viernes, 26 de enero de 2018

J'ai pas sommeil - 1994


Directora: Claire Denis

A lo mejor introducciones algo más entretenidas pueden ser invitaciones más eficaces a seguir leyendo las entradas, ja, ja... Podría contar un sueño, pero son tan raros y tan desagradables que no quiero tener que recordarlos. Estoy leyendo Gracia y el forastero, de Guillermo Blanco, y debo decir que me está pareciendo apasionante. Pasa por novela romántica para adolescentes (porque, justamente, trata sobre dos jóvenes que no superan los 18 años que caen perdidamente enamorados el uno del otro), pero contiene reflexiones de una madurez tal que, estoy seguro, no habría entendido si me lo hubieran hecho leer en el colegio (a mi hermana se lo hicieron leer, pero seguramente ya ni recuerda de qué trataba; a lo más, dirá que "es una historia de amor"). Qué bueno cuando a uno le gusta lo que está leyendo, ¿no? A todo esto, les garantizo que de acá al domingo sí terminamos, ininterrumpidamente, la primera tanda de la retrospectiva dedicada a la filmografía de Claire Denis. Pueden estar tranquilos, pueden dejar de estar nerviosos: tienen mi palabra.


Con "J'ai pas sommeil", Claire Denis depura y profundiza esa bella poesía urbana que ensayaba, con buenos resultados, en "S'en fout la mort", aunque ésta, a diferencia de aquella, es un drama coral. A propósito de "S'en...", quiero agregar y precisar un par de cosas: el segundo largometraje de Claire Denis es cine negro, sí, pero cine negro en tanto espíritu y no estructura dramático-narrativa; se vale de sus conceptos y estética, pero para fundirlos en este universo propuesto por la directora, para potenciar la incisiva mirada con que Denis, de manera transparente pero sutil, disecciona y enfrenta la naturaleza de las personas y de las sociedades, teniendo como máxima la cita de Chester Himes que ayer mencionábamos (y que, me doy cuenta, tiene connotaciones tan positivas como negativas: cualquier persona puede hacer cualquier cosa, ya sea lo peor o lo mejor). Como drama coral, hay un montón de problemáticas que sobrevuelan alrededor de los personajes, pero el gran acierto de la directora es mantener el foco en los personajes, en sus rostros, sus ojos, sus cuerpos. La miseria, el racismo, el machismo, la pobreza, entre otros problemas, se sienten, sí, se perciben, pero la directora entiende que todo eso forma parte de un Todo aún más complejo y que apuntar a algún problema en particular sería banal e inútil, toda vez que se perdería gran parte del paisaje que busca registrar y transmitir, sin mencionar que las problemáticas sociales y humanas son dinámicas y nunca dejan de colisionar entre sí (entonces, aparte de banal e inútil, intentar aislar un problema sería tonto y superficial); por lo demás, a veces el mayor problema de las personas es la anodinia, la nada, ese aparente vacío sin mañana que te encierra en un ciclo de rutinas y gris conformismo. Por eso el cine de Claire Denis es un cine de personajes: personajes sumidos en una atmósfera urbana, de luces y sombras, de claroscuros; personajes que componen un mosaico social, un paisaje de divergencias y convergencias, un retrato de múltiples rasgos que conforman un solo rostro. Personajes que no siguen la estela de ningún argumento, que siguen caminando e iluminando un camino que se muestra oscuro frente a ellos. Claire Denis captura estas sensibilidades cruzadas, la sensibilidad cruda y auténtica de los espacios: la música, las iluminaciones tenues, el ambiente gris y difuminado... La poética de Claire Denis.
Lo genial de "J'ai pas sommeil" es que no cuenta nada en particular, nada que se cierre, que se solucione, que tenga fin; acaso que ofrezca una pausa, un desvío, un aplazamiento. En esta película seguimos las andanzas de la bella y magnética Yekaterina Golubova, inmigrante lituana que llega a París pensando que podrá ganarse la vida como actriz teatral, pero que deberá arreglárselas como mucama de hotel de ¿tres estrellas?; de Alex Descas, músico que quiere llevarse a su hijo a su país natal en el caribe, y Béatrice Dalle, esposa de Descas, que quiere que su hijo se quede en París; y del hermano de Descas, joven que creo que trabaja como prostituto y que hace cosas malas por ahí junto a su amante. El eterno y bello enigma de la cotidianidad.
"J'ai pas sommeil" es la cumbre de esta primera tanda, la obra maestra de Claire Denis. Me ha encantado, fascinado y maravillado. Monumental.
...retratista, paisajista...

PD: Yekaterina Golubeva murió repentinamente (y sin que a día de hoy se sepan las causas de su muerte) el 14 de agosto del 2011 en París. Cinco días después, es decir el 19 de agosto, y en la misma ciudad de París, también moría Raúl Ruiz.

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