Director: Alain Resnais
Tan sólo un par de días después de la muerte de John Hurt también tuvimos que despedirnos de Emmanuelle Riva, gran actriz francesa de fascinante carrera, la cual prácticamente comenzó con "Hiroshima mon amour", opera prima de Alain Resnais. La verdad es que hace bastante tiempo que tenía ansias de ver este film, y es poco menos que lamentable que haya esperado la muerte de Riva para animarme a verlo.
Me encanta el inicio de "Hiroshima mon amour", y por 'inicio' quiero decir los primeros 10-15 minutos, virtualmente un ensayo fílmico en donde imágenes, texto, montaje y sonido se funden de manera apabullante para expresar reflexiones y sensaciones sobre la guerra, el horror, el dolor, la memoria, la soledad, el amor, el olvido, entre otros inasibles aspectos de la vida, lo cual no es de extrañar tomando en cuenta los excelentes trabajos previos de Resnais, "Noche y niebla" y "Toute la mémoire du monde", documentales de ensayo en donde lo más importante no es la exposición de una realidad como tal, hecha y derecha, sino la visión que se tiene de tal o cual acontecimiento y las reflexiones que a partir de ello se pueden suscitar, a fin de cuentas una manera de relacionarse con el mundo, lo que finalmente acaba por enriquecer esa realidad capturada y transformada en imágenes cinematográficas: no es tanto el hecho como lo que se esconde detrás, con todos sus matices, claroscuros y ambigüedades: la búsqueda, las preguntas... Así, no sorprende (lo cual no es óbice para deleitarse con tan brutal film) la fascinante y deslumbrante sensibilidad que Resnais vierte en "Hiroshima mon amour", con esa poética cruda, elegante, desnuda, íntima..., a partir del igualmente fantástico guión de Marguerite Duras, el cual gira en torno a un japonés y una actriz francesa que se encuentra rodando una película en Hiroshima, apasionados amantes cuyo fugaz y trágico amor imposible, que oscila entre la intimidad y la lejanía, la calidez y la frialdad, la ternura y la aspereza (los polos opuestos estrechamente ligados por el pesar: pilar fundamental del film), se funde con el paisaje de Hiroshima, con la Segunda Guerra Mundial, con la irreversible y desgarradora sensación de que todo lo bueno ha sido arrebatado, aniquilado, humillado: ¿cómo poder volver a ser feliz después de haber sufrido los crueles golpes de la maldad humana? ¿Cómo mirar hacia el futuro cuando las heridas del pasado aún no cicatrizan? ¿Cómo soñar cuando al cerrar los ojos no se ve más que la gélida e inerte mirada del horror? Pocas veces el deterioro de una relación ha sido tan duro como en "Hiroshima mon amour", sobre todo por su amplia carga de símbolos y significados: no es sólo el amor el que muere, no es sólo la ilusión de felicidad la que se desvanece: se pierde algo que quizás ya no se puede recuperar...
Preciosa y triste, sublime y terrible: "Hiroshima mon amour". Oh, y lo de los cuerpos cubiertos de ceniza... brillante, ¡y eso es sólo el inicio!
Magnífico film, sin duda alguna, y qué tremenda actuación la de Emmanuelle Riva, tan visceral como delicada. Imprescindible.
Me encanta el inicio de "Hiroshima mon amour", y por 'inicio' quiero decir los primeros 10-15 minutos, virtualmente un ensayo fílmico en donde imágenes, texto, montaje y sonido se funden de manera apabullante para expresar reflexiones y sensaciones sobre la guerra, el horror, el dolor, la memoria, la soledad, el amor, el olvido, entre otros inasibles aspectos de la vida, lo cual no es de extrañar tomando en cuenta los excelentes trabajos previos de Resnais, "Noche y niebla" y "Toute la mémoire du monde", documentales de ensayo en donde lo más importante no es la exposición de una realidad como tal, hecha y derecha, sino la visión que se tiene de tal o cual acontecimiento y las reflexiones que a partir de ello se pueden suscitar, a fin de cuentas una manera de relacionarse con el mundo, lo que finalmente acaba por enriquecer esa realidad capturada y transformada en imágenes cinematográficas: no es tanto el hecho como lo que se esconde detrás, con todos sus matices, claroscuros y ambigüedades: la búsqueda, las preguntas... Así, no sorprende (lo cual no es óbice para deleitarse con tan brutal film) la fascinante y deslumbrante sensibilidad que Resnais vierte en "Hiroshima mon amour", con esa poética cruda, elegante, desnuda, íntima..., a partir del igualmente fantástico guión de Marguerite Duras, el cual gira en torno a un japonés y una actriz francesa que se encuentra rodando una película en Hiroshima, apasionados amantes cuyo fugaz y trágico amor imposible, que oscila entre la intimidad y la lejanía, la calidez y la frialdad, la ternura y la aspereza (los polos opuestos estrechamente ligados por el pesar: pilar fundamental del film), se funde con el paisaje de Hiroshima, con la Segunda Guerra Mundial, con la irreversible y desgarradora sensación de que todo lo bueno ha sido arrebatado, aniquilado, humillado: ¿cómo poder volver a ser feliz después de haber sufrido los crueles golpes de la maldad humana? ¿Cómo mirar hacia el futuro cuando las heridas del pasado aún no cicatrizan? ¿Cómo soñar cuando al cerrar los ojos no se ve más que la gélida e inerte mirada del horror? Pocas veces el deterioro de una relación ha sido tan duro como en "Hiroshima mon amour", sobre todo por su amplia carga de símbolos y significados: no es sólo el amor el que muere, no es sólo la ilusión de felicidad la que se desvanece: se pierde algo que quizás ya no se puede recuperar...
Preciosa y triste, sublime y terrible: "Hiroshima mon amour". Oh, y lo de los cuerpos cubiertos de ceniza... brillante, ¡y eso es sólo el inicio!
Magnífico film, sin duda alguna, y qué tremenda actuación la de Emmanuelle Riva, tan visceral como delicada. Imprescindible.
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