Director: Hannes Holm
"En man som heter Ove" es otra de las cinco nominadas a Mejor película de habla no inglesa, así que sólo por eso decidimos echarle un vistazo. ¿Está para ganar el Oscar? Claro que no, demonios. ¿Por qué? Pues porque... porque... ¡ay, no lo sé!
Ove es un hombre entrado en años, de la tercera edad digamos, que vive solo, y que a ojos del resto es un viejo amargado, cascarrabias y desagradable, pues no sólo le molesta el irritante descuido con que todos quienes le rodean hacen las cosas, sino que también es un incesante e incansable (e implacable, si bien no puede hacer mucho salvo bramar) fiscalizador que vela por el respeto de las normas comunitarias. Supongo que el viejo Ove se llevaría de maravillas con el viejo Toni Erdmann, pero ese es un crossover que nadie, afortunadamente, hará realidad. El asunto es que Ove no tardará en hartarse de la vida que lleva, básicamente porque ya no le queda nada (podría decirse que la persona que alguna vez fue ya no existe), pero cada vez que intente estirar la pata algún evento desafortunado se lo impedirá y pronto veremos que, en realidad, Ove es un señor de gran corazón que, quizás, debía su hostilidad para con el mundo como mecanismo para protegerse de él, y que lo único que necesitaba era un poco de amabilidad y comprensión: la bestia tiene sentimientos, claro que sí. Lo importante es que el buen Ove aprenderá a vivir nuevamente y hará muchos amigos, e insisto, aprenderá a vivir bajo este prisma conciliador, haciendo del mundo un lugar mejor para vivir, crecer y ser feliz.
"En man som heter Ove" no intenta engañar a nadie y tampoco hace daño a nadie con su decidido mensaje optimista, que permanece incólume a pesar de las constantes muestras de feble y leve humor negro. En principio pensaba que "En man som heter Ove" iba a ser más o menos como "Olive Kitteridge", pero rápidamente me di cuenta de que la película sueca es mucho menos mordaz, agridulce y compleja que la miniserie de Lisa Cholodenko; es más, la cinta de Hannes Holm (que no es Aki Kaurismäki) se refugia en la melosidad desde que el protagonista se hace amigo de su nueva vecina extranjera, y de ahí en adelante, salvo los esperables ataques de pánico y pesimismo (etapas esenciales para aumentar el dramatismo de la función), la vida no deja de mejorar. Así, el buen Ove se abre al mundo y ve que no todos son tan malos y que mucho mejor es tender manos que gritar y cerrar puertas: lo importante es ser un cálido ser humano, ésa es la lección final.
La película es entretenida, amena y cumple su propósito, pero es demasiado simple y previsible para mi gusto, además le falta verdadera intención y algo de mala leche, cierta oscuridad e incluso nihilismo, una mirada que cuestione más el estado de las cosas, porque no me creo que de un momento a otro todos se abracen, se quieran y sean seres perfectos sin fallas ni vulnerabilidades en un mundo amable, justo y bienaventurado. En fin, "En man som heter Ove" es un ligero y ñoño tratado sobre cosas ñoñas como la felicidad o la buena convivencia, un recordatorio para que el mundo entero sonría, mire al cielo y pronuncie un fuerte "gracias", pero como dije, la cinta es entretenida y se ve sin mayores problemas. ¿Está para ganar el Oscar? Ni loco... y si llega a ganar, ¿quién es el loco entonces?
Oh, eso sí, la interpretación del protagonista, Rolf Lassgard, es rica en matices y logra darle algo de personalidad, ambigüedad y entidad a su personaje, el jodido Ove.
Ove es un hombre entrado en años, de la tercera edad digamos, que vive solo, y que a ojos del resto es un viejo amargado, cascarrabias y desagradable, pues no sólo le molesta el irritante descuido con que todos quienes le rodean hacen las cosas, sino que también es un incesante e incansable (e implacable, si bien no puede hacer mucho salvo bramar) fiscalizador que vela por el respeto de las normas comunitarias. Supongo que el viejo Ove se llevaría de maravillas con el viejo Toni Erdmann, pero ese es un crossover que nadie, afortunadamente, hará realidad. El asunto es que Ove no tardará en hartarse de la vida que lleva, básicamente porque ya no le queda nada (podría decirse que la persona que alguna vez fue ya no existe), pero cada vez que intente estirar la pata algún evento desafortunado se lo impedirá y pronto veremos que, en realidad, Ove es un señor de gran corazón que, quizás, debía su hostilidad para con el mundo como mecanismo para protegerse de él, y que lo único que necesitaba era un poco de amabilidad y comprensión: la bestia tiene sentimientos, claro que sí. Lo importante es que el buen Ove aprenderá a vivir nuevamente y hará muchos amigos, e insisto, aprenderá a vivir bajo este prisma conciliador, haciendo del mundo un lugar mejor para vivir, crecer y ser feliz.
"En man som heter Ove" no intenta engañar a nadie y tampoco hace daño a nadie con su decidido mensaje optimista, que permanece incólume a pesar de las constantes muestras de feble y leve humor negro. En principio pensaba que "En man som heter Ove" iba a ser más o menos como "Olive Kitteridge", pero rápidamente me di cuenta de que la película sueca es mucho menos mordaz, agridulce y compleja que la miniserie de Lisa Cholodenko; es más, la cinta de Hannes Holm (que no es Aki Kaurismäki) se refugia en la melosidad desde que el protagonista se hace amigo de su nueva vecina extranjera, y de ahí en adelante, salvo los esperables ataques de pánico y pesimismo (etapas esenciales para aumentar el dramatismo de la función), la vida no deja de mejorar. Así, el buen Ove se abre al mundo y ve que no todos son tan malos y que mucho mejor es tender manos que gritar y cerrar puertas: lo importante es ser un cálido ser humano, ésa es la lección final.
La película es entretenida, amena y cumple su propósito, pero es demasiado simple y previsible para mi gusto, además le falta verdadera intención y algo de mala leche, cierta oscuridad e incluso nihilismo, una mirada que cuestione más el estado de las cosas, porque no me creo que de un momento a otro todos se abracen, se quieran y sean seres perfectos sin fallas ni vulnerabilidades en un mundo amable, justo y bienaventurado. En fin, "En man som heter Ove" es un ligero y ñoño tratado sobre cosas ñoñas como la felicidad o la buena convivencia, un recordatorio para que el mundo entero sonría, mire al cielo y pronuncie un fuerte "gracias", pero como dije, la cinta es entretenida y se ve sin mayores problemas. ¿Está para ganar el Oscar? Ni loco... y si llega a ganar, ¿quién es el loco entonces?
Oh, eso sí, la interpretación del protagonista, Rolf Lassgard, es rica en matices y logra darle algo de personalidad, ambigüedad y entidad a su personaje, el jodido Ove.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...