Creador: Nic Pizzolatto
Cine en tu cara, salvando el día con series de televisión...
La tercera temporada de "True Detective" llega casi cuatro años después de la segunda, la cual fue injustamente vapuleada, básicamente porque "no era como la primera". Una lectura fácil indica que, en efecto, este tercer ciclo regresa a la narrativa tradicional del primero, en tanto la trama se centra en un caso policial, en una investigación llevada a cabo por dos detectives, de distinto carácter cada uno, que demuestra ser mucho más compleja de lo que aparentaba en un inicio, extendiéndose durante años, incluso décadas, sin esclarecer jamás su aura de misterio y enigma a pesar de "ciertos resultados" dictaminados por autoridades incompetentes. Pero no dejaba de preguntarme, especialmente durante el episodio final, si lo importante de esta temporada es, precisamente, la investigación policial articulada en tres tiempos distintos (los ochenta, los noventa y esta década), y no, digamos, esta suerte de estudio de personajes cuyas vidas cambian profundamente con la desaparición de dos hermanos, Julie y Will Purcell, tanto en lo personal o social como también psicológico, filosófico e incluso metafísico. Las revelaciones son menos truculentas de lo que podría esperarse, menos cercanas al thriller que, no lo sé, al drama, así a secas, de seres humanos que, veremos, no son tan malignos, tan perversos, tan conspirativos, simplemente derrotados y quebrados, más allá o más acá de sus circunstancias, y que por ello hacen cosas que, sin duda alguna, son malas o, dicho de forma sencilla y poco acusatoria, moralmente ambiguas. Derrotas y quiebres que agrietan el sendero de otros, en una eterna cadena de acontecimientos que empiezan por uno a la vez que ya han empezado antes y con otros. Habiendo leído su libro de cuentos y su novela, entiendo más el punto de vista de Pizzolatto al momento de proponer y construir historias y personajes, de crear atmósferas y mundos, paisajes, lugares, otro gran personaje vivo y palpitante. Estoy seguro que lectores más avezados podrán rastrear las referencias y autores que inspiran a Pizzolatto, no sólo en estética, a continuar con sus esfuerzos por aunar en una sola entidad relatos de género con una moral metafísica o mística. Qué es lo que se busca entender cuando se decide escarbar el pasado, la memoria, el tiempo... qué es finalmente lo que se entiende, lo que se rescata...
La serie me ha gustado; me ha gustado su trama, su episodio final; hubiera preferido que Jeremy Saulnier dirigiera todos los episodios porque claramente hay diferencias entre los dos primeros, de una puesta en escena más cinematográfica, y los demás (¿quién demonios es Daniel Sackheim?, debe ser de esos que se mean en sus pantalones si no tienen su modelo "master shot" a mano; sí hay que reconocer que Pizzolatto, a cargo de un par de episodios -de dos-, dirige bastante bien y con mejor sentido del espacio-tiempo que el tal Sackheim), pero parece que hubo ciertas rencillas y Saulnier se fue antes de tiempo. Desde luego tenemos un magnífico trabajo interpretativo, liderado por Mahershala Ali, flamante ganador de un Oscar, Carmen Ejogo, una grata sorpresa (para mí), y Stephen Dorff y Scoot McNairy, este último experto en hacer de fracasados depresivos. La historia, desde luego, nos cuenta la desaparición de dos hermanos y la investigación de Ali y Dorff, todos los problemas que deben enfrentar, las oscuras teorías sobre ciertas preguntas no respondidas y, al ser tres escenarios temporales, cómo el tiempo se deja caer sobre las espaldas de estos personajes.
Sí señor, excelente temporada la tercera de "True Detective". Al parecer iba a ser la última pero le ha ido bastante bien en cuanto a audiencia y recibimiento crítico, por lo que están evaluando seriamente traernos otra temporada, si bien, claro, todo depende de cuan seguro se sienta Pizzolatto.
Con todo, por acá seguiremos intentando dedicarnos a ver exclusivamente cine, eh...
