Creadores: Vince Gilligan & Peter Gould
2/4. Hace poco salían teasers de la tercera temporada de "Better Call Saul" y recordaba que aún no había visto la segunda, así que me dije "manos a la obra, maestro". Aunque "Better Call Saul" no ha suscitado la misma excitación de los cuestionables medios de comunicación y la aún más dudosa masa informe de consumidores, sobra decir que es una excelente serie que está muy bien escrita, realizada e interpretada, y que parece que se mantendrá firme hasta su final.
Alguna vez le escuché decir a alguien que "Better Call Saul" intentaba imitar a "Breaking Bad" pero que el truco no le salía, que más bien era un triste tiro por la culata. Nada más alejado de la verdad, pienso yo, pues aunque la presente mantiene rasgos reconocibles respecto a la realización (la pulcritud al momento de encuadrar, de mover la cámara, de utilizar el montaje, la banda sonora), el tono dista bastante de la historia protagonizada por Walter White, mucho más oscura que la del simpático Jimmy McGill/Saul Goodman, cuyo tono se encuentra imbuido por la festiva pero problemática personalidad de éste. Los claroscuros de "Better Call Saul" son, quizás, menos solemnes (el protagonista se debate entre si ser un abogado respetable y aburridamente dominado por las estériles reglas, o si por el contrario ser un abogado que no tema en aplicar métodos poco ortodoxos con tal de hacer valer la Justicia; la verdadera Justicia, la que ayuda a los desposeídos y los indefensos ante la maquinaria. Si lo ponemos en palabras más simples, el conflicto estriba en si ser o no un "buen abogado", o quizás en si ser o no ser uno mismo), pero no por ello las tramas son menos complejas y profundas, igualmente retratando la ambigüedad e incluso el vacío moral del Sistema y sus habitantes. Pero, claro, todo se hace con mucho más sentido del humor, con más ironía tanto en la escritura (personajes, conflictos) como en la impecable y punzante ejecución formal. La gracia de la comedia de "Better Call Saul" es su sequedad: la vida es un chiste, no hay nada que hacer al respecto. Esta segunda temporada continúa con las agridulces desventuras y desavenencias personales y laborales de Jimmy McGill, cuya trama obedece más a la comedia negra, y las peligrosas andanzas de Mike en el submundo criminal de la ciudad, lo cual se acerca más al thriller y la literatura criminal (hacen aparición los espeluznantes gemelos calvos y el célebre Héctor Salamanca). Muchas distinciones no se pueden hacer dado que, al igual que "Breaking Bad", "Better Call Saul" no es una serie que se fragmente temática o dramáticamente en sus respectivas temporadas, sino que es una totalidad que se toma una pausa cada diez episodios; es decir, los dilemas morales siguen siendo tan estimulantes como en la primera temporada, al igual que los personajes siguen siendo tan de carne y hueso e íntimos en sus retratos y tratamientos. "Better Call Saul" no decae y, aunque no varíe especialmente, jamás pierde ni debilita su particular intensidad e identidad (ni mucho menos se repite o estanca), es decir, cada capítulo es tan bueno y refrescante como el anterior y el que le sigue, pues la hábil y ágil mezcla de géneros nunca se agota, nunca es impostada y siempre potencia las virtudes inherentes de los elementos narratológicos de la serie.
"Better Call Saul", una serie hecha con principios e integridad que entretiene, inquieta y conmueve.
Alguna vez le escuché decir a alguien que "Better Call Saul" intentaba imitar a "Breaking Bad" pero que el truco no le salía, que más bien era un triste tiro por la culata. Nada más alejado de la verdad, pienso yo, pues aunque la presente mantiene rasgos reconocibles respecto a la realización (la pulcritud al momento de encuadrar, de mover la cámara, de utilizar el montaje, la banda sonora), el tono dista bastante de la historia protagonizada por Walter White, mucho más oscura que la del simpático Jimmy McGill/Saul Goodman, cuyo tono se encuentra imbuido por la festiva pero problemática personalidad de éste. Los claroscuros de "Better Call Saul" son, quizás, menos solemnes (el protagonista se debate entre si ser un abogado respetable y aburridamente dominado por las estériles reglas, o si por el contrario ser un abogado que no tema en aplicar métodos poco ortodoxos con tal de hacer valer la Justicia; la verdadera Justicia, la que ayuda a los desposeídos y los indefensos ante la maquinaria. Si lo ponemos en palabras más simples, el conflicto estriba en si ser o no un "buen abogado", o quizás en si ser o no ser uno mismo), pero no por ello las tramas son menos complejas y profundas, igualmente retratando la ambigüedad e incluso el vacío moral del Sistema y sus habitantes. Pero, claro, todo se hace con mucho más sentido del humor, con más ironía tanto en la escritura (personajes, conflictos) como en la impecable y punzante ejecución formal. La gracia de la comedia de "Better Call Saul" es su sequedad: la vida es un chiste, no hay nada que hacer al respecto. Esta segunda temporada continúa con las agridulces desventuras y desavenencias personales y laborales de Jimmy McGill, cuya trama obedece más a la comedia negra, y las peligrosas andanzas de Mike en el submundo criminal de la ciudad, lo cual se acerca más al thriller y la literatura criminal (hacen aparición los espeluznantes gemelos calvos y el célebre Héctor Salamanca). Muchas distinciones no se pueden hacer dado que, al igual que "Breaking Bad", "Better Call Saul" no es una serie que se fragmente temática o dramáticamente en sus respectivas temporadas, sino que es una totalidad que se toma una pausa cada diez episodios; es decir, los dilemas morales siguen siendo tan estimulantes como en la primera temporada, al igual que los personajes siguen siendo tan de carne y hueso e íntimos en sus retratos y tratamientos. "Better Call Saul" no decae y, aunque no varíe especialmente, jamás pierde ni debilita su particular intensidad e identidad (ni mucho menos se repite o estanca), es decir, cada capítulo es tan bueno y refrescante como el anterior y el que le sigue, pues la hábil y ágil mezcla de géneros nunca se agota, nunca es impostada y siempre potencia las virtudes inherentes de los elementos narratológicos de la serie.
"Better Call Saul", una serie hecha con principios e integridad que entretiene, inquieta y conmueve.
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