Director: Terry Zwigoff
Uf, tener que transcribir poco más de tres horas de testimonios de niños es difícil que te cagas, porque entre que no se les entiende (poca modulación), que no logran seguir una idea y que el resto está hablando o haciendo ruidos (por no mencionar la discutible calidad del audio), distinguir lo que quieren decir es una tarea titánica. Pero bueno, hay que tener paciencia... Paciencia, como el nombre del cómic de Daniel Clowes (Patience, título original) que tendrá adaptación cinematográfica, por no mencionar el próximo estreno de "Wilson", otra película basada en uno de sus cómics. Sin embargo, Terry Zwigoff fue quien primero dirigió una película basada en la obra del famoso autor ("Ghost World", comentada por acá hace poco), y la relación no acabó ahí, pues cinco años después, el buen Zwigoff estrenaría "Art School Confidential", basada en la tira cómica homónima que aparece en uno de los tantos números de Eight Ball. ¿Recuerdan que hace poco hice un pequeño ciclo del cine en el cómic y el cómic en el cine? Pues bien, tengo planeado hacer el volumen dos de dicho ciclo, si bien "Art School Confidential" no forma parte de él, aunque al menos que sirva como recordatorio de que el lazo entre el séptimo y el noveno arte está más vivo que nunca en este blog.
Tal como en las otras películas basadas en sus cómics, Daniel Clowes fue quien se encargó del guión de "Art School Confidential", que en su original, más que una historia propiamente tal, es un furioso (y tristemente real, verídico) retrato que recopila algunas de las características más rastreras y vomitivas que se pueden encontrar en una escuela de arte (también aplicables a escuelas de cine... o al menos la mía, una mierda pinchada en un palo que tiene la sinvergüenza de cobrar un puto dineral: nunca vi una relación precio/calidad tan escandalosamente desproporcionada), como por ejemplo los favoritismos de los "docentes" (personajes que más que interés por enseñar, están ahí por el sueldo, mal que mal, ellos mismos señalan que del arte/cine no se puede vivir), el ridículo y contraproducente clima de competencia que se propicia entre los estudiantes (la vida es dura, pero vamos, ¿tanto cuesta forjar colaboración?), la endogamia intelectual y el postureo barato, la "transmisión" de "conocimientos" completamente inútiles en la práctica y en cualquier ámbito del arte elegido (por favor, ilumínenme: ¿de qué te sirven añejas y obsoletas teorías sociológicas al momento de ser director de fotografía si jamás te enseñaron cómo filmar en celuloide o la "clase" de iluminación fue una puta broma?), el desinterés y el desprecio directivo hacia los ilusos estudiantes, entre otros síntomas que hacen que mis tripas se asfixien entre sí y que sólo vienen a constatar que la mejor educación se encuentra bastante lejos de esas asquerosas instituciones, y que es mejor ocupar ese dinero, ese tiempo y esa energía en explorar los propios intereses y la obra de grandes y pequeños exponentes de manera libre, desprejuiciada y pura, de lo contrario la motivación inicial se puede perder para siempre... Si están interesados, el cómic original es de unas cuatro o cinco páginas y lo pueden leer en este enlace, cosa que recomiendo bastante.
En fin, Daniel Clowes expandió su cómic original en formato guión cinematográfico, y la película trata sobre un soñador y talentoso joven, también algo inadaptado, que, con tal de potenciar sus habilidades para dibujar, se matricula en una pomposa escuela de arte que en realidad no es más que un apestoso basurero acechado por un asesino un serie y multitud de clichés andantes que es casi surreal que existan en realidad. Así, el pobre joven pasará del fulgor inicial a la progresiva decepción y humillación que surge de ser pisoteado por un montón de hipócritas políticamente correctos vendidos al mejor postor. De esta forma, Clowes entremezcla sus ácidas viñetas con un relato que transita entre las antípodas del coming of age y un curioso teen noir, con mujeres fatales, misterios y protagonistas trágicamente condenados por el sistema. La puesta en escena de Terry Zwigoff logra con creces expresar e incluso potenciar la irónica y desencantada visión de Clowes, en mi opinión, quien debiera llevarse más méritos, si bien es cierto que, en comparación, la película no tiene tanta mala leche como debería. De que pone los puntos sobre las íes, claro que lo hace, pero de manera light, aunque tiene el aliciente de contar con su propia historia, un puñado de interesantes personajes y aún más notables arcos argumentales (como el sujeto que enamora a todos con sus pinturas técnicamente simples pero honestas e ingenuas). Y bueno, siempre es agradable ver a Steve Buscemi y Anjelica Huston.
