito hijo de puta de Healy), pero son los menos. El final, eso sí, es bonito... y todo un salvavidas (ese episodio iba para bazofia, y como que lo sigue siendo, honestamente). Por último, puede que la gracia de la serie no sea tener una trama central (si no lo es entonces estamos mal, pues como dije, la T2 brilla por ese conflicto tan bueno en que se centraba) sino en construir una realidad, un lugar, un espacio, y retratar sus múltiples caras desenfadadamente. Pero, damas y caballeros, cantidad no es mismo que calidad y el exceso de personajes y situaciones podrán llenar horas y horas de humo de segunda, pero no profundidad humana ni narrativa ni artística, y no porque muestren un flashback miserable y tristón vamos a creer que los personajes son complejos.. finalmente esa "realidad" es tan inocua como hueca, vacía. La mayoría de historias y personajes que vemos tienen la profundidad intelectual de una pintura de un solo color uniforme. Para mi, ver un grupo de amigos que se junta a mirar la tercera temporada de "Orange..." frente a la tele es como ver a un grupo de amigos que van a un museo a mirar esto. Esperemos que la cuarta temporada sea mucho, muchísimo mejor que ésta. El trailer oficial parece sugerir eso, pero mejor es esperar y no engañarse...
Sí, ok, claro: "Orange..." es entretenida. Punto. También es tremendamente cursi, abusa demasiado de la sensiblería y moralina barata, el cincuenta por ciento del tiempo me muero de vergüenza ajena y en general esta tercera temporada tiene una pinta de despropósito que no se la quita nadie. Lo mejor, como siempre, son los personajes, y ya no tanto gracias a la escritura sino a las actuaciones de sus respectivas actrices que ya conocen sus personajes como las palmas de sus manos: es decir, todo eso que se entiende como personalidad y profundidad que se ha ido ganando con el tiempo se debe al carisma de las actrices y no tanto a las tramas, que son sosas y superficiales, por no mencionar los mayoritariamente impresentables flashbacks, que bien podrían ser parodias hechas por fanáticos sin idea alguna de narración pero con algo de dinero e influencia (por desgracia, vi a mi querida Nicole Holofcener dirigiendo un episodio). A propósito, el efectismo también es una práctica a la que se recurre cada diez minutos y ni que decir de la manipulación emocional, esa que se ve en escenas en donde se supone que nos tenemos que poner a llorar porque la música de fondo es triste y melancólica. Es realmente increíble, pero no es nada nuevo tampoco.
Supongo que si uno sigue viendo esta temporada es porque o tiene mucho tiempo de sobra (mi caso) o porque acepta la simplona ligereza de la que hace gala, el tono simpático que escuda cualquier falla. Es simpática, sí, el visionado es agradable aunque podrían ahorrarse un montón de tiempo, digo, no entiendo cómo es posible que una serie que cuenta tan poco tenga episodios de una hora de duración (el s03e13 dura 90 minutos, dios...), pero oigan, como son más personajes entonces tienen más cosas que contar, porque ya saben que las series siempre desarrollan más y mejor. Ahora bien, ¿de qué trata esta temporada? No tengo ni puta idea: no hay hilo argumental, no como en la segunda temporada (la mejor de todas), y tampoco logro hallar algo así como "la intención unificadora" que justifique los trece episodios, que me parecen una simple sucesión de peleas y hechos y esas cosas sin arco argumental coherente. Unas cuantas tramas tienen interés, otras tantas no. La situación de los guardias y Caputo es interesante, pero la serie no es sobre los guardias así que ese foco se ilumina poco. Piper y su nuevo emprendimiento es lo mejor, y me gusta lo seria (por no decir brutal, todo un exceso) que se pone al final. Lo de la muda como líder religiosa partió como una anécdota divertida pero se convirtió en una ridiculez que más encima es tratada como un drama (¡!). El embarazo de la latina siempre me ha causado vómitos (por lo cursi y meloso, por favor) y Alex se pasa con la paranoia, a decir verdad, y el triángulo no podía faltar, claro (al menos sacaron al antiguo novio de Piper, un verdadero idiota egoísta).
Esta temporada es una gran vendida de humo, cada trama se estira desvergonzadamente hasta el hartazgo (lo de Alex y sus miedos, por ejemplo). Lo peor es que cuando parece que una se pone buena y "oscura", entonces por alguna razón se convierte en un chiste. Hay momentos incómodos, asquerosos e indignantes (como lo relacionado al guardia que vendía rosquillas, un triste recordatorio de que existen personas así caminando impunemente por ahí; o el maldito hijo de puta de Healy), pero son los menos. El final, eso sí, es bonito... y todo un salvavidas (ese episodio iba para bazofia, y como que lo sigue siendo, honestamente). Por último, puede que la gracia de la serie no sea tener una trama central (si no lo es entonces estamos mal, pues como dije, la T2 brilla por ese conflicto tan bueno en que se centraba) sino en construir una realidad, un lugar, un espacio, y retratar sus múltiples caras desenfadadamente. Pero, damas y caballeros, cantidad no es mismo que calidad y el exceso de personajes y situaciones podrán llenar horas y horas de humo de segunda, pero no profundidad humana ni narrativa ni artística, y no porque muestren un flashback miserable y tristón vamos a creer que los personajes son complejos.. finalmente esa "realidad" es tan inocua como hueca, vacía. La mayoría de historias y personajes que vemos tienen la profundidad intelectual de una pintura de un solo color uniforme. Para mi, ver un grupo de amigos que se junta a mirar la tercera temporada de "Orange..." frente a la tele es como ver a un grupo de amigos que van a un museo a mirar esto. Esperemos que la cuarta temporada sea mucho, muchísimo mejor que ésta. El trailer oficial parece sugerir eso, pero mejor es esperar y no engañarse...
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