Directora: Pepa San Martín
Las coincidencias de la vida quisieron que viera "Rara" justo el día en que ese bus naranjo que se autoproclama como "el bus de la libertad" paseara por las calles de Santiago (eclipsando la manifestación de los taxistas en contra de Uber y similares) y que sus adherentes hicieran el ridículo demostrando toda su ignorancia y odiosidad. Sabía que había dejado la grande en otros lados, pero nunca se me ocurrió que llegaría por acá... aunque, considerando el país de mierda que es este, tampoco es de extrañar. Como sea, "Rara", opera prima de Pepa San Martín, fue, junto a "Aquí no ha pasado nada" y "Neruda", una de las tres películas más destacadas del cine chileno edición 2016 (digo yo, a lo mejor algún especialista me contradice), premiada en festivales extranjeros, alabada por la crítica nacional y recibida calurosamente por el público. Merecidamente, agrego yo (como si importara mi opinión, je).
"Rara" destaca y brilla, primero, por su potente y certero tratamiento del conservadurismo y la hipocresía de este país (que acá se ensaña con una abogada homosexual que convive con sus dos hijas y además con su pareja, una simpática veterinaria argentina), conformando una crítica punzante y directa al hueso, pero, segundo, especialmente por la sutileza de lo primero, centrándose más en construir una cotidianidad genuina y auténtica, cuyo calor y candor humanos se sienten y perciben a través de la imagen, que de pontificar y lanzar taxativos juicios de valor, que por lo demás resultarían redundantes a lo largo del metraje.
En realidad, la historia de "Rara" es la historia de una adolescente de trece años que comienza a vivir las típicas problemáticas adolescentes contaminadas de la oscuridad de los adultos (de los más desgraciados, claro): que el niño que le gusta, que la convivencia con la hermana menor (un personaje realmente adorable... me gustó sobre todo cuando explica por qué la echaron de la sala de clases, ¡un clásico!), que la mamá se enoja por todo, que el papá es pesado, que la fiesta de cumpleaños, que las cosas no se hacen como ella desearía, que el papá y la mamá no dejan de pelear cada vez que se ven, que las sospechosas preguntas, que los ojos llorosos y los silencios sepulcrales... detrás de todo lo cual flota este "asunto incómodo": la madre, aparte de ser lesbiana, ¡vive con su pareja en la misma casa que las niñas, por dios!, y no serán pocos los adultos que señalarán que de tal "disfunción" familiar y de tal "ambiente tóxico" provendrán todos los problemas de la protagonista, que de seguro sería 100% feliz en una casa con un papá y una mamá, un perro y, por qué no, una nana que deje la casa impecable y sepa cocinar ricos postres. Así, se agradece que Pepa San Martín nos introduzca en el día a día de personajes de carne y hueso, gente imperfecta y lo que quieran, pero gente que se quiere y que lo hace lo mejor posible, que no puede hacer todo bien, que se frustra y que se equivoca y que se enoja y que pierde la calma por momentos. Lo que digo es que no verán un retrato forzosamente lumínico y perfecto, típico de las películas reivindicativas más simplistas y reduccionistas que, en vez de reflexionar sobre las problemáticas emocionales y sociales de la gente, se dedican a gritar enunciados políticamente correctos y a partir de ahí inundarnos de clichés y lugares comunes... por ejemplo, si "Rara" se hubiese hecho de esa forma, el hogar conformado por las dos niñas, la madre y la novia, sería prácticamente un paraíso de felicidad y un ejemplo de crianza intachable, mientras que el padre sería poco menos que un violador y un asesino de gatos (en todo caso el personaje interpretado por Daniel Muñoz es imposible que le caiga bien a alguien... no es una caricatura, no por parte del guión al menos, aunque, paradójicamente, todo personaje homofóbico y machista lucirá, invariablemente, como un ser ridículo y patético). No señor, como se dijo por ahí, "Rara" no es propaganda que nos dice cosas que no deberían ponerse en duda en primer lugar (¿por qué una pareja homoparental no sería capaz de criar niños?), "simplemente" es la historia, narrada con sensibilidad y una sólida puesta en escena, de un hogar que no es incomprendido, sino directamente discriminado y atacado por, adivinen, los conservadores de siempre, contado a través de las vivencias de una niña en una edad complicada (malditos trece años, o catorce o quince...). Pero estoy desvariando...
La cosa es que "Rara" es un coming-of-age sobre una niña cuya vida se torna más caótica y enredada que de costumbre, que además cuenta con un igual de complejo contexto socio-político de fondo, el cual es imposible de ignorar. "Rara" es la historia de una niña perdida en el hipócrita y pusilánime mundo de los adultos y/o de la sociedad chilena, y no sabría decirles cuál de los dos es pior...
En resumidas cuentas, "Rara" es amena, es dura, es conmovedora, es simpática, es sencilla, es compleja... "Rara" es una gran y excelente película, inteligente y humana película. Imperdible película. Película película.
"Rara" destaca y brilla, primero, por su potente y certero tratamiento del conservadurismo y la hipocresía de este país (que acá se ensaña con una abogada homosexual que convive con sus dos hijas y además con su pareja, una simpática veterinaria argentina), conformando una crítica punzante y directa al hueso, pero, segundo, especialmente por la sutileza de lo primero, centrándose más en construir una cotidianidad genuina y auténtica, cuyo calor y candor humanos se sienten y perciben a través de la imagen, que de pontificar y lanzar taxativos juicios de valor, que por lo demás resultarían redundantes a lo largo del metraje.
En realidad, la historia de "Rara" es la historia de una adolescente de trece años que comienza a vivir las típicas problemáticas adolescentes contaminadas de la oscuridad de los adultos (de los más desgraciados, claro): que el niño que le gusta, que la convivencia con la hermana menor (un personaje realmente adorable... me gustó sobre todo cuando explica por qué la echaron de la sala de clases, ¡un clásico!), que la mamá se enoja por todo, que el papá es pesado, que la fiesta de cumpleaños, que las cosas no se hacen como ella desearía, que el papá y la mamá no dejan de pelear cada vez que se ven, que las sospechosas preguntas, que los ojos llorosos y los silencios sepulcrales... detrás de todo lo cual flota este "asunto incómodo": la madre, aparte de ser lesbiana, ¡vive con su pareja en la misma casa que las niñas, por dios!, y no serán pocos los adultos que señalarán que de tal "disfunción" familiar y de tal "ambiente tóxico" provendrán todos los problemas de la protagonista, que de seguro sería 100% feliz en una casa con un papá y una mamá, un perro y, por qué no, una nana que deje la casa impecable y sepa cocinar ricos postres. Así, se agradece que Pepa San Martín nos introduzca en el día a día de personajes de carne y hueso, gente imperfecta y lo que quieran, pero gente que se quiere y que lo hace lo mejor posible, que no puede hacer todo bien, que se frustra y que se equivoca y que se enoja y que pierde la calma por momentos. Lo que digo es que no verán un retrato forzosamente lumínico y perfecto, típico de las películas reivindicativas más simplistas y reduccionistas que, en vez de reflexionar sobre las problemáticas emocionales y sociales de la gente, se dedican a gritar enunciados políticamente correctos y a partir de ahí inundarnos de clichés y lugares comunes... por ejemplo, si "Rara" se hubiese hecho de esa forma, el hogar conformado por las dos niñas, la madre y la novia, sería prácticamente un paraíso de felicidad y un ejemplo de crianza intachable, mientras que el padre sería poco menos que un violador y un asesino de gatos (en todo caso el personaje interpretado por Daniel Muñoz es imposible que le caiga bien a alguien... no es una caricatura, no por parte del guión al menos, aunque, paradójicamente, todo personaje homofóbico y machista lucirá, invariablemente, como un ser ridículo y patético). No señor, como se dijo por ahí, "Rara" no es propaganda que nos dice cosas que no deberían ponerse en duda en primer lugar (¿por qué una pareja homoparental no sería capaz de criar niños?), "simplemente" es la historia, narrada con sensibilidad y una sólida puesta en escena, de un hogar que no es incomprendido, sino directamente discriminado y atacado por, adivinen, los conservadores de siempre, contado a través de las vivencias de una niña en una edad complicada (malditos trece años, o catorce o quince...). Pero estoy desvariando...
La cosa es que "Rara" es un coming-of-age sobre una niña cuya vida se torna más caótica y enredada que de costumbre, que además cuenta con un igual de complejo contexto socio-político de fondo, el cual es imposible de ignorar. "Rara" es la historia de una niña perdida en el hipócrita y pusilánime mundo de los adultos y/o de la sociedad chilena, y no sabría decirles cuál de los dos es pior...
En resumidas cuentas, "Rara" es amena, es dura, es conmovedora, es simpática, es sencilla, es compleja... "Rara" es una gran y excelente película, inteligente y humana película. Imperdible película. Película película.
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