Director: Luca Guadagnino
Les tengo buenas noticias: si estaban esperando que comentara "A Bigger Splash", definitivamente hoy es su día. Yo también quería verla desde hace bastante tiempo. Y ojo, que Luca Guadagnino, el director, estrena este año un remake de "Suspiria" (titulado de igual forma), el cual según Wikipedia dura 150 minutos (no les miento cuando les digo que hace un par de días la duración señalada en la misma página ascendía a 170 minutos... habrá que esperar a que se estrene en festivales para saber su metraje exacto). A todas luces falta cine italiano por acá. Oh, acaba de terminar el episodio más reciente de "Game of Thrones", y reafirmo que esta temporada está siendo fabulosa. ¿Vieron a esos soldados pro-Lannisters arder y convertirse en ceniza? ¡Qué cosa más linda! Además estuve un rato jugando Wormax.io y llegué a tener 51000 puntos, lástima que un error de criterio me hizo perderlo todo, snif...
"A Bigger Splash" se basa o inspira en una película francesa titulada "La piscine", del año 1969, dirigida por Jacques Deray y protagonizada por Alain Delon y Romy Schneider. Dicha película se basa en una novela escrita por Alain Page, también llamada La piscine. Luca Guadagnino tituló la presente película en honor a una pintura de David Hockney, llamada, justamente, A Bigger Splash. Por si fuera poco, el año 1973 un tal Jack Hazan dirigió un biopic semi-documental/semi-ficción también titulado "A Bigger Splash", el cual además fue protagonizado por el mismo Hockney. Vaya, vaya ¿eh?... El mundo es un pañuelo, la vida da muchas vueltas, y que lo digan los personajes de esta película.
Tilda Swinton es una rockera, aún capaz de congregar miles de fanáticos en sus conciertos, que se encuentra descansando en una acogedora casona (¿o villa?) ubicada en una bella y tranquila isla italiana junto a su novio, Matthias Schoenaerts. Repentina e inesperadamente, Ralph Fiennes llega de paracaidista junto a su recién descubierta hija, Dakota Johnson (la de las 50 sombras del millonario con gusto por el sadomaso, probablemente intentando cambiar el perfil de su carrera). A pesar de que en un inicio todo es cordialidad y sonrisas, salta a la vista que hay duras tensiones y viejas rencillas cuyas vibraciones latentes, poco a poco, irán resquebrajando y rompiendo las máscaras que todos tienen puestas, y así, en esta idílica villa se irá cocinando un salvaje y desaforado pequeño caos de pulsiones sexuales, emocionales, etc., que no podrá acabar muy bien... no para todos, al menos.
Más que un estudio psicológico de personajes, "A Bigger Splash" es un choque de impulsos primarios y atávicos rodado de manera tan elegante como intuitiva, tan sucia como pulcra. La narración in crescendo alcanza su punto álgido cuando llegamos a la sensacional escena... escena del gran chapuzón, el momento en que toda contención vuela por los aires. En este momento uno piensa que la película ya alcanzó la cima. Lo que sigue, no me queda muy claro si es la intención y la propuesta dramática del director, es un perpetuo estado de perplejidad, contrariedad, extrañeza, un anticlímax en toda regla, tanto que a mí me desconectó y distanció; además da la impresión de que se instala un nuevo código, un nuevo relato: la resolución de una incógnita sabida por nosotros los espectadores pero apenas intuida o sospechada por los personajes, elemento disruptivo que hará del pequeño caos un vendaval de emociones y acciones aún mayor, como la calma que precede a la tormenta, pero no, este descenso en las pulsaciones es más bien la aletargada conclusión del relato, un desapasionado y desnudo cara a cara entre los personajes, que a pesar de toda la locura acontecida, al menos pueden engañarse diciendo que ya tienen toda la verdad y que la vida retomará su ritmo apaciguado, sin más lagunas ni medias tintas. En cualquier caso, signifique lo que signifique, este tramo final no me convenció: a mí me da la impresión que el conflicto de la película queda absolutamente resuelto con la escena esa del chapuzón: los personajes ya lo habían dado y recibido todo, ¿así que para qué el resto, para qué fingir un pseudo relato policial? En fin...
