lunes, 18 de diciembre de 2017

Vampires - 1998


Director: John Carpenter

Ahora sí que sí, por fin damos término a esta segunda tanda del ciclo dedicado a John Carpenter con "Vampires". Con ésta son once películas de Carpenter que hemos comentado en el blog, y todavía quedan siete más, sin mencionar los tres o cuatro telefilmes que hizo a finales de los setenta, pero todo eso queda para más adelante, para mucho más adelante. De momento seguiremos mezclando visionados azarosos o semi-azarosos (todo depende de los impulsos sobre películas de antaño y de las propuestas interesantes que ha dejado el año) con repasos, ciclos o retrospectivas completas o semi-completas dedicadas a filmografías esenciales. ¿Quién sigue? ¡¿QUIÉN SIGUE?!


Esta no es una película de terror-terror en el sentido más convencional y genérico (y relativamente contemporáneo) de entender o imaginar el género, pues Carpenter no busca provocar miedo, y ni siquiera suspenso; en realidad se vale de esta imaginería propia del terror, es decir todo el tema de la oscuridad como entidad maligna, de los monstruos (vampiros) que amenazan a la humanidad, de la batalla entre el bien y el mal (aunque estas palabras no tienen cabida en esta película: acá nadie se mueve ni por el bien ni por el mal), para elaborar un relato diferente en tanto estructura y motivos dramáticos, pero también en tono, pues este es un western, y no sólo es un western, sino que es western seco, rudo, polvoriento, sin sentimentalismos ni romanticismos ni solemnidades ni efectismos ni espejismos, en donde un genial James Woods lidera a un grupo de cazavampiros que sufre una emboscada y por sus santas pelotas que se va a vengar de quienes lo hayan vendido a él y sus colegas.
Aunque "Vampires" esté basada en una novela de John Steakley, no sería para nada descabellado decir que podría ser perfectamente una buena adaptación de Predicador, el magnífico y glorioso cómic creado por Garth Ennis y Steve Dillon, obviamente no por el argumento ni los personajes, sino que por la personalidad, la actitud, la atmósfera, el negro sentido del humor, la suciedad, por el relato road-movie, por la visión que entrega de esa "América" de carreteras desgastadas y puebluchos oxidados, y, ciertamente, por el tratamiento iconoclasta y grosero de todas estas cosas sobrenaturales, ya sea el vampirismo o el cristianismo o lo que sea. Se me viene a la mente una historia de Predicador, no incluida en la trama principal sino que en estos números especiales que de vez en cuando se lanzan aparte, en donde Cassidy, el deslenguado y bastardo vampiro irlandés amigo (ja, ja) del buen Jesse Custers, llega a New Orleans para pasarlo en grande y en cambio se encuentra con uno de estos vampiros ampulosos y melosos que viven su vampirismo como una dolorosa y desgarradora maldición, como una tragedia eterna, lo que arruina sus planes porque Cassidy vive su vampirismo a lo bestia, sin moral alguna, como un vil depredador. En "Vampires" los vampiros también son bestias desatadas, no al estilo zombis (como en "30 días de oscuridad" o "Stake Land", y es que... ¿qué gracia tiene hacer una película de zombis pero con vampiros?), sino que conscientes y orgullosos de su bestialidad, de la fuerza de sus manos, de la sangre que gotea de sus colmillos... Y bueno, James Woods también es una bestia a su manera, y en el fondo todos los personajes son criaturas salvajes por naturaleza, sean humanos o vampiros, que viven en una tierra sin Dios ni ley. La mala pata de los vampiros es que se toparon con James Woods, aunque de todas formas, como en todo buen western, el enfrentamiento entre enemigos, aunque no se conozcan (a veces el asunto no es estrictamente personal, pero casi: una cuestión de honor), es inevitable y la fatalidad siempre acaba por torcerle la mano al destino. Viejo, si en esta película hubiesen aparecido el espíritu de John Wayne, o el Santo de los Asesinos, o incluso ese repugnante y sádico Papa, no me habría sorprendido en lo absoluto, ¡hasta habría quedado feliz por el crossover!
En resumidas cuentas, "Vampires" me ha parecido una muy buena película, con estilo y actitud, pero también con cierta mística, y si no me creen, disfruten esa afectuosa-implacable despedida-amenaza final entre dos amigos del alma. Genial. Very cool movie, mate...

Ahora bien, quiero dedicar un párrafo para hablar brevemente sobre John Carpenter, a modo de conclusión. Carpenter me parece un gran, un excelente director. Es un maestro del suspenso, de la puesta en escena, del posicionamiento de la cámara (y, por ende, de la composición y la fragmentación del espacio), de la orientación en el tiempo, de la planificación de los planos, lo cual se debe a una formación eminentemente clasicista, pero también es un realizador capaz de retorcer esta formación y darle formas nuevas, o no sé si nuevas, pero sí sorprendentes, diferentes, propias, nada acomodaticias ni convencionales, usualmente impactantes. También, pienso yo, es un gran director que, eso sí, depende mucho de la calidad de sus guiones, pues teniendo entre manos una historia deficiente su labor tiende a cojear, lo que, si entiendo bien estos términos, hace de él un artesano más que un autor. Por ejemplo, "The Fog" y "Halloween", cuyos visionados son indudablemente recomendables, son dos películas que son excelentes en lo atmosférico, en el dominio del suspenso, pero que no dejan de ser ejercicios prescindibles dado lo banal y anecdótico de sus historias. Esto es distinto en el caso de "The Thing" y "Starman", las dos grandes y disímiles obras maestras de Carpenter, películas que cuentan con guiones sólidamente construidos y resueltos que se complementan a la perfección con la visión del director. Sé que sueno vago, pero si leen lo que comenté de las citadas películas podrán entender mejor (espero) lo que quiero decir. Desde luego, también hay espacio para el término medio, pues, cuando el guión que llega es un divertimento de tomo y lomo, Carpenter se pone jocoso y festivo para sus cosas, como por ejemplo en "Escape from New York" y "Big Trouble in Little China" (película que también es un western, sólo que está disfrazado de fantasía y de costumbrismo chino). En definitiva, John Carpenter es un director versátil, de increíble talento y excelente ojo para enfrentar retos.
Quizás no todas sus películas sean grandes películas, pero maldita sea que se sabe cuando estamos viendo algo de John Carpenter.

...no se les puso dura mientras leían esta entrada, ¿eh?...

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