Director: Mike Leigh
Un cortometraje durante el fin de semana: qué días más provechosos. Así me gusta. Seguimos con Mike Leigh; con suerte, en la semana tomaremos ritmo. O no, quién demonios sabe.
"A Sense of History", cortometraje de veinticinco minutos escrito y protagonizado por Jim Broadbent, dirigido por Mike Leigh y compuesto por el equipo habitual del maestro británico, por ejemplo, Tim Fraser en sonido, Jon Gregory en el montaje, Dick Pope en la dirección de fotografía y Simon Channing-Williams en la producción. El corto es bien simple: el protagonista, vigésimo tercero conde de no-sé-qué, a modo de falso documental, mientras recorre los exteriores de su enorme propiedad rememora y reflexiona, cual monólogo, sobre la gloria de su familia, las exigencias que implica ser conde (cuidar la finca, el apellido, administrar el dinero y los negocios, resistir los embates del mundo exterior) y los extremos a los que está dispuesto a llegar con tal de mantener limpio e impoluto el legado que le tocará dejar a su sucesor. Si bien en un comienzo el viejo conde parece comedido e incluso simpático en ciertos aspectos, no tardamos en constatar cuán desequilibrado es, llegando al asesinato para así evitar la decadencia de su familia, lo cual nos habla, como idea global, creo yo, de esa aristocracia obsesionada con su propia clase, prácticamente alienada de la realidad y sometida al asfixiante peso de su propia reputación, la cual llega a ser más importante que valores morales y humanos básicos, fundamentales.
Con una impecable personificación y texto del gran Jim Broadbent, "A Sense of History" es un interesante corto en donde Leigh despliega sus habituales talentos como cineasta y narrador. Sin que lleguemos a sentir empatía por este sanguinario conde, sí logramos comprender o vislumbrar esa humanidad rota y perdida, ausente de su vidriosa mirada. Una crítica certera, llena de sutil humor negro, pero también como embargada por un inefable dolor, a esa Inglaterra que aún parece vivir en siglos pasados.
Muy recomendable.
"A Sense of History", cortometraje de veinticinco minutos escrito y protagonizado por Jim Broadbent, dirigido por Mike Leigh y compuesto por el equipo habitual del maestro británico, por ejemplo, Tim Fraser en sonido, Jon Gregory en el montaje, Dick Pope en la dirección de fotografía y Simon Channing-Williams en la producción. El corto es bien simple: el protagonista, vigésimo tercero conde de no-sé-qué, a modo de falso documental, mientras recorre los exteriores de su enorme propiedad rememora y reflexiona, cual monólogo, sobre la gloria de su familia, las exigencias que implica ser conde (cuidar la finca, el apellido, administrar el dinero y los negocios, resistir los embates del mundo exterior) y los extremos a los que está dispuesto a llegar con tal de mantener limpio e impoluto el legado que le tocará dejar a su sucesor. Si bien en un comienzo el viejo conde parece comedido e incluso simpático en ciertos aspectos, no tardamos en constatar cuán desequilibrado es, llegando al asesinato para así evitar la decadencia de su familia, lo cual nos habla, como idea global, creo yo, de esa aristocracia obsesionada con su propia clase, prácticamente alienada de la realidad y sometida al asfixiante peso de su propia reputación, la cual llega a ser más importante que valores morales y humanos básicos, fundamentales.
Con una impecable personificación y texto del gran Jim Broadbent, "A Sense of History" es un interesante corto en donde Leigh despliega sus habituales talentos como cineasta y narrador. Sin que lleguemos a sentir empatía por este sanguinario conde, sí logramos comprender o vislumbrar esa humanidad rota y perdida, ausente de su vidriosa mirada. Una crítica certera, llena de sutil humor negro, pero también como embargada por un inefable dolor, a esa Inglaterra que aún parece vivir en siglos pasados.
Muy recomendable.
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