Directora: Mélanie Laurent
Me di el tiempo de leer los dos libros publicados por Nic Pizzolatto (antes de su más célebre trabajo), el creador de "True Detective", el primero uno de cuentos y el segundo una novela titulada Galveston, adaptada por él mismo y dirigida por Mélanie Laurent, aunque la propuesta de la directora aparentemente se alejó bastante de la adaptación de Pizzolatto, razón por la cual éste mostró su disconformidad firmando el guión con un seudónimo (Laurent no fue acreditada por ciertas reglas de sindicato o no sé qué, pero realizó re-escrituras importantes que le merecían el crédito). El de cuentos es un libro, como es usual, irregular, entre cuentos buenos y otros bastante olvidables y sin mayor trascendencia, aunque el autor pareciera intentar circunscribir sus historias en un plano no sé si mítico o cósmico pero, ciertamente, trascendente. Galveston, por su parte, sin ser una gran novela ni nada por el estilo, sí considero que al menos está mejor escrita, con una prosa algo más concreta y sin tanta floritura, si bien se mantiene ese interés, digamos, metafísico o esa visión trascendental de la vida o de las personas o de la moral, y, desde luego, su interés por hacer del paisaje un personaje más. En todo caso la historia no es nada del otro mundo, pero se lee sin mayores complicaciones si uno no se deja marear o impresionar tanto con los tormentos del pobre protagonista, agobiado por lo que cree ser un cáncer en sus pulmones mientras, al no poder salvarse a sí mismo, intenta salvar a una muchacha de 18 años, prostituta, que sólo ha conocido la miseria y la violencia humanas.
No sé muy bien qué quería llevar a cabo Laurent. Como thriller o drama criminal o relato hard-boiled, la cosa, simplemente, no funciona, acaso por su anecdótica y feble trama, acaso por su pulso débil y su convencional, plana, poco imaginativa puesta en escena, acaso por su nulo tratamiento del género. Como drama la cosa, simplemente, tampoco funciona: los personajes no alcanzan a desdibujarse porque, lisa y llanamente, nunca llegaron a estar bien construidos y bosquejados, por lo tanto todas sus acciones y decisiones y "pensamientos" resultan forzosos, impostados y de una insignificancia suprema; la directora demuestra presunción y autocomplacencia al pensar que está descubriendo la rueda. Con menos profundidad o complejidad que una piedra, lo que vemos es una redundante historia en donde estos personajes se la pasan llorando, poniendo cara de culo o exagerar lo muy mal que se sienten en este mundo gris. A propósito, Elle Fanning y Ben Foster no pueden estar más sobreactuados, llenos de insoportables pantomimas. No comprendo el tono, de un estéril exceso de laconismo y de un hermetismo insípido que, como una de sus consecuencias, impide que el paisaje sea un personaje (al principio la cosa sucede en Nueva Orleans pero si no lo dicen no nos enteramos, a pesar de que tal ciudad tiene un encanto y un estilo que cualquiera podría aprovechar como valor dramático, y después, con Texas, lo mismo). Supongo que lo peor es que Laurent parece dar por hecho que el espectador ha leído la novela y que comprenderá cabalmente todo lo que sucede aunque muchas de las cosas no se entiendan mucho sin tener presente el original literario (el tipo tenía una ex, luego otra ex, al parecer lo pasó muy bien en Galveston y por eso decidió buscar refugio ahí...) Se extraña un mínimo sentido de la composición o de creación de imágenes (salvo muy contadas excepciones; pero lo hemos repetido: cualquiera puede crear postales, pocos pueden componer imágenes), pero ya dijimos lo convencional de la puesta en escena. Y qué mal uso de la banda sonora, por dios... A fin de cuentas, ¿de qué demonios trata esta fallida y soporífera película? Realmente no comprendo la razón de su existencia. Comprendo, eso sí, la insatisfacción de Pizzolatto, porque su novela se pudo haber aprovechado de mejor forma que este desperdicio...
Lamentable.
No sé muy bien qué quería llevar a cabo Laurent. Como thriller o drama criminal o relato hard-boiled, la cosa, simplemente, no funciona, acaso por su anecdótica y feble trama, acaso por su pulso débil y su convencional, plana, poco imaginativa puesta en escena, acaso por su nulo tratamiento del género. Como drama la cosa, simplemente, tampoco funciona: los personajes no alcanzan a desdibujarse porque, lisa y llanamente, nunca llegaron a estar bien construidos y bosquejados, por lo tanto todas sus acciones y decisiones y "pensamientos" resultan forzosos, impostados y de una insignificancia suprema; la directora demuestra presunción y autocomplacencia al pensar que está descubriendo la rueda. Con menos profundidad o complejidad que una piedra, lo que vemos es una redundante historia en donde estos personajes se la pasan llorando, poniendo cara de culo o exagerar lo muy mal que se sienten en este mundo gris. A propósito, Elle Fanning y Ben Foster no pueden estar más sobreactuados, llenos de insoportables pantomimas. No comprendo el tono, de un estéril exceso de laconismo y de un hermetismo insípido que, como una de sus consecuencias, impide que el paisaje sea un personaje (al principio la cosa sucede en Nueva Orleans pero si no lo dicen no nos enteramos, a pesar de que tal ciudad tiene un encanto y un estilo que cualquiera podría aprovechar como valor dramático, y después, con Texas, lo mismo). Supongo que lo peor es que Laurent parece dar por hecho que el espectador ha leído la novela y que comprenderá cabalmente todo lo que sucede aunque muchas de las cosas no se entiendan mucho sin tener presente el original literario (el tipo tenía una ex, luego otra ex, al parecer lo pasó muy bien en Galveston y por eso decidió buscar refugio ahí...) Se extraña un mínimo sentido de la composición o de creación de imágenes (salvo muy contadas excepciones; pero lo hemos repetido: cualquiera puede crear postales, pocos pueden componer imágenes), pero ya dijimos lo convencional de la puesta en escena. Y qué mal uso de la banda sonora, por dios... A fin de cuentas, ¿de qué demonios trata esta fallida y soporífera película? Realmente no comprendo la razón de su existencia. Comprendo, eso sí, la insatisfacción de Pizzolatto, porque su novela se pudo haber aprovechado de mejor forma que este desperdicio...
Lamentable.
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