lunes, 20 de febrero de 2017

Moonlight - 2016


Director: Barry Jenkins

Dios santo, ¿no les parece Lana del Rey una de las mujeres más bellas del universo? Su Instagram siempre me deja hipnotizado y encantado, ¡además estrenó nueva canción, y con un precioso videoclip! ¡Pero qué cosa más bella ver a esa gente flotando en el espacio bajo la voz de Lana mientras ella nos sonríe! ¡¡¡ESTOY EXTASIADO!!! Así que mientras alucino con su nuevo single y videoclip, me he dado cuenta de que puedo dar un veredicto sobre el Oscar a Mejor director y Mejor actor secundario. En la primera categoría le daría el premio, definitivamente, a Denis Villeneuve. En la segunda iremos paso por paso: primero elimino a Dev Patel porque como actor me desagrada bastante (no he visto "Lion" y me da lo mismo hacerlo); Mahershala Ali en la presente "Moonlight" nos concede una solvente interpretación pero nada del otro mundo; Michael Shannon y Jeff Bridges me gustan en sus roles, pero son más o menos similares así que no podría elegir entre uno y otro; y por último, supongo que por descarte habría que premiar a Lucas Hedges, el sobrino de Casey Affleck en "Manchester by the Sea", pero es muy joven y nunca es bueno apresurar las cosas, así que apostemos por Jeff Bridges porque, qué demonios, el tipo se lo merece (aunque ya ganó merecidamente por "Crazy Heart" así que no sé... bah, qué importa). Con respecto a "Moonlight", me desligo completamente de la aclamación generalizada que ha suscitado.


Extrañamente, "Moonlight" se me ha pasado volando, y digo extrañamente porque como conjunto no me termina de convencer ni interesar, además eso de que una película se pase volando no es necesariamente bueno, pues, en este caso, cuando terminó pensé "¿y eso es todo?" La verdad es que esperaba algo mejor, y por mejor quiero decir más consistente, más coherente y más sustancial.
"Moonlight" es bastante soporífera y no tan profunda como pretende serlo, y no, no me refiero necesariamente a la problemática social que sobrevuela con redundancia en cada uno de los tres segmentos que componen la película, todos protagonizados por el mismo personaje en tres etapas distintas de su vida: en la niñez, en la adolescencia y en la adultez. Si bien la madre soltera drogadicta, el abuso escolar y la falta de empleo (o de oportunidades, quedando solamente el camino del crimen, aunque al final ahí encontramos al personaje de André Holland contradiciendo esta lectura al estar a gusto con su empleo de cocinero) son distintas caras de la planteada problemática social y éstas minan en mayor o menor medida el temple del protagonista, no es ello el foco del relato, pues en donde el director pone especial atención y énfasis es en algo mucho más íntimo que lo anterior: la sexualidad de Chiron, retraído e inseguro, como queriendo esconderse del mundo que no cesa de maltratarlo. Así, el primer segmento trata sobre el difícil autodescubrimiento que el chico vive mientras soporta el desprecio de sus compañeros e incluso de su madre, lo cual explica su personalidad tristemente silenciosa y reservada, proceso secundado por un tercero que se convierte en su verdadera figura paternal, no sólo por darle comida y refugio, sino que también por otorgarle apoyo y seguridad emocional. Este segmento es el mejor, sin duda alguna, gracias a la atmósfera de inocencia teñida de sufrimiento e injusticia, y ciertamente nos deja las mejores escenas, las más duras, como cuando el chico le pregunta a su amigo adulto "¿qué es un maricón?", pregunta tras la cual se puede intuir la difícil vida del chico. El segundo segmento nos ubica en la adolescencia del protagonista, en su despertar sexual. Me gusta la labor del actor que lo interpreta, siempre al filo del abismo, entre la desesperación total y el necesario desahogo. La interpretación de éste es lo mejor del segmento, lo que verdaderamente contiene esa cuota de castigada humanidad e inocencia, pues el resto es lo mismo, es decir madre drogadicta y sobreactuada, compañeros matones y sobreactuados y el interés amoroso-sexual, también sobreactuado, por no mencionar la realización de Jenkins, menos efectiva, quizás porque ahora los hechos clave son acciones violentas y no violencia simbólica, que pegaba bien fuerte en el primer segmento. El tercer segmento nos presenta al protagonista adulto y traficando drogas, menos recluido en su interior pero de todas formas escondiendo su sexualidad, que recibe la llamada de un amigo al que pronto visita. Es curioso porque no sé si acá Jenkins logra un gran manejo de la tensión y de las expectativas, o simplemente si su torpeza dramática y su mirada superficial nos conducen al tedio y al sopor, y me refiero al encuentro entre el protagonista y su viejo y especial amigo, que oscila entre el deseo y... ¿la típica somera reunión entre viejos conocidos? Es más curioso que no sé qué pensar sobre el final, porque un tórrido acto sexual habría sido previsible pero esa confesión es tan poca cosa, y uno pensaría que el viejo amigo tomaría la iniciativa, por algo hizo la llamada en primer lugar. Supongo que la finalidad de este segmento es la aceptación del protagonista, quien por fin se siente más o menos en paz consigo mismo, o que, mínimo, consiguió concluir cierta etapa de su vida. Todo esto es en el papel, porque en pantalla el resultado es insuficiente e insatisfactorio, incompleto, qué sé yo.
Como sea, "Moonlight" es una película con una calidad que decrece notoriamente y que tampoco era la gran cosa en primer lugar, en especial por culpa de la dirección de Barry Jenkins, que se da aires etéreos y casi místicos o mágicos cuando, ya digo, lo único que hace es presentar problemas y no profundizar realmente en ellos. Sólo la interpretación de los distintos actores (incluso la del tercero, discreto a mi parecer) le dan personalidad y conflicto al protagonista, pero cuando al director le da por ahogarse en artificios y florituras...
El videoclip de Love de Lana del Rey sí que es mágico y etéreo y poético, además de abarcar una amplia gama de emociones y sensaciones. Dios mío, ¡creo que estoy aún más enamorado de Lana!

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