miércoles, 28 de junio de 2017

Bad Day at Black Rock - 1955


Director: John Sturges

Ayer comentamos "The Walking Hills", de John Sturges, y como ven, seguiré comentando algunos de los títulos que conforman su filmografía. Toca el turno de "Bad Day at Black Rock", película que ansiaba ver por varios motivos, especialmente porque está protagonizada por el gran Spencer Tracy, y ojo, que también actúa Robert Ryan, alguien a quien ya hemos visto numerosas veces por acá en los últimos días, ¿acaso esto se volvió un especial de Robert Ryan? En todo caso no estaría mal, pero ya establecimos que en los días venideros veremos y comentaremos westerns (o películas que tengan elementos del género). De momento el asunto pinta la mar de bien, oh sí...


Un afable pero misterioso hombre vestido de negro y sin su mano izquierda llega a un pequeño y aislado pueblo del suroeste de Estados Unidos con propósitos que nadie conoce, aunque sus primeros pasos y sus primeras preguntas auguran que su presencia no causará nada bueno mientras esté de visita. Esa es la premisa de "Bad Day at Black Rock", película que nos entrega los detalles justos para desconcertarnos, de inicio a fin, con este certero y memorable ejercicio de suspenso y contención, de tensión cocida a fuego lento, de precisión y concisión (rasgos ya apreciados en "The Walking Hills"), casi rodado en tiempo real (y en CinemaScope y Eastmancolor), del que sólo sabemos dos afirmaciones de crucial importancia: 1.- Spencer Tracy tiene la convicción para acometer su propósito no importa qué obstáculo se interponga en su camino, y 2.- Robert Ryan, principal antagonista, también está decidido a detener por los medios que sean necesarios la amenaza que representa Tracy. De esta forma, Sturges maneja, con un pulso admirable, esta tensión que proviene tanto de la desfavorable posición en que se encuentra Tracy, básicamente él solo en un pueblo entero que lo quiere fuera (la atmósfera generada no sólo es efectiva en este aspecto, sino que por momentos llega a ser desesperante... en el buen sentido... y manejado con sobriedad y paciencia), la cual se irá expresando a través de una hostilidad cada vez más manifiesta y violenta, como del implícito y latente carácter contrarreloj del relato. Pero "Bad Day at Black Rock" no sólo brilla por su impecable narración y puesta en escena, sino que también por tocar temas como el racismo y la ebriedad patriótica, la vergüenza de una nación que se dice tolerante y abierta de brazos, pero que en el fondo, en lo más profundo de su ser (como en algún pueblo perdido de por ahí), esconde episodios que no hacen más que ensuciar sus tierras y la moral de la gente. Así, independientemente de los propósitos de Tracy en Black Rock, el actuar de las ratas comandadas por Robert Ryan (se dice que solía interpretar papeles de villanos, y, palabra, ésta es la primera vez que lo veo en un rol de esta calaña) es elocuente no sólo en el sentido de que reaccionan violentamente ante la llegada de un forastero (incluso si éste es un héroe de guerra), con todo lo que ello implica, sino que también en el hecho de que no pueden escapar de los fantasmas de sus crímenes ni de las víctimas de su repugnante intolerancia y cobardía. Spencer Tracy representa la clase de héroe que defiende la dignidad de aquellos que fueron pisoteados: héroes que llegan tan rápido como se van, pero que dejan una huella imposible de borrar ahí en donde hicieron lo correcto.
Más acá del ritmo cadencioso y del tempo pausado, a fin de cuentas de una narración a prueba de balas, el conflicto que subyace a lo recién apuntado dota a "Bad Day at Black Rock" de su particular potencia e intensidad, si bien la sola premisa de hombre vs. una banda de paletos facistoides en un excelentemente logrado tiempo real/contrarreloj me parece un motivo más que suficiente para elogiar esta sensacional película. En cualquier caso, insisto, gran y recomendable película. No hay por dónde perderse.
Y, miren ustedes, también aparecen Lee Marvin, Ernest Borgnine, Walter Brennan, Dean Jagger...

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