Creación: Baran bo Odar & Jantje Friese
Director: Baran bo Odar
Esto es lo que pasa: está el populacho; el populacho se traga cualquier mierda, acude como desesperado y en masa a cualquier evento que en los medios tilden de imperdible o cualquier palabra efectista y espectacular; no es cosa de pensar sino de consumir el mismo producto que el resto. Así pasó con "Stranger Things", una historia común y corriente cuya gracia parecía ser esa barata nostalgia ochentera mainstream capaz de hacer que tamaña nadería se revistiera de "contenido", aunque, en lo concreto, la serie de los hermanos Duffer no ofrece ningún hallazgo ni tampoco aportes al género (o géneros) que tocan. Los primeros en decir que "Stranger Things" era poco menos que la octava maravilla fueron aquellos que se creen vastos conocedores de la cultura pop, el populacho intelectual, que piensan que son superiores al populacho común y corriente porque se han leído todos los cómics o han visto todas las películas homenajeadas al menos cien veces (y peor: no quieren salir de ese pequeño y cómodo nicho, no quieren buscar más allá, descubrir nuevas historias) y porque han sido así de ñoños desde mucho antes que ser fanático de estas ñoñerías fuera algo "cool": han sobrevivido décadas de burlas y rechazos. Entonces llega "Stranger Things", la alaban exageradamente pensando que la serie quedará en una rareza de culto consumida apenas por unos pocos expertos que saben apreciar su propuesta, y sin embargo el populacho común y corriente llega y la transforma en un fenómeno social, reduciendo el supuesto legado que los intelectuales le prodigaban a simples memes. Estos intelectuales no se sienten cómodos entre tanta gente, siempre han preferido las sombras: necesitan distanciarse, pero no saben cómo. La oportunidad les llega con la segunda temporada de "Stranger Things": que no es tan buena, que nunca fue tan buena, que es pura nostalgia enlatada (vaya que han repetido este concepto: concepto enlatado), que se repite, que se queda en lo pueril e infantil, que no se atreve a tomar riesgos, etc. Pero estos intelectuales no pueden quedarse sin producto que alabar, sin producto que demuestre su intelecto superior. Aparece "Dark", primera serie alemana de Netflix (nuevamente, intentando dominar el mundo y erigirse como el único creador de contenidos), y ¡bam!, listo, ahí lo tenemos: esta es la serie que tanto queríamos, una serie que llega ahí donde "Stranger Things" no se atreve a llegar y tantas ridiculeces por el estilo, una serie difícil de apreciar por los descerebrados que se creen como nosotros. El llamado, claro está, es a desconfiar de productos alabados por esta clase de gentuza. El llamado es a desconfiar de toda clase de producto excesivamente promocionado en las redes sociales o en los medios de comunicación convencionales. Estoy llegando a desconfiar de "Call Me By Your Name". La gente no está preparada para "Good Time". Pude haber comentado "Dark" el domingo pero no quería interrumpir la seguidilla de películas del 2017 que venía comentando. Voy a despedazar "Dark", eso si aún me quedan energías después de esta larga introducción. Y también voy a dejar de ser un maldito borrego; al menos por un par de meses...
"Dark" es una de las cosas más insípidas, soporíferas, planas, insustanciales, innecesarias, TONTAS (en mayúsculas, maldita sea), presuntuosas, estafadoras, mal escritas y mal interpretadas, poco originales y poco interesantes que he tenido el desagrado de ver en mucho tiempo. ¿Qué es lo que, se supone, la hace tan diferente, en el buen sentido, de "Stranger Things"? No, en serio. ¿Será su fondo teórico y conceptual?, ¿será la reflexión que propone sobre el espacio y el tiempo? ¡Bah! La gente se quejaba de tanta densidad en "Interstellar" y ahora viene y queda maravillada porque los personajes hablan de que el futuro influye en el pasado o del nulamente tratado tema de la fatalidad y el libre albedrío (y vaya que sería interesante eso de que nada de lo que hagamos podrá cambiar el futuro). ¿De qué se trata "Dark"? En un pueblo desaparece un niño y poco a poco vamos viendo que el caso se parece mucho a otro caso que ocurrió 33 años atrás y así sucesivamente, y de repente hay viajes en el tiempo, "profecías", paradojas temporales y cosas por el estilo. Nada nuevo, nada impresionante, nada impactante. Se ha hecho antes, se ha hecho mejor y se ha hecho en menos tiempo. ¿Diez episodios de, en promedio, cincuenta minutos cada uno para contarnos las idas y venidas de los personajes entre distintas décadas? Pfff... Ok, "Stranger Things" será una cosita pequeña para niños y adultos que se creen niños, pero "Dark" no es un puto tratado científico-filosófico. Lo único que muestra es personajes que viajan en el tiempo y otros tantos que hablan de los viajes en el tiempo sólo para explicar por qué los primeros pueden viajar. Como relato especulativo y reflexivo es un cero a la izquierda. Excelente mis pelotas.
Hay muchas cosas que criticar y reprochar de este producto. Intentaré ser breve.
Para empezar, no es una historia esperando a ser descubierta. Comienza siendo como un misterio que debe ser resuelto por los personajes, pero la historia poco tarda en cambiar su lógica y pasa a ser el típico relato que se cuenta solo, atendiendo a las efectistas necesidades del guión para no entorpecerse más de lo que ya es, todo utilizado por conveniencia y no por coherencia interna. Es patético. En el cuarto episodio, ¡recién en el cuarto episodio!, nos enteramos que la jefa de policía tiene una hija pequeña que es sorda y muda, ¿y por qué aparece?, porque "desaparece". ¿Ven lo que digo? El guión necesita que otro niño desaparezca para generar suspenso o lo que sea, así que se inventa un personaje cualquiera para hacerlo desaparecer. La niña se había perdido, nada serio, y después de eso no la volvemos a ver, salvo un mínimo par de ocasiones, en toda la serie. ¿Ven lo que digo? Si algo hace falta, ¡bum!, se inventa y listo, da lo mismo si no encaja muy bien en el entramado de personajes y hechos, mientras sirva para que el guión avance.
También están las típicas escenas, por ejemplo, en donde en el colegio los profesores justo, ¡qué casualidad!, están enseñando cosas sobre el tiempo y el espacio, sólo para explicar un poco de qué trata la serie o qué cosas van a suceder después, sin mencionar que los mismos personajes de repente recuerdan haber leído artículos sobre teorías de ciclos temporales y agujeros de gusano y más.
Los lugares comunes, dios, cuántos lugares comunes, qué cosa más trillada. Pueblo chico infierno grande. Rencillas y rencores entre vecinos y familias. Chanchullos y secretos. Cortes de luz. Animales que caen muertos. Triángulos amorosos en adultos y jóvenes. Y así podría seguir eternamente. Es increíble que, para alargar un argumento, las series recurran sin asco a prototipos dramáticos repetidos hasta el hartazgo. Que el padre infiel y atormentado, que el chico solitario... ¡para qué seguir!
Claro, también están las inverosimilitudes que le sirven al guión para avanzar. Hay un niño desaparecido. Los jóvenes del pueblo se pasan el tiempo en una de las cuevas que hay en el bosque. ¿Los policías no conocen la existencia de estas cuevas?, ¿no fueron a ver qué onda? De repente a todos los personajes les da por recordar lo que sucedió 33 años atrás, con lujo de detalle, repitiendo el mantra de "todo se repite, todo está conectado, todo se repite, todo está conectado, todo se repite". Oye, son policías, ¿cómo es que de inmediato abrazan la teoría de los viajes temporales? Hay cosas más pequeñas pero igual de ridículas, como por ejemplo, los dos amigos a los que les gusta la misma chica se ponen a pelear a las afueras del colegio, y adivinen quién llega a separarlos: ¡la chica que les gusta! ¿Qué, tiene un sexto sentido o estaba justo por ahí caminando?, ¿dijo "profe puedo ir al baño" y mientras iba al baño se perdió, llegó a la entrada del colegio y vio a sus dos contendientes pelear entre sí? Vaya... Hay un viejo loco que vive en un asilo de ancianos del que puede escapar cuantas veces quiera, y los del asilo quedan como si vieran llover. De repente uno dice "oye, ¿y dónde está el viejo ese?", "qué sé yo, ese, a lo mejor se escapó otra vez, ese". Lo que no entiendo es cómo un asilo puede ofrecer tan poca seguridad para personas con demencia senil... ¡están al lado de un bosque, por el amor de dios! Tremenda negligencia, pero muy conveniente para el relato, claro. No lo sé, "Dark" me parece una serie bochornosa: a cada momento se está burlando de la paciencia de uno.
Lo peor de todo es lo artificial del conjunto. Nada es orgánico, natural. Los personajes son burdos bocetos, seres unidimensionales cuya única función es hacer avanzar la historia sin importar cuán contradictorio sea todo. Los conflictos, las tramas, las motivaciones: todo de cartón. Constantemente uno se pregunta por qué pasan determinadas cosas o por qué los personajes reaccionan así cuando deberían hacerlo de otro modo dadas sus presentaciones. Además, son personajes sin carisma, sin personalidad, sin entidad, que no generan empatía, que no generan nada. En parte debido a ellos es que la historia se hace tan banal, inocua y, desde luego, cansina. ¿A quién demonios le importa lo que suceda con esta gente imbécil, irresponsable y poco profesional?
Creo que he dicho suficiente, ¿no? A ver, ¿qué he dicho, qué sacan en limpio?
Lo que es yo, no basta un "apasionante" supuesto fondo conceptual para cautivarme; si la historia está mal escrita y mal dirigida (repito: la dirección de actores es paupérrima), entonces no hay por dónde. Lo cierto es que "Dark" ya tiene segunda temporada y el populacho intelectual puede respirar tranquilo: las masas no han perdido la cabeza de manera tan obscena. Yo adelanto que esa segunda temporada, para la cual se reservó el viaje hacia el futuro (brillante, ¿no?), será más de lo mismo pero peor, mucho peor. ¿La veré? Bueno, quizás el otro año no sea tan borrego como ahora, pero no prometo nada.
Si quieren ver/leer una buena historia de viajes en el tiempo, les recomiendo Paciencia, la última novela gráfica publicada a la fecha por Daniel Clowes.
Para empezar, no es una historia esperando a ser descubierta. Comienza siendo como un misterio que debe ser resuelto por los personajes, pero la historia poco tarda en cambiar su lógica y pasa a ser el típico relato que se cuenta solo, atendiendo a las efectistas necesidades del guión para no entorpecerse más de lo que ya es, todo utilizado por conveniencia y no por coherencia interna. Es patético. En el cuarto episodio, ¡recién en el cuarto episodio!, nos enteramos que la jefa de policía tiene una hija pequeña que es sorda y muda, ¿y por qué aparece?, porque "desaparece". ¿Ven lo que digo? El guión necesita que otro niño desaparezca para generar suspenso o lo que sea, así que se inventa un personaje cualquiera para hacerlo desaparecer. La niña se había perdido, nada serio, y después de eso no la volvemos a ver, salvo un mínimo par de ocasiones, en toda la serie. ¿Ven lo que digo? Si algo hace falta, ¡bum!, se inventa y listo, da lo mismo si no encaja muy bien en el entramado de personajes y hechos, mientras sirva para que el guión avance.
También están las típicas escenas, por ejemplo, en donde en el colegio los profesores justo, ¡qué casualidad!, están enseñando cosas sobre el tiempo y el espacio, sólo para explicar un poco de qué trata la serie o qué cosas van a suceder después, sin mencionar que los mismos personajes de repente recuerdan haber leído artículos sobre teorías de ciclos temporales y agujeros de gusano y más.
Los lugares comunes, dios, cuántos lugares comunes, qué cosa más trillada. Pueblo chico infierno grande. Rencillas y rencores entre vecinos y familias. Chanchullos y secretos. Cortes de luz. Animales que caen muertos. Triángulos amorosos en adultos y jóvenes. Y así podría seguir eternamente. Es increíble que, para alargar un argumento, las series recurran sin asco a prototipos dramáticos repetidos hasta el hartazgo. Que el padre infiel y atormentado, que el chico solitario... ¡para qué seguir!
Claro, también están las inverosimilitudes que le sirven al guión para avanzar. Hay un niño desaparecido. Los jóvenes del pueblo se pasan el tiempo en una de las cuevas que hay en el bosque. ¿Los policías no conocen la existencia de estas cuevas?, ¿no fueron a ver qué onda? De repente a todos los personajes les da por recordar lo que sucedió 33 años atrás, con lujo de detalle, repitiendo el mantra de "todo se repite, todo está conectado, todo se repite, todo está conectado, todo se repite". Oye, son policías, ¿cómo es que de inmediato abrazan la teoría de los viajes temporales? Hay cosas más pequeñas pero igual de ridículas, como por ejemplo, los dos amigos a los que les gusta la misma chica se ponen a pelear a las afueras del colegio, y adivinen quién llega a separarlos: ¡la chica que les gusta! ¿Qué, tiene un sexto sentido o estaba justo por ahí caminando?, ¿dijo "profe puedo ir al baño" y mientras iba al baño se perdió, llegó a la entrada del colegio y vio a sus dos contendientes pelear entre sí? Vaya... Hay un viejo loco que vive en un asilo de ancianos del que puede escapar cuantas veces quiera, y los del asilo quedan como si vieran llover. De repente uno dice "oye, ¿y dónde está el viejo ese?", "qué sé yo, ese, a lo mejor se escapó otra vez, ese". Lo que no entiendo es cómo un asilo puede ofrecer tan poca seguridad para personas con demencia senil... ¡están al lado de un bosque, por el amor de dios! Tremenda negligencia, pero muy conveniente para el relato, claro. No lo sé, "Dark" me parece una serie bochornosa: a cada momento se está burlando de la paciencia de uno.
Lo peor de todo es lo artificial del conjunto. Nada es orgánico, natural. Los personajes son burdos bocetos, seres unidimensionales cuya única función es hacer avanzar la historia sin importar cuán contradictorio sea todo. Los conflictos, las tramas, las motivaciones: todo de cartón. Constantemente uno se pregunta por qué pasan determinadas cosas o por qué los personajes reaccionan así cuando deberían hacerlo de otro modo dadas sus presentaciones. Además, son personajes sin carisma, sin personalidad, sin entidad, que no generan empatía, que no generan nada. En parte debido a ellos es que la historia se hace tan banal, inocua y, desde luego, cansina. ¿A quién demonios le importa lo que suceda con esta gente imbécil, irresponsable y poco profesional?
Creo que he dicho suficiente, ¿no? A ver, ¿qué he dicho, qué sacan en limpio?
Lo que es yo, no basta un "apasionante" supuesto fondo conceptual para cautivarme; si la historia está mal escrita y mal dirigida (repito: la dirección de actores es paupérrima), entonces no hay por dónde. Lo cierto es que "Dark" ya tiene segunda temporada y el populacho intelectual puede respirar tranquilo: las masas no han perdido la cabeza de manera tan obscena. Yo adelanto que esa segunda temporada, para la cual se reservó el viaje hacia el futuro (brillante, ¿no?), será más de lo mismo pero peor, mucho peor. ¿La veré? Bueno, quizás el otro año no sea tan borrego como ahora, pero no prometo nada.
Si quieren ver/leer una buena historia de viajes en el tiempo, les recomiendo Paciencia, la última novela gráfica publicada a la fecha por Daniel Clowes.
...auf wiedersehen...
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