Director: Frank Henenlotter
"Bad Biology" es la sexta y, me parece, última película dirigida, a la fecha, por Frank Henenlotter, si bien en su página de IMDB se le puede ver acreditado como director en su buen número de cortos documentales. "Bad Biology", rodada en 35mm (aunque, perdonen la pedantería, no se nota: pésima y fea cinematografía; la calidad del celuloide se nota bien aprovechada sólo en esa secuencia en donde cinco o seis mujeres son atacadas por el pene mutante, pero durante el resto del metraje la película parece hecha por novatos que tuvieron que vender sus consolas de videojuegos, sumado a unos cuantos solidarios aportes de sus padres, para poder pagar la producción), no hay otra forma de decirlo, es una completa bazofia, estrenada quince años después de su anterior película, y supongo que se nota el paso del tiempo en un director que mantiene ciertas constantes o intereses (su escatológico y grotesco sentido del humor -que acá no da ni risa ni causa inquietud-, sus personajes "casos perdidos", su curiosa explotación de la sórdida naturaleza humana...), pero que ha perdido el toque, ha perdido su desenfado, ha perdido la habilidad o el talento para hacerte gozar con historias que, no hay que negarlo, siempre son unos despropósitos sin pies ni cabeza, pero con corazón y entrañas. "Bad Biology" es, simplemente, una basura inenarrable: mal escrita, mal dirigida, mal contada, peor, muchísimo peor interpretada... Para empezar, no comprendo cómo la muchacha que "interpreta" a la protagonista obtuvo el papel porque, primero, no sabe actuar y, segundo, esos orgasmos no se los cree ni ella. El otro personaje principal es igual de malo, y ya ni hablar del resto, compuesto por cameos de raperos que nadie conoce. La historia trata de una joven que tiene siete clítoris, que es una fiera sexual que no encuentra al hombre adecuado y que piensa que fue hecha para tener sexo con Dios, y no como la virgen María, pues ella quiere un pene de verdad que, según ella, sea el de Dios. Como sea, la primera media hora consiste en escenas en donde se pasa desnuda y haciendo como que tiene sexo mientras el director se cree hardcore aunque esto no pasa de un pueril intento de soft-porn, muy antierótico por lo demás (con esto no se le para a nadie). La otra parte de la historia es un muchacho con un pene monstruoso de grande que, para más remate, tiene vida y voluntad propia, y claro, no lo puede controlar. Un conocimiento básico de biología o anatomía y de narrativa nos induce a pensar por dónde encajarán las piezas, ejem... Y bueno, esto dura ochenta larguísimos, soporíferos e interminables minutos en donde todo es una maldita broma y en donde el mal gusto es eso, simple y vulgar mal gusto; no mal gusto convertido en arte o en relato o en agente dramático o en tono o atmósfera como, por ejemplo, en "Frankenhooker". A excepción de un par de secuencias, no hay nada que pueda rescatar de esta película, y yo, si puedo hacer algo por ustedes, es aconsejarles que eviten su visionado y que se queden con las otras cinco películas del director, que son las buenas y entretenidas y bien hechas, no esta, lamentablemente mala y horrible.
Lo bueno es que ya la vimos, ya la dejamos atrás y la vida continúa, con quién sabe qué misterios a la vuelta de la esquina, sí señor, todos somos detectives resolviendo el misterio de la existencia.
Lo bueno es que ya la vimos, ya la dejamos atrás y la vida continúa, con quién sabe qué misterios a la vuelta de la esquina, sí señor, todos somos detectives resolviendo el misterio de la existencia.
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