Director: Nicolas Winding Refn
"Valhalla Rising" la vi por primera vez en la tele, todavía en los tiempos en que no sabía usar internet y la programación del cable era la única fuente de películas que tenía. Hoy en día me da un poco de pena no recurrir al cable, medio que me gustaba eso de revisar la revista con la programación del mes y resaltar aquellas cintas interesantes, haciendo todo un esfuerzo con tal de poder verlas y evitar que se toparan las unas con las otras. Supongo que extraño un poco eso, aunque recurrir a internet tiene sus ventajas, además viendo la tele siempre corría el riesgo de que mi familia llegara a molestarme y me arruinara el visionado, a veces de películas que no repetirían hasta quién sabe cuándo. Igual ahí estaba un poco la gracia, ¿no?, de que ver una película sin interrupciones era algo así como un triunfo... nada muy diferente del ahora, pues ver una película sin interrupciones en esta maldita casa sigue siendo una proeza, pero bueno, estamos hablando de "Valhalla Rising"...
Debo decir que quedé decepcionado en esta ocasión, toda vez que la primera vez que la vi, "Valhalla Rising" me había deslumbrado por completo. Ya no recuerdo por qué. Si nos vamos por el lado del contenido, podemos decir que "Valhalla Rising" es una especie de viaje o tránsito por la locura y la violencia intrínsecamente humana que nunca cambiará a pesar de cuanto palabrerío busque cambiarla, justificarla o erradicarla. La historia trata sobre un peligroso peleador que no habla, tiene un solo ojo y más encima tiene visiones proféticas, que escapa de sus captores vikingos para unirse a una expedición cristiana que, era que no, quiere llevar la moral de dios a territorios indómitos y sumidos en las sombras, y no necesariamente con gestos amables y cálidos abrazos. Ni dios los ayudará ni los fuegos infernales se elevarán, pero sí se dejarán dominar por la locura y la sinrazón inherente, por el comportamiento fundamentalmente instintivo que no sólo sabe de sangre y violencia sino que también de bondad y sacrificio (¡y eso que no conocen al salvador resucitado para inspirarse!). El gran problema viene de la mano de Nicolas Winding Refn, quien quiere otorgar a este viaje una atmósfera casi metafísica, de carácter místico que queda más o menos bien al inicio, pero que poco a poco se desgasta por completo, mutando en pura ornamentación sobrecargada de mecanismos estéticos pero vacía de contenido y, por supuesto, muy deficiente en narrativa. Claro, está el palabrerío de fondo que te dirá el director en las entrevistas, pero la imagen, como les digo, no es más que una mezcla de cámaras lentas, planos "celestiales" de las nubes y la naturaleza, hombres caminando y mirando con cara de estreñidos su entorno, y una música de fondo omnipresente y omnipotente que parece querer llevar la batuta en lo que a narración se refiere. No deja de ser interesante la idea, pero necesitaba una historia mucho mejor hilada que de verdad fuera desarrollando reflexiones a lo largo del metraje y no sólo fuera un ejercicio visual tan llamativo como carente de sustancia. Por lo demás, se pudo aprovechar mejor a Mads Mikkelsen y esa imponente presencia suya.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...