domingo, 22 de abril de 2018

Rawhide - 1951


Director: Henry Hathaway

Ando flojo de series, no he visto ninguna en dos meses, creo. Sin embargo acaba de comenzar la segunda temporada de "Westworld" y den por seguro que la voy a ver. A propósito, ¿sabían que "Westworld" está rodada en 35 mm? Genial, ¿no? Esto me llevó a escarbar por ahí y descubrir que, por ejemplo, la por mí ya abandonada "The Walking Dead", desde sus inicios, se filma en 16 mm, mismo material con el que fueron rodadas, si no me equivoco, las primeras cinco temporadas de "American Horror Story". "Boardwalk Empire" se rodó en 35 mm; lo mismo "The Sopranos" y "Deadwood". Son cosas que hay que saber, claramente. Pero en fin, seguimos con los westerns y como era un domingo perezoso me dije que no sería mala idea ver "Rawhide", uno de los tres westerns que Henry Hathaway hizo durante los cincuenta y cuyos ochenta minutos de metraje lucían la mar de tentadores.


No la tienen fácil las diligencias que, solas (a veces, si hay suerte, habrán soldados sirviendo de escoltas), además de transportar pasajeros que no tienen otra forma de cruzar el país de extremo a extremo, también cargan con importantes objetos de mayor o menor valor, ya sea correspondencia o quilates y quilates de oro. Por si las inclemencias del clima no fueran poca cosa, o los mismos indios que en cualquier momento se pueden poner bravos, estas diligencias deben lidiar con las amenazantes sombras de los bandidos, ávidos por adueñarse de las valiosas cargas que recorren el mapa y por las que están dispuestos a lo que sea con tal de poseerlas. Y si todo sale bien, también hay que considerar que el viaje es largo y no se puede estar todo el santo día cabalgando: los jinetes necesitan descanso, también los caballos; los pasajeros querrán comer, usar el baño, etc. Para ello la compañía de correos tiene paradas de reposo, en donde se pueden cambiar los caballos, intercambiar palabras, a fin de cuentas, despejar un poco la mente y el ánimo. En el Paso Rawhide trabajan Edgar Buchanan y el bueno de Tyrone Power, este último, hijo del dueño de la compañía de correo y poco dado a tomarse en serio el trabajo que su padre le encomendó para que "aprendiera el negocio desde sus cimientos". Sin embargo, unos cuantos acontecimientos lo pondrán en estado de alerta: cuatro bandidos huyeron de la cárcel y asaltaron una diligencia en busca de oro. Al Paso Rawhide está agendada la visita de una diligencia que, justamente, transporta oro en abundancia, y también, casi con seguridad, la llegada de los malhechores. Para más tensión, por problemas de logística y políticas de la empresa, una mujer interpretada por Susan Hayward debe quedarse alojando en el refugio junto a su bebé. Y claro, los bandidos no son ningunos panes de Dios: por ejemplo, de Jack Elam nuevamente aprovechan su rostro para darle el papel de irredento criminal degenerado y despreciable. De esta forma, no crean que la estadía de estos criminales va a ser muy placentera o que el servicio de Powers vaya a ser muy delicado y dedicado que digamos. Es una situación de matar o morir.
En pocas palabras, "Rawhide" es un intenso e interesante western que va directo al grano, sin tomar desvíos de ningún tipo (los personajes no tienen mayor desarrollo que sus impulsos primarios y de ellos se sabe, con suerte, de dónde vienen y qué hicieron en su momento, lo cual no es en lo absoluto una crítica negativa, al contrario: con esos pequeños retazos, por una parte, se logra perfilar a los personajes y otorgarles intencionalidad narrativa, y por otro lado, ¿realmente cabría espacio para el romance y otras sandeces?), y Hathaway, aparte de oscilar ágil y fluidamente entre la tensa quietud de algunas escenas y los explosivos enfrentamientos entre los personajes, maneja con soltura el tiempo y el espacio dramático (como es de esperar, la acción transcurre en este pequeño refugio de dos habitaciones, un gran salón que es descanso-comedor-y-cocina, y el entorno, rodeado de oscuridad en la noche y de desierto, en el día: en otras palabras, encierro, vacío que ahoga los gritos de ayuda). No estamos ante una obra maestra, claramente, pero demonios, la película es buena y te mantiene atento durante sus ochenta minutos de metraje, y como digo, le saca jugo a su propuesta de encierro y acción.
Por lo demás, los actores principales están de lujo, todos muy aguerridos y entregados (a excepción de, paradójicamente, el villano principal, interpretado por un soso Hugh Marlowe indiscutiblemente opacado en su antagonismo por ese animal rabioso que es Jack Elam). Y eso: western preciso, conciso y violento. Muy recomendable y disfrutable.

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