Director: Dennis Hopper
Ya estamos en condiciones para ver películas de Dario Argento, pero antes, como hace un par de días vimos a Dennis Hopper en "Blue Velvet", me entraron ganas de descubrir alguna de las películas que hizo en calidad de director. "Easy Rider" la vi hace mucho tiempo y recuerdo que me pareció una experiencia curiosa e interesante, algo irregular y con un final bastante extraño; eso sí, admito que ese visionado lo abordé bajo la errónea premisa de que vería una violenta historia de moteros buenos para pelear y sufrir las consecuencias de sus propios chanchullos criminales. El caso es que ahora decidí ver "The Hot Spot", oh sí.
Charles Williams fue un escritor de novela negra: relatos criminales al estilo hard-boiled, como dicen los que han tenido la fortuna de leerlo. Es también un escritor muy poco conocido (a pesar de que en su momento vendió millones de ejemplares) que, sin embargo, goza de un sólido reconocimiento dentro del fiel nicho de ávidos lectores de novela negra. Sus historias han sido llevadas varias veces al cine, entre las que podemos mencionar "Vivement dimanche!", de Truffaut (confeso admirador de Williams), y la inacabada "The Deep", de Orson Welles (también admirador), entre otros filmes de Sautet, Noyce, Cornfield... Williams se suicidó a mediados de los setenta, agobiado por una depresión originada a raíz de la muerte de su esposa que luego recrudeció cuando las ventas de sus libros disminuyeron notoriamente.
Personalmente, sólo conocía a Williams de nombre gracias a Killers, cómic hecho por el tándem Mezzo-Pirus (del que recomiendo, además, el magistral Los desesperados... y el resto de su obra, como Negro oscuro o El rey de las moscas), en donde dos asesinos a sueldo llevan a cabo un sucio trabajo en mitad de una noche cruel. Hay un diálogo (que no recuerdo si pertenece al prólogo o al relato mismo) en donde las dos partes discuten sobre autores de novela negra, uno mencionando a Jim Thompson, David Goodis o Mickey Spillane, y el otro señalando que los tres están sobrevalorados y que si quiere leer novela negra de verdad, dura y feroz, que se acerque a la obra del infravalorado Charles Williams. Desde entonces que el nombre se me quedó grabado, y, curiosamente, hace unos meses leí que una editorial argentina llamada La Bestia Equilátera (que por desgracia no se distribuye por acá, aunque la compra online está habilitada) tradujo al español Hell Hath No Fury (que luego de la película de Hopper se rebautizó como The Hot Spot) bajo el título de Zona Caliente. Leí que Ricardo Piglia también editó en español un par de novelas de Williams cuando estuvo a cargo de la colección Serie Negra.
"The Hot Spot" originalmente era el título de un guión escrito por Mike Figgis, un heist. Tres días antes de rodar, Hopper reúne al equipo y pone sobre la mesa un guión que el mismo Charles Williams (en compañía de una tal Nona Tyson) adaptó de su novela en los sesenta para que lo protagonizara Robert Mitchum. Dicho proyecto no prosperó, Hopper encontró el guión y ¡zas!, con algún toquecito encima para actualizar la época, llegamos al film que tan bien adorna esta entrada con sus candentes y cálidas capturas.
Lo cierto es que "The Hot Spot" es un noir muy sensual y sexual, con la calentura a flor de piel y los genitales en llamas, y con los códigos propios del género aplicados bajo el inclemente y tórrido sol de uno de los veranos más calurosos de Texas. Don Johnson es un tipo duro de misterioso pasado que llega a un pueblucho de Texas con dudosas e inciertas intenciones. Lo primero que hace es ganarse el puesto de vendedor de autos en una automotora colindante con un club de strip-tease. Poco a poco observa el lugar, las debilidades del pueblo. El pueblo también tiene sus tentaciones y el mismo Johnson no es inmune a sus debilidades. En menos de lo que canta un gallo se verá envuelto en hechos criminales y, más importante, en un triángulo amoroso compuesto por la insaciable y avasalladora Virginia Madsen, esposa del jefe nada menos, y la dulce y tierna Jennifer Connelly, contadora de la automotora. Dicho triángulo también le reportará serios problemas dado que cada mujer tiene sendos líos por su cuenta.
No sé si "The Hot Spot" sea una excelente película (de que es buena, lo es, maldita sea) pero, he acá lo más importante, es un excelente y brillante noir de atmósfera sudorosa, narración seca y behaviorista, ejecución formal firme pero también coqueta y estilizada, personajes duros y corrompidos, negro sentido del humor y mucha mala leche coronada con un brutal golpe bajo final que seguramente duele más que mil patadas en las bolas. Es un final desconcertante y no menos delirante, ¿o de qué otra forma se puede interpretar la elocuente pero cínica y desesperada risa de Don Johnson? ¿Qué otra cosa, salvo reírse de sí mismo, se puede hacer ante semejante y maldito resultado? Es un gran y subversivo final, es tremendo. Ahora que lo pienso cada vez me gusta más.
Y no olviden que la película se llama "The Hot Spot". Zona caliente, amigas y amigos: no esperen salir sin quemaduras.
Charles Williams fue un escritor de novela negra: relatos criminales al estilo hard-boiled, como dicen los que han tenido la fortuna de leerlo. Es también un escritor muy poco conocido (a pesar de que en su momento vendió millones de ejemplares) que, sin embargo, goza de un sólido reconocimiento dentro del fiel nicho de ávidos lectores de novela negra. Sus historias han sido llevadas varias veces al cine, entre las que podemos mencionar "Vivement dimanche!", de Truffaut (confeso admirador de Williams), y la inacabada "The Deep", de Orson Welles (también admirador), entre otros filmes de Sautet, Noyce, Cornfield... Williams se suicidó a mediados de los setenta, agobiado por una depresión originada a raíz de la muerte de su esposa que luego recrudeció cuando las ventas de sus libros disminuyeron notoriamente.
Personalmente, sólo conocía a Williams de nombre gracias a Killers, cómic hecho por el tándem Mezzo-Pirus (del que recomiendo, además, el magistral Los desesperados... y el resto de su obra, como Negro oscuro o El rey de las moscas), en donde dos asesinos a sueldo llevan a cabo un sucio trabajo en mitad de una noche cruel. Hay un diálogo (que no recuerdo si pertenece al prólogo o al relato mismo) en donde las dos partes discuten sobre autores de novela negra, uno mencionando a Jim Thompson, David Goodis o Mickey Spillane, y el otro señalando que los tres están sobrevalorados y que si quiere leer novela negra de verdad, dura y feroz, que se acerque a la obra del infravalorado Charles Williams. Desde entonces que el nombre se me quedó grabado, y, curiosamente, hace unos meses leí que una editorial argentina llamada La Bestia Equilátera (que por desgracia no se distribuye por acá, aunque la compra online está habilitada) tradujo al español Hell Hath No Fury (que luego de la película de Hopper se rebautizó como The Hot Spot) bajo el título de Zona Caliente. Leí que Ricardo Piglia también editó en español un par de novelas de Williams cuando estuvo a cargo de la colección Serie Negra.
"The Hot Spot" originalmente era el título de un guión escrito por Mike Figgis, un heist. Tres días antes de rodar, Hopper reúne al equipo y pone sobre la mesa un guión que el mismo Charles Williams (en compañía de una tal Nona Tyson) adaptó de su novela en los sesenta para que lo protagonizara Robert Mitchum. Dicho proyecto no prosperó, Hopper encontró el guión y ¡zas!, con algún toquecito encima para actualizar la época, llegamos al film que tan bien adorna esta entrada con sus candentes y cálidas capturas.
Lo cierto es que "The Hot Spot" es un noir muy sensual y sexual, con la calentura a flor de piel y los genitales en llamas, y con los códigos propios del género aplicados bajo el inclemente y tórrido sol de uno de los veranos más calurosos de Texas. Don Johnson es un tipo duro de misterioso pasado que llega a un pueblucho de Texas con dudosas e inciertas intenciones. Lo primero que hace es ganarse el puesto de vendedor de autos en una automotora colindante con un club de strip-tease. Poco a poco observa el lugar, las debilidades del pueblo. El pueblo también tiene sus tentaciones y el mismo Johnson no es inmune a sus debilidades. En menos de lo que canta un gallo se verá envuelto en hechos criminales y, más importante, en un triángulo amoroso compuesto por la insaciable y avasalladora Virginia Madsen, esposa del jefe nada menos, y la dulce y tierna Jennifer Connelly, contadora de la automotora. Dicho triángulo también le reportará serios problemas dado que cada mujer tiene sendos líos por su cuenta.
No sé si "The Hot Spot" sea una excelente película (de que es buena, lo es, maldita sea) pero, he acá lo más importante, es un excelente y brillante noir de atmósfera sudorosa, narración seca y behaviorista, ejecución formal firme pero también coqueta y estilizada, personajes duros y corrompidos, negro sentido del humor y mucha mala leche coronada con un brutal golpe bajo final que seguramente duele más que mil patadas en las bolas. Es un final desconcertante y no menos delirante, ¿o de qué otra forma se puede interpretar la elocuente pero cínica y desesperada risa de Don Johnson? ¿Qué otra cosa, salvo reírse de sí mismo, se puede hacer ante semejante y maldito resultado? Es un gran y subversivo final, es tremendo. Ahora que lo pienso cada vez me gusta más.
Y no olviden que la película se llama "The Hot Spot". Zona caliente, amigas y amigos: no esperen salir sin quemaduras.
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