La tercera temporada de "True Detective" llega casi cuatro años después de la segunda, la cual fue injustamente vapuleada, básicamente porque "no era como la primera". Una lectura fácil indica que, en efecto, este tercer ciclo regresa a la narrativa tradicional del primero, en tanto la trama se centra en un caso policial, en una investigación llevada a cabo por dos detectives, de distinto carácter cada uno, que demuestra ser mucho más compleja de lo que aparentaba en un inicio, extendiéndose durante años, incluso décadas, sin esclarecer jamás su aura de misterio y enigma a pesar de "ciertos resultados" dictaminados por autoridades incompetentes. Pero no dejaba de preguntarme, especialmente durante el episodio final, si lo importante de esta temporada es, precisamente, la investigación policial articulada en tres tiempos distintos (los ochenta, los noventa y esta década), y no, digamos, esta suerte de estudio de personajes cuyas vidas cambian profundamente con la desaparición de dos hermanos, Julie y Will Purcell, tanto en lo personal o social como también psicológico, filosófico e incluso metafísico. Las revelaciones son menos truculentas de lo que podría esperarse, menos cercanas al thriller que, no lo sé, al drama, así a secas, de seres humanos que, veremos, no son tan malignos, tan perversos, tan conspirativos, simplemente derrotados y quebrados, más allá o más acá de sus circunstancias, y que por ello hacen cosas que, sin duda alguna, son malas o, dicho de forma sencilla y poco acusatoria, moralmente ambiguas. Derrotas y quiebres que agrietan el sendero de otros, en una eterna cadena de acontecimientos que empiezan por uno a la vez que ya han empezado antes y con otros. Habiendo leído su libro de cuentos y su novela, entiendo más el punto de vista de Pizzolatto al momento de proponer y construir historias y personajes, de crear atmósferas y mundos, paisajes, lugares, otro gran personaje vivo y palpitante. Estoy seguro que lectores más avezados podrán rastrear las referencias y autores que inspiran a Pizzolatto, no sólo en estética, a continuar con sus esfuerzos por aunar en una sola entidad relatos de género con una moral metafísica o mística. Qué es lo que se busca entender cuando se decide escarbar el pasado, la memoria, el tiempo... qué es finalmente lo que se entiende, lo que se rescata...
La serie me ha gustado; me ha gustado su trama, su episodio final; hubiera preferido que Jeremy Saulnier dirigiera todos los episodios porque claramente hay diferencias entre los dos primeros, de una puesta en escena más cinematográfica, y los demás (¿quién demonios es Daniel Sackheim?, debe ser de esos que se mean en sus pantalones si no tienen su modelo "master shot" a mano; sí hay que reconocer que Pizzolatto, a cargo de un par de episodios -de dos-, dirige bastante bien y con mejor sentido del espacio-tiempo que el tal Sackheim), pero parece que hubo ciertas rencillas y Saulnier se fue antes de tiempo. Desde luego tenemos un magnífico trabajo interpretativo, liderado por Mahershala Ali, flamante ganador de un Oscar, Carmen Ejogo, una grata sorpresa (para mí), y Stephen Dorff y Scoot McNairy, este último experto en hacer de fracasados depresivos. La historia, desde luego, nos cuenta la desaparición de dos hermanos y la investigación de Ali y Dorff, todos los problemas que deben enfrentar, las oscuras teorías sobre ciertas preguntas no respondidas y, al ser tres escenarios temporales, cómo el tiempo se deja caer sobre las espaldas de estos personajes.
Sí señor, excelente temporada la tercera de "True Detective". Al parecer iba a ser la última pero le ha ido bastante bien en cuanto a audiencia y recibimiento crítico, por lo que están evaluando seriamente traernos otra temporada, si bien, claro, todo depende de cuan seguro se sienta Pizzolatto.
Con todo, por acá seguiremos intentando dedicarnos a ver exclusivamente cine, eh...
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