Director: Patricio Kaulén
Espero no repetirme mucho...
"Largo viaje" es una película que ahonda y expone la desigualdad social, las injusticias producidas por las diferencias de clase, y que además ofrece una mirada humana de un sector de la sociedad que usualmente o es estigmatizado o es caricaturizado (incluso idealizado, realzando una visión romántica de la pobreza), y me refiero a los pobres. Son muchas las cosas que muestra esta película dirigida por Patricio Kaulén; desde luego, sin moralina barata, sin sentimentalismos ni efectismos de ningún tipo. Podría decirse que todas las películas que acá hemos comentado y que comentaremos estos días hablan de lo mismo, que son iguales, pero justamente estamos demostrando lo contrario: que sí, que hay inquietudes e intereses comunes, similares, estos es la conciencia social y el cine como mirada honesta y transparente a una realidad cruda y adversa que debe ser representada; sin embargo, ninguna de estas películas repite las formas de las otras y cada cual propone una visión y una ejecución cinematográfica propia (aunque se complementen a la perfección, creando un amplio mosaico de la sociedad de aquel entonces). "Largo viaje " no es la cruda, rotunda y descarnada "El Chacal de Nahueltoro", ni tampoco es la tristemente lírica y despojada "Tres tristes tigres". Tampoco es el neorrealismo chileno que desarrolla Aldo Francia en "Valparaíso mi amor". "Largo viaje" es una humanista, compleja y profunda radiografía de carácter folclórico, costumbrista y socio-económico que, tomando como base la historia de un cándido, soñador pero tímido muchachito pobre que hará lo imposible por llevarle al cementerio unas alitas a su hermano que murió apenas unos instantes luego de nacer (en su ingenuidad, el pobre piensa que sin esas alas su hermanito no podrá ir al cielo), se paseará por las múltiples realidades santiaguinas, pasando por la apatía y el distanciamiento emocional de los personajes de clase alta, quienes observan el mundo como si todo fuera un bien de consumo (hasta los sentimientos), con sus concursos de tiro al blanco (palomas vivas los muy bastardos); por el mundo del hampa, con sus matones, sus sinvergüenzas, sus prostitutas; por la desamparada vida de los pelusas del Río Mapocho (niños y adolescentes sin hogar que van a vivir en destartaladas chozas en la ribera del río, y que tienen todo un sistema jerárquico que bien describe Alfredo Gómez Morel en su novela autobiográfica "El río"), con sus fiestas y sus robos a botillerías y su carismático líder, El Cojo; por la superflua vida de unos hombres de negocios aspirantes a ricos que de todas formas no pueden dejar de asistir a los célebres boliches, lupanares y boites de los barrios proletarios; hasta llegar a la vida de los pobres, de la familia del niño protagonista, que vive en un conventillo ubicado justo al lado de un numeroso grupo de edificios de departamentos de lujo cuya expansión devorará esas sucias y proletarias viviendas (de hecho veremos a los vecinos del conventillo recibir una carta que les anuncia y exige el abandono de los terrenos, así como así, sin compensación de ningún tipo: abusos, injusticias), con un velorio que rápidamente pasa del solemne y respetuoso ascetismo a la más desatada concupiscencia, sin olvidar, claro, la superstición imbricada en la fe católica que sí que parece ser completamente transversal, ni tampoco la construcción y desarrollo de personajes, el cariz psicológico de estos, que componen este relato coral. Tampoco pasemos por alto el valor simbólico de las palomas, leitmotif que acompaña el largo viaje del muchacho, interpretado por el hijo del director, de inicio a fin.
Y todo marcado por el duro, a veces doloroso contraste entre la ingenuidad del niño, la nobleza e inocencia de su misión, y la sordidez, la miseria a la que se verá enfrentado.
Pueden ver esta maravilla en este enlace.
...ejem... veo que me quedaron medio malitas las capturas, cof cof...
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