Director: Bong Joon-ho
Tres años antes de "The Host", Bong Joon-ho dirigió "Memories of Murder". Les juro que les iba a decir algo interesante, pero lo he olvidado y no se me ocurre con qué llenar este breve segmento introductorio; la cautela me indica que espere hasta la próxima semana... ojalá. En cualquier caso, mejor hablemos de esta película surcoreana que puso en el mapa el nombre de su realizador, que como bien saben, participa en Cannes 2017, nada menos que en la Selección Oficial.
"Memories of Murder" se basa en la historia real del primer asesino en serie que hubo en Corea del Sur, allá por los ochenta, en una tranquila ciudad semi-rural (por lo que se puede ver en la película), cuyos asesinatos comenzaron durante la dictadura militar del sujeto que derrocó al sucesor del dictador anterior. Es increíble lo que se aprende cuando escarbamos en la historia de otros países, ¿eh?, y qué decir de Corea, que antes de su división, uf, ya se pueden imaginar toda la Historia precedente. El caso es que aparece un cuerpo femenino desnudo, atado y vejado, y luego aparece otro, y otro, y otro..., y alguien se pone a investigar, luego llega otro detective, la investigación no es fácil, eso se sabe, se recaban pistas, se elaboran hipótesis, se apuntan sospechosos, se trazan planes, tensiones surgen, decepciones, iluminaciones..., pero no todo tiene que ver con el caso, con procedimientos policiales, porque hay historias subyacentes y latentes que se desarrollan, que nacen y se extinguen aparentemente de manera desapercibida, como si no ocurrieran, como si nadie se diera cuenta, como si fueran olvidadas... "Memories of Murder" es un excelente thriller de misterio, narrado con pulso firme y aguda mirada aderezada con irreverente pero controlado sentido del humor, con un poderoso relato cuya ramificación es también el símbolo de las grietas que surcan la historia y el paisaje de un país, de una nación. "Memories of Murder" es más que un magistral y magnífico thriller, es... cómo decirlo... es el desolador pero transparente (a pesar de la oscuridad, a pesar de las sombras) y profundamente humano retrato de un país fragmentado y trizado, lleno de una ingente cantidad de variopintos personajes de dimensiones tan insondables e impredecibles como el mal, la sinrazón, la desesperanza, la derrota (que no es lo mismo que el fracaso)... "Memories of Murder" es de esos casos en los que la investigación del crimen de turno se convierte en una honda y tremebunda mirada a las entrañas y vísceras de, no lo sé, un lugar, una época, un estado de las cosas, todo lo anterior...
Es curioso, porque su trepidante narración nos mantiene animados a lo largo de un metraje certera y sutilmente doloroso y desalentador.
Y qué final, dios mío santo. ¡Qué final! Un final que te deja sin palabras, sin aliento...
Grandísimo filme.
"Memories of Murder" se basa en la historia real del primer asesino en serie que hubo en Corea del Sur, allá por los ochenta, en una tranquila ciudad semi-rural (por lo que se puede ver en la película), cuyos asesinatos comenzaron durante la dictadura militar del sujeto que derrocó al sucesor del dictador anterior. Es increíble lo que se aprende cuando escarbamos en la historia de otros países, ¿eh?, y qué decir de Corea, que antes de su división, uf, ya se pueden imaginar toda la Historia precedente. El caso es que aparece un cuerpo femenino desnudo, atado y vejado, y luego aparece otro, y otro, y otro..., y alguien se pone a investigar, luego llega otro detective, la investigación no es fácil, eso se sabe, se recaban pistas, se elaboran hipótesis, se apuntan sospechosos, se trazan planes, tensiones surgen, decepciones, iluminaciones..., pero no todo tiene que ver con el caso, con procedimientos policiales, porque hay historias subyacentes y latentes que se desarrollan, que nacen y se extinguen aparentemente de manera desapercibida, como si no ocurrieran, como si nadie se diera cuenta, como si fueran olvidadas... "Memories of Murder" es un excelente thriller de misterio, narrado con pulso firme y aguda mirada aderezada con irreverente pero controlado sentido del humor, con un poderoso relato cuya ramificación es también el símbolo de las grietas que surcan la historia y el paisaje de un país, de una nación. "Memories of Murder" es más que un magistral y magnífico thriller, es... cómo decirlo... es el desolador pero transparente (a pesar de la oscuridad, a pesar de las sombras) y profundamente humano retrato de un país fragmentado y trizado, lleno de una ingente cantidad de variopintos personajes de dimensiones tan insondables e impredecibles como el mal, la sinrazón, la desesperanza, la derrota (que no es lo mismo que el fracaso)... "Memories of Murder" es de esos casos en los que la investigación del crimen de turno se convierte en una honda y tremebunda mirada a las entrañas y vísceras de, no lo sé, un lugar, una época, un estado de las cosas, todo lo anterior...
Es curioso, porque su trepidante narración nos mantiene animados a lo largo de un metraje certera y sutilmente doloroso y desalentador.
Y qué final, dios mío santo. ¡Qué final! Un final que te deja sin palabras, sin aliento...
Grandísimo filme.
Obra maestra...
ResponderBorrar¡Eh!, tanto tiempo, un agrado tenerlo por acá de vuelta.
BorrarAbsolutamente... Me extraña un poco el camino que ha ido tomando la filmografía del director, que no es mala ni nada por el estilo, pero considerando esta pieza...
Saludos.