lunes, 31 de octubre de 2016

De Profundis - 2007


Director: Miguelanxo Prado

¿Recuerdan cuando hace varios días atrás dije que quería comenzar algo especial? Pues bien, me refería a comentar películas relacionadas con el mundo del cómic, del noveno arte. No sé cuántas serán con exactitud, aunque sí sé que, como mínimo, comentaré cinco. Podrían ser más, no lo sé. Ojalá. Pues bien, comencemos: Miguelanxo Prado es un historietista español muy galardonado que, allá por el 2007 (cuando ya llevaba más de 25 años de carrera), estrena su primera (y hasta el momento única) película, la que, en todo caso, comenzó a trabajar el 2002. Mucho interés me causaba el visionado de "De Profundis", especialmente si hacía gala de aquella exquisita sensibilidad que Prado ha expresado y plasmado de manera tan bella e inolvidable en "Tangencias", "Trazo de tiza", "Belo Horizonte", "Ardalén" o su participación en "Terra Nostra", por mencionar mis preferidos (aunque no he podido leer ni "Manuel Montano" ni "Papeles Dispersos", que estoy seguro me encantarán una vez tenga la oportunidad de echarles un ojo). De paso recomiendo "Fragmentos de la enciclopedia délfica" y "Stratos", dos títulos de ciencia ficción que contienen una desoladora visión del hombre y la humanidad en perfecta congruencia con el relato de género. Siguiendo este minirepaso a su obra comiquera, sus cómics más humorísticos ("Crónicas incongruentes" y los dos volúmenes de "Quotidianía Delirante") no me gustaron mucho a decir verdad, a excepción de "La Mansión de los Pampín", aunque explayarme más es materia de un blog que no existe (o, en su defecto, que no tiene la vitalidad requerida). Y cómo olvidar "Pedro y el lobo", su particular revisión de la historia (que, para mi sorpresa, ¡es una composición sinfónica!) de Serguei Prokofiev. Oh, como ven, Miguelanxo Prado es un artista imprescindible. Acá siempre buscamos aprender más y más...



Estaba claro que "De Profundis" no iba a ser una película convencional en tanto el mismo Prado no es un artista convencional. Por un lado, no iba a ser una animación tradicional; por otro lado, tampoco iba a ser una narración tradicional. La propuesta de Prado es estricta y decididamente sensorial, introspectiva, contemplativa, pictórica... en donde el poder de la imagen fuera lo primordial, en donde sus elementos narratológicos fueran los que guiaran el relato, o mejor dicho, en donde los elementos plásticos permitieran el natural y orgánico fluir de las emociones, de las sensaciones. Hay una historia, hay un relato, pero éstos se expresan únicamente a través de la imagen y sus colores, sus texturas, sus cualidades plásticas a fin de cuentas, bien acompañadas por la banda sonora compuesta por Nani García e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Galicia. Cierto es, no obstante, que hay una contradicción en "De Profundis", pues en una mano se apuesta por este viaje como motor y vehículo narrativo en el cual lo más importante es simplemente dejarse llevar por el arte y sea lo que sea que percibamos, mientras que en la otra mano tenemos la clara intención discursiva/argumental de Prado, la cual no siempre queda plasmada en imágenes con la efectividad necesaria, y una cosa es ser sutil y otra cosa es, lisa y llanamente, no ser capaz de contar algo en determinado momento. Por lo demás, la contradicción continúa en especial cuando ya entramos en tierra derecha y el montaje recurre a pequeños e ilustrativos trucos/recordatorios de qué significa cada cosa que vemos en el fondo del mar, como si hubiese un indisimulado esfuerzo para que entendamos de una manera precisa el discurrir del film. A simple vista "De Profundis" parecerá un precioso y mágico paseo por el fondo y por la superficie del mar, a lo largo de su misteriosa y diversa vastedad y a través de un matrimonio a la vez junto y separado gracias a la vida y la muerte que transportan las aguas y los vientos del océano. Quienes conozcan la obra comiquera de Prado podrán reconocer figuras y metáforas recurrentes, por ejemplo el barco como otro tipo de cetáceo, de hierro y óxido, contenedor de la trágica existencia del hombre (Esporas, su colaboración en "Terra Nostra"); el viento y el mar como vehículos de reflexiones, amores, memorias ("Ardalén"); o el mar como escenario de extrañas, surreales, mágicas y poéticas historias intemporales y ajenas a cualquier conducto predeterminado ("Trazo de Tiza"). Está el contacto con la naturaleza y su inmenso poder inherente con el que nunca nos deja de sorprender y maravillar en sus insondables dimensiones. Sin embargo hay más, hay mucho más, hay tanto más por descubrir en "De Profundis".
A todo esto, Prado también sacó una versión en cómic de la película que es su perfecto complemento en tanto incluye texto (¿olvidé mencionar que el film es sin diálogos, que es pura imagen?) que otorga una dimensión que permite apreciar aún más la belleza de la historia que el mismo Prado escribió, aunque, bien sabemos, hay que estar atentos... Ahora bien, ¿es preferible estar atentos para comprender las profundas capas de esta historia, sus símbolos y sus metáforas, o es mejor dejarse llevar y sólo sentir, percibir las complejas sensaciones (la melancolía, la esperanza, la desolación, la plenitud) que esta experiencia propone con sus imágenes visuales y sónicas? La película para lo segundo y el cómic, para lo primero.
En cualquier caso, "De Profundis" es algo que no olvidarán...

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