Extrañamente, "Art School Confidential" fue vilipendiada tanto por crítica y público, y Zwigoff ha dicho repetidas ocasiones que esta película casi acaba con su carrera. Claro, no es una obra maestra, pero es una muy buena película que, además de hacerte pasar un gran rato, cuenta con un mirada propia e insobornable que la separa de la mayoría de las películas (cosa que no se puede decir de la mayoría de productos que se hacen como salchichas), a pesar de su peculiar final feliz, o, como dirían los críticos cool: weird happy ending.
PD: ¡VETE A LA MIERDA, ICEI Y LA CONCHA DE TU MADRE!
Tal como en las otras películas basadas en sus cómics, Daniel Clowes fue quien se encargó del guión de "Art School Confidential", que en su original, más que una historia propiamente tal, es un furioso (y tristemente real, verídico) retrato que recopila algunas de las características más rastreras y vomitivas que se pueden encontrar en una escuela de arte (también aplicables a escuelas de cine... o al menos la mía, una mierda pinchada en un palo que tiene la sinvergüenza de cobrar un puto dineral: nunca vi una relación precio/calidad tan escandalosamente desproporcionada), como por ejemplo los favoritismos de los "docentes" (personajes que más que interés por enseñar, están ahí por el sueldo, mal que mal, ellos mismos señalan que del arte/cine no se puede vivir), el ridículo y contraproducente clima de competencia que se propicia entre los estudiantes (la vida es dura, pero vamos, ¿tanto cuesta forjar colaboración?), la endogamia intelectual y el postureo barato, la "transmisión" de "conocimientos" completamente inútiles en la práctica y en cualquier ámbito del arte elegido (por favor, ilumínenme: ¿de qué te sirven añejas y obsoletas teorías sociológicas al momento de ser director de fotografía si jamás te enseñaron cómo filmar en celuloide o la "clase" de iluminación fue una puta broma?), el desinterés y el desprecio directivo hacia los ilusos estudiantes, entre otros síntomas que hacen que mis tripas se asfixien entre sí y que sólo vienen a constatar que la mejor educación se encuentra bastante lejos de esas asquerosas instituciones, y que es mejor ocupar ese dinero, ese tiempo y esa energía en explorar los propios intereses y la obra de grandes y pequeños exponentes de manera libre, desprejuiciada y pura, de lo contrario la motivación inicial se puede perder para siempre... Si están interesados, el cómic original es de unas cuatro o cinco páginas y lo pueden leer en este enlace, cosa que recomiendo bastante.
En fin, Daniel Clowes expandió su cómic original en formato guión cinematográfico, y la película trata sobre un soñador y talentoso joven, también algo inadaptado, que, con tal de potenciar sus habilidades para dibujar, se matricula en una pomposa escuela de arte que en realidad no es más que un apestoso basurero acechado por un asesino un serie y multitud de clichés andantes que es casi surreal que existan en realidad. Así, el pobre joven pasará del fulgor inicial a la progresiva decepción y humillación que surge de ser pisoteado por un montón de hipócritas políticamente correctos vendidos al mejor postor. De esta forma, Clowes entremezcla sus ácidas viñetas con un relato que transita entre las antípodas del coming of age y un curioso teen noir, con mujeres fatales, misterios y protagonistas trágicamente condenados por el sistema. La puesta en escena de Terry Zwigoff logra con creces expresar e incluso potenciar la irónica y desencantada visión de Clowes, en mi opinión, quien debiera llevarse más méritos, si bien es cierto que, en comparación, la película no tiene tanta mala leche como debería. De que pone los puntos sobre las íes, claro que lo hace, pero de manera light, aunque tiene el aliciente de contar con su propia historia, un puñado de interesantes personajes y aún más notables arcos argumentales (como el sujeto que enamora a todos con sus pinturas técnicamente simples pero honestas e ingenuas). Y bueno, siempre es agradable ver a Steve Buscemi y Anjelica Huston.
Extrañamente, "Art School Confidential" fue vilipendiada tanto por crítica y público, y Zwigoff ha dicho repetidas ocasiones que esta película casi acaba con su carrera. Claro, no es una obra maestra, pero es una muy buena película que, además de hacerte pasar un gran rato, cuenta con un mirada propia e insobornable que la separa de la mayoría de las películas (cosa que no se puede decir de la mayoría de productos que se hacen como salchichas), a pesar de su peculiar final feliz, o, como dirían los críticos cool: weird happy ending.
PD: ¡VETE A LA MIERDA, ICEI Y LA CONCHA DE TU MADRE!
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