Director: Michael Curtiz
Alguna vez en la tele vi "House of Wax", una película de terror del año 2005, dirigida por Jaume Collet-Serra y protagonizada por, entre otros, Elisha Cuthbert y Chad Michael Murray (sólo a éste reconocí porque en ese tiempo me la pasaba viendo "One Tree Hill" en el canal Fox Life), la cual me pareció efectiva y cumplidora, aunque para ser honesto ya no la recuerdo tanto. El caso es que la otra vez estaba navegando por la filmografía de André De Toth y me encontré con otra "House of Wax", de 1953, y me dije "vaya, entonces la otra era un remake". Tiempo después navegaba por la filmografía de Michael Curtiz y no fue poca mi sorpresa cuando encontré la que les comento ahora, "Mystery of the Wax Museum", y me dije "vaya vaya, ¿entonces la de De Toth también era un remake?". El caso es que me entró la curiosidad y bueno... acá me tienen, en carne y hueso.
Un caso sacude a la ciudad de New York: el aparente suicidio de una bella y joven modelo cuyo cuerpo misteriosamente desaparece de la morgue. Es año nuevo, todos están felices menos el editor de un periódico que le da un ultimátum a su periodista "estrella": o encuentra una noticia que valga la pena o se va de patitas en la calle. Mientras tanto, se apresta la inauguración de un Museo de cera y el dueño de la exposición, un escultor lisiado y con las manos quemadas, está obsesionado con revivir todas las estatuas que perdió en un trágico incendio una década atrás. ¿Qué pueden tener en común todas estas historias? ¡Ya lo descubrirán, cortesía del gran Michael Curtiz!
"Mystery of the Wax Museum". Una película pre-Código: delicioso. Uno de los personajes, la parrandera periodista que duerme más que trabaja (aunque para el caso que nos convoca se puso los pantalones, de lo contrario se quedaba sin nada), le espeta un "¿cómo va tu vida sexual?" a un policía leyendo una revista de "historias picantes". Claramente habrán otros ejemplos más osados en otras películas de tan atractiva era para el cine estadounidense, pero como no he visto mucho del mentado período, tal desparpajo me tomó, muy agradable y placenteramente, por sorpresa. Demonios, "Mystery of the Wax Museum" es una película tremendamente entretenida y disfrutable, bendecida con ese encanto y desenfado tan propio, imagino, del cine pre-Código. Aunque se puedan apuntar algunos desperfectos o desprolijidades en la narración de la trama ("cosas obvias" en las que se fijan los listos de siempre, pequeños errores que no aprueban el implacable examen del "sentido común"), no se equivoquen: estamos ante un interesante relato de misterio en donde lo que importa no es realmente el misterio/lo desconocido (claramente sabemos qué demonios pasa... y sin embargo algunas revelaciones resultan... impactantes) como la fluidez con que se entretejen los hilos argumentales de cada personaje, creando una red de conflictos e intereses cruzados que, eventualmente, llegarán al punto que unifica todo. La trama de la periodista sigue la lógica del relato de misterio, "policial", recabando pistas e investigando los datos que no cuadran, yendo de allá para acá, sin perder una pizca de energía y tozudez. El escultor interpreta la historia del artista/científico/lo-que-sea consumido por su locura. Sí admito que el clímax me pareció algo trillado, pero ello no enloda una historia que mostraba (manteniendo hasta el memorable e inesperado final) una personalidad nada acomodaticia y domesticada, siempre dispuesta a concederse pequeños pero elocuentes giros.
Sin embargo, qué importa tanto análisis. "Mystery of the Wax Museum" es, vuelvo a lo mismo, una película que se disfruta de inicio a fin ya sea por su constante sentido del humor, por no temer al ridículo y por tomarse en serio, más que las delirantes conexiones de la trama, a los personajes y sus motivaciones, evitando etiquetarlos de manera fácil y superflua. Además, ¡sorpresa!, Michael Curtiz se mueve con holgura tanto en los aspectos más cómicos como truculentos del film. Esas figuras de cera, bellas y extrañas, están filmadas con un exquisito y sugerente sentido del suspenso, provocando perturbación y contemplación a la vez: elegancia y sordidez.
Ya no se hacen películas así, ¿o no? Un divertimento con clase e integridad que esconde muy buen cine debajo de su capa de género de terror. Ideal para ver solo, en familia o con amigos.
...¿el coco me comerá si no me duermo o si me duermo muy rápido?...
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