De todas formas "A Bigger Splash" es una película digna de ver y de gozar, y qué escena aquélla: los gritos, el solo de batería (también habían guitarras si mal no recuerdo, pero la batería me pegó más), el agua mansa y cristalina de la piscina, y al fondo de la misma, sumido en una eterna meditación... Genial imagen, viejo, genial.
"A Bigger Splash" se basa o inspira en una película francesa titulada "La piscine", del año 1969, dirigida por Jacques Deray y protagonizada por Alain Delon y Romy Schneider. Dicha película se basa en una novela escrita por Alain Page, también llamada La piscine. Luca Guadagnino tituló la presente película en honor a una pintura de David Hockney, llamada, justamente, A Bigger Splash. Por si fuera poco, el año 1973 un tal Jack Hazan dirigió un biopic semi-documental/semi-ficción también titulado "A Bigger Splash", el cual además fue protagonizado por el mismo Hockney. Vaya, vaya ¿eh?... El mundo es un pañuelo, la vida da muchas vueltas, y que lo digan los personajes de esta película.
Tilda Swinton es una rockera, aún capaz de congregar miles de fanáticos en sus conciertos, que se encuentra descansando en una acogedora casona (¿o villa?) ubicada en una bella y tranquila isla italiana junto a su novio, Matthias Schoenaerts. Repentina e inesperadamente, Ralph Fiennes llega de paracaidista junto a su recién descubierta hija, Dakota Johnson (la de las 50 sombras del millonario con gusto por el sadomaso, probablemente intentando cambiar el perfil de su carrera). A pesar de que en un inicio todo es cordialidad y sonrisas, salta a la vista que hay duras tensiones y viejas rencillas cuyas vibraciones latentes, poco a poco, irán resquebrajando y rompiendo las máscaras que todos tienen puestas, y así, en esta idílica villa se irá cocinando un salvaje y desaforado pequeño caos de pulsiones sexuales, emocionales, etc., que no podrá acabar muy bien... no para todos, al menos.
Más que un estudio psicológico de personajes, "A Bigger Splash" es un choque de impulsos primarios y atávicos rodado de manera tan elegante como intuitiva, tan sucia como pulcra. La narración in crescendo alcanza su punto álgido cuando llegamos a la sensacional escena... escena del gran chapuzón, el momento en que toda contención vuela por los aires. En este momento uno piensa que la película ya alcanzó la cima. Lo que sigue, no me queda muy claro si es la intención y la propuesta dramática del director, es un perpetuo estado de perplejidad, contrariedad, extrañeza, un anticlímax en toda regla, tanto que a mí me desconectó y distanció; además da la impresión de que se instala un nuevo código, un nuevo relato: la resolución de una incógnita sabida por nosotros los espectadores pero apenas intuida o sospechada por los personajes, elemento disruptivo que hará del pequeño caos un vendaval de emociones y acciones aún mayor, como la calma que precede a la tormenta, pero no, este descenso en las pulsaciones es más bien la aletargada conclusión del relato, un desapasionado y desnudo cara a cara entre los personajes, que a pesar de toda la locura acontecida, al menos pueden engañarse diciendo que ya tienen toda la verdad y que la vida retomará su ritmo apaciguado, sin más lagunas ni medias tintas. En cualquier caso, signifique lo que signifique, este tramo final no me convenció: a mí me da la impresión que el conflicto de la película queda absolutamente resuelto con la escena esa del chapuzón: los personajes ya lo habían dado y recibido todo, ¿así que para qué el resto, para qué fingir un pseudo relato policial? En fin...
De todas formas "A Bigger Splash" es una película digna de ver y de gozar, y qué escena aquélla: los gritos, el solo de batería (también habían guitarras si mal no recuerdo, pero la batería me pegó más), el agua mansa y cristalina de la piscina, y al fondo de la misma, sumido en una eterna meditación... Genial imagen, viejo, genial.
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