miércoles, 7 de marzo de 2018

Les adoptés - 2011


Directora: Mélanie Laurent

Fui donde mi abuelo, jugamos unas partidas de Escoba, volví a mi casa y mi madre me dio una noticia que, a decir verdad, me ha apenado bastante: la perra de mis vecinos, una bonita y pequeña hembra rubia llamada Julieta, se murió. La atropellaron. Fue cuando salía, con la vecina, a comprar pan a los locales que están a dos cuadras de nuestra villa (tres, si contamos lo que hay entre nuestro pasaje y en donde termina la villa misma). Todos los días iban, a la hora de la once más o menos. El vecino, que le contó a mi madre, dijo que la Julieta era tan feliz saliendo, que esperaba todos los días la hora del paseo. Su esposa, que es la que la sacaba a pasear, no se dio cuenta de cómo sucedió todo: parece que la Julieta salió persiguiendo a una moto y que se enredó, la cosa es que cuando se dio cuenta de todo la pobre perrita ya estaba dando vueltas. Y chillando, seguramente. Los chillidos de dolor de los perros no son como en las películas, en donde, ante cualquier tipo de violencia, los de sonido a lo más ponen un gemido lastimero como estos que los perros hacen cuando quieren que sus amigos humanos les den alguna apetitosa comida humana (hhhmmm, quiero ese filete, hhhmmm). Los perros emiten verdaderos alaridos, como de pesadilla, alaridos que te aprietan el corazón, que hacen que te duela el corazón. Te paralizan. En fin, la cosa es que la pobre Julieta estuvo tres días agonizando hasta que no dio más. Algo interno, daño interno, dijo el veterinario. Una lástima, una verdadera lástima.


Todos conocen a Nic Pizzolatto, creador y guionista de "True Detective". También es escritor: si no me equivoco, ha publicado un volumen de cuentos y una novela, ésta última titulada Galveston.
Mélanie Laurent. Todos la conocen. Es una actriz francesa. Saltó a la fama gracias a su rol en "Inglorious Basterds". También es directora. Y es la directora de la adaptación cinematográfica de Galveston, escrita por el mismo Pizzolatto. Me llamó la atención; así a simple vista, no es el tipo de película que dirigiría Laurent, sin embargo me parece una decisión interesante, encargarse de tan interesante propuesta. "Galveston", la película (no la novela, no la ciudad texana: la película), se exhibe ahora, en unos cuantos días, en el South by Southwest, ese festival que aúna cine, música y contenido multimedia. Está protagonizada por Elle Fanning y Ben Foster, así que ya pueden anotarla como uno de los must see de la temporada. Pero antes de adelantarse demasiado, hablemos de la opera prima de Laurent, "Les adoptés".
Primero que todo, a Mélanie Laurent, que también actúa, debe gustarle bastante su bello rostro (y con razón), considerando la cantidad de primeros planos que se reserva (más primeros planos que los otros personajes, por lo demás).
En segundo lugar, no es una gran película "Les adoptés", no es un gran debut. Oscila entre un cine indie formulista e impersonal y un cine indie de autor (si esto existe), pero indie al fin y al cabo, es decir, inocuo, bienintencionado, pueril, ligero, leve, olvidable. Quizás emocione o conmueva al espectador más susceptible y/o con poco bagaje cinematográfico, pero para el resto, "Les adoptés" no ofrece, ni argumental ni narrativa ni formalmente, nada que no se haya visto antes; acaso podría salvarse porque, como digo, hay pocos instantes en donde Laurent demuestra chispazos de personalidad propia, pero muy débiles chispazos, tanto que el convencionalismo del conjunto terminan por consumir dichos destellos. Ni las secuencias semi-oníricas o surreales, ahora tan recurrentes en este tipo de producciones sentimentaloides con ínfulas existenciales, logran elevar la calidad de la película. Su ternura y su leve melancolía, aunque no realmente impostada o falsa, sí resulta plana. Se nota el entusiasmo de Laurent como directora debutante, pero también se nota el poco riesgo que toma en prácticamente cada aspecto de su película. Es su película, sí, pero es casi igual que cualquier otra de temática similar que puedan imaginar.
La trama nos cuenta la historia de Marine, Lisa y Millie. Millie es la madre de Lisa, y Marine es la hija-hermana de las dos, pero adoptada. En cualquier caso, puro amor. Las cosas varían un poco cuando Marine se enamora de Alex, un crítico gastronómico. La llegada de este sujeto hará que cada mujer se replantee la manera en que han vivido sus lazos familiares durante tanto tiempo. Nada muy melodramático ni escandaloso, para nada. A decir verdad, me parece que la intención de Laurent es reflexionar en torno al concepto de "adoptados", como si la gente viviera sus relaciones con cierta dinámica de protección o dependencia propia del huérfano rescatado por algún bondadoso con alma de padre. Tampoco me tomaría eso al pie de la letra, pero sí, me parece bastante claro que "Les adoptés" no es una dramedia romántica propiamente tal, de enredos y discusiones ni nada, sino que un buen pero pobre (¿tanto como fallido?) intento de estudio de relaciones interpersonales. A medida que corre el metraje, la trama se vuelve más y más convencional, y aunque funcione, aunque sea solvente, a mí de todas formas me dejó completamente indiferente. La realización preciosista nunca ha logrado conmoverme. ¿Acaso uno debería emocionarse con la imagen de una silueta recortada frente a un sol intenso, acompañada de una bonita guitarra acústica o lagrimosos violines de fondo?
Simpática y poco más. Eso sí, como digo, hay destellos de discurso cinematográfico propio (la capacidad que tiene un director para resolver escenas sin recurrir a mecanismos preconcebidos, por decir algo) que invitan a seguir la evolución de Mélanie Laurent como directora, cuyo recorrido me parece prometedor.
(Y para despedirme, en vez de una captura, les dejo una canción que me gustó mucho y que la escuché en la radio mientras jugaba Escoba con mi abuelo: ¡me ganó las tres partidas que jugamos!).
...au revoir, Shoshanna!